El trasfondo del festejo

La rebelión de Román: el trasfondo del nacimiento del "Topo Gigio", hace 19 años

El 8 de abril de 2001 Juan Román Riquelme le marcó un gol a River en la Bombonera e inauguró su particular festejo, que al día de hoy sigue siendo una marca registrada y ha sido imitado por muchos jugadores alrededor del mundo. ¿Dedicado a su hija o rebelión contra Macri?

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MDZ Deportes miércoles, 8 de abril de 2020 · 11:05 hs
La rebelión de Román: el trasfondo del nacimiento del "Topo Gigio", hace 19 años

Un día como hoy, hace exactamente 19 años, Boca Juniors goleaba a River Plate en la Bombonera por 3 a 0 en un Superclásico que quedaría para siempre en la historia gracias a Juan Román Riquelme. Es que ese día, el 10 marcó de cabeza el segundo tanto e inauguró un festejo que usaría hasta sus últimos días como profesional, con las manos en las orejas, en lo que él aseguró que era una dedicatoria para su hija Florencia porque era fan del Topo Gigio, el popular personaje infantil italiano.

Pero detrás de aquél festejo había un mensaje mucho más fuerte y no por nada el gesto lo hizo mirando fijamente al palco de Mauricio Macri, por entonces presidente del Xeneize.

El año anterior Boca se había consagrado campeón de América, local e Intercontinental tras vencer al Real Madrid. La crisis económica que derivaría en el estallido de fines de 2001 se sentía fuerte en los clubes y, a pesar de ser por entonces campeón del mundo, el Xeneize no abonaba a sus jugadores los 6 millones de dólares negociados tras quedarse con el título en Tokio ante el Merengue.

El 30 de marzo Mauricio Macri anuncia que Juan Román Riquelme fue vendido al Barcelona por una cifra récord para el país y la época: 26 millones de euros. "Esto es medio loco. Ahora dicen que ya me vendieron y yo no sé nada. Como no me quisieron arreglar, ahora dicen que me venden", contesta el jugador, quien con motivos de sobra venía pidiendo una mejora en su contrato. Esa transferencia se terminó cayendo, aunque se terminaría de concertar un año después.

Horas después el plantel amenazaría con no concentrarse, en la previa del duelo ante Independiente, pero finalmente descartaron la medida. Entre semana, con equipo alternativo, Boca vence a Oriente Petrolero en Bolivia y asegura el primer puesto del grupo para avanzar a los octavos de final de la Libertadores que terminaría ganando, por lo que la cabeza se ponía en el Superclásico.

Al conflicto grupal por los premios no pagados, se sumaba el ya mencionado reclamo individual de Riquelme, quien por entonces cobraba un salario de 5.000 dólares y una prima de 150.000, pero él pretendía unos 3 millones. El tesorero del club en ese momento era Orlando Salvestrini, quien le ofrecía la mitad.

En medio de la negociación, la dirigencia instaló que era vital vender a Riquelme para poder pagarle al resto del plantel lo que estaba reclamando. La traducción a esa estrategia, para el resto de los jugadores, sonaba como "él o ustedes".

En ese contexto, hace exactamente 19 años Boca recibía en la Bombonera a River, puntero del campeonato, por la décima fecha. El Xeneize comenzó ganando con un golazo de Hugo Ibarra y ampliaría la ventaja de la mano de Román, quien luego de que Franco Costanzo le atajara el penal capturaría el rebote para marcar el segundo de cabeza. Tras convertir su gol, Riquelme salió disparado hacia un costado de la cancha y se plantó frente al palco de Mauricio Macri, quien estaba viendo el partido con su familia, y mirando fijo hacia allí se puso las dos manos en las orejas. "Ahora quiero escuchar qué decís", parecía el mensaje del futbolista, quien luego del partido, que Guillermo Barros Schelotto sentenció con un gol de penal, respondería con ironía por qué festejó así: "Por nada en especial, solamente que a mi hija le gusta el Topo Gigio y nada más".

El festejo quedó y pasaría a ser una marca registrada de Román cada vez que convertía un gol, hasta su retiro profesional, y varias estrellas del mundo del fútbol lo han imitado hasta el día de hoy, como Eden Hazard, Mohamed Salah, Mauro Icardi, Carlos Tevez, Erling Haaland, Luis Suárez y hasta, en el tenis, Roger Federer.

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