AFA, Superliga y más signos de incompetencia

Que la Asociación del Fútbol Argentino, ahora liderada por Chiqui Tapia, toma malas decisiones, no tiene nada de novedoso. Y no solo por incapacidad se ven reflejadas estas decisiones en nuestro fútbol, sino que los intereses y la devolución de favores, tan comunes, hacen que todo esto sea irrisorio y, mucho más, bochornoso.

Desde hace un par de años es la famosa Superliga, a la que le queda poco para darle paso a la Liga Profesional de Fútbol, la que organiza, en convivencia con AFA -aunque existan distancias- el organigrama del fútbol argentino, desde sponsors hasta la grilla televisiva diaria.

Hay determinaciones que llaman poderosamente la atención y que van en contra del sentido común y de lo que uno está acostumbrado a ver en las mejores ligas del mundo, como algo normal. Como una cuestión que debe ser y que acá no es, ni por asomo.

En el mundo del revés, Superliga tomó la decisión, a pocos partidos para el desenlace del torneo y con la modificación del reglamento, de eliminar un descenso y darle paso a una nueva promoción, instancia que fue eliminada hace unos años por los seguidos actos de violencia que se apoderaban de las canchas. Hoy, esta instancia que provoca un fervor y nerviosismo incontrolable retorna como si nuestra sociedad se pareciera a la suiza.

En el lapso de un poco más de un lustro, el fútbol argentino cambió innumerable veces su formato de disputa, siempre con la premisa, que nunca ocurriría, de darle paso a un certamen homogéneo, juicioso y competente.

Desde el fin de los torneos cortos impulsados por Julio Humberto Grondona, Apertura y Clausura, pasando por el Torneo Inicial y Final, campeonatos de 30 equipos, Torneo de Transición, largos y cortos, hasta llegar a un certamen como el actual que no alcanza a ser ni extenso ni comprimido y por eso la creación de la Copa de la Superliga, para rellenar el calendario. Un parche arriba de otro. Un verdadero desastre sin previsión de futuro. Así organiza AFA y Superliga al millonario y golpeado fútbol argentino.

Como muestra de incompetitividad, la definición de la Superliga 2019/20 no tendrá premiación en el lugar de los hechos, tanto en La Bombonera con el encuentro entre Boca y el Gimnasia de Maradona como en Tucumán con la presencia de River ante el Decano.

Esa foto colorida de festejo que recorre el mundo en cada definición de campeonato en cualquier liga o competencia del planeta no existirá en nuestro país. Los clubes deberán esperar, al menos una semana, para poder festejar con el trofeo en la mano. Un verdadero disparate, fruto de la improvisación. Una vez más...