Harriet Tubman, la mujer que Joe Biden quiere que aparezca en los billetes de US$20
El plan para que Tubman aparezca en los billetes de US$20 había sido retrasado por el gobierno de Trump.
Una mujer podría ser la nueva cara de los billetes de US$20 en Estados Unidos.
Los billetes con el rostro de Harriet Tubman deberían haber visto la luz en 2020, pero los planes fueron retrasados por la administración Trump.
Ahora, el nuevo presidente de EE.UU., Joe Biden, ha revivido el proyecto y, según la Casa Blanca, están explorando la manera de "acelerar" el proceso.
De concretarse, Tubman sería el primer afroestadounidense en aparecer en un billete de dólar y la primera mujer en más de 100 años.
En 2016, cuando Barack Obama era presidente, el Departamento del Tesoro de EE.UU. anunció que Tubman sustituiría en los billetes de US$20 al séptimo presidente del país, Andrew Jackson, responsable de firmar e implementar la ley que forzó a las tribus indígenas a abandonar sus tierras.
Pero con la llegada de Trump al poder lo planes se retrasaron. El ya exmandatario calificó el proyecto de "pura corrección política" y en campaña llegó a decir que el rostro de Tubman debía aparecer en los billetes de US$2.
¿Quién era?
Tubman nació en 1822 en una plantación de esclavos en Maryland, estado fronterizo entre lo que tradicionalmente se considera el norte y el sur de EE.UU.
A los 27 años logró escapar a Pensilvania, uno de los "estados libres" del norte del país.
Sin embargo, regresó en varias ocasiones a su lugar de nacimiento para rescatar a sus familiares y a otros esclavos.
Así, fue convirtiéndose en una líder abolicionista antes de la Guerra Civil en EE.UU., que terminó en 1865 con el fin de la esclavitud en todo el territorio nacional.
"Vi mis manos para asegurarme de que era la misma persona; ahora era libre. Todo era glorioso. Sentí que estaba en el cielo", fue una de las frases por las que es recordada en la historia.
A Tubman se le reconoce especialmente por haber impulsado una red de rutas de escape clandestinas desde el sur a los "estados libres" del norte durante el siglo XIX.
Como consecuencia de las golpizas brutales a las que fue sometida en su infancia, le practicaron una cirugía cerebral para aliviar los dolores de cabeza que experimentaba con regularidad.
Murió a los 91 años en la ciudad de Auburn, en Nueva York.