Historias de cosechadores: "Voy a morir en la viña"

Nicolás Martínez trabaja en la viña desde que tiene memoria. Antes de los 20 ya recorría los viñedos para realizar tareas menores y luego de cumplir las dos décadas de vida empezó a desempeñarse como recolector. Hoy, a poco de cumplir 60 años, todavía entrega sus días al sol y la tierra de las fincas mendocinas. "Como quien dice", acota sonriente, "voy a morir en la viña".

Si bien todavía falta para que el grueso de las vides comiencen a ser cosechadas -por las condiciones climáticas sería en abril-, en la finca "La Floridia", en Luján de Cuyo, una pequeña cuadrilla de jornaleros ya comenzó a recolectar las primeras uvas.

"El patrón quiere hacer un vino rosado, más joven, por eso acá empezamos ahora", explica Martínez y demarca después el resto de la finca con las manos para explicar que allí sí se cosechará más tarde, "con máquinas", acota.

Mas sobre este tema

Vendimia

Las mejores fotos de las primeras cosechas en Mendoza

Martínez es el hombre que está a cargo de toda la cuadrilla. Él controla a los cosechadores, al recolector -que es quien recorre los lugares por donde ya se realizó la cosecha, en busca de racimos perdidos- y a los que reciben los cajones o bins llenos de uvas para guardar su contenido en el camión y separar las hojas de parra que no fueron quitadas desde el comienzo.

"Antes cosechaba", subraya Martínez y con un puñado de discos rojos en la mano agrega: "Ahora lo bueno es que soy fichero".

Ser fichero, en palabras de Martínez, es un trabajo "más tranqui" que el del cosechador. "A cada uno que deja un bin yo agarro y lo doy una ficha, ¿ves?", dice mientras lanza una de las fichas de plástico dentro del bin vacío de un jornalero que, sin detenerse, vuelve a la viña. "Igual, cuando hay poco para hacer y no hay que contratar a nadie vengo a cosechar yo", aclara.

Mirá el video y conocé a Nicolás Martínez.

?