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Verano en la pileta: consejos para evitar infecciones y molestias en los oídos

En verano, el uso de la pileta puede traer molestias en los oídos: consejos simples para prevenir infecciones y disfrutar sin problemas.

El “oído de nadador” es una de las molestias más frecuentes durante el verano en la pileta. Foto: Shutterstock

El “oído de nadador” es una de las molestias más frecuentes durante el verano en la pileta. Foto: Shutterstock

El verano trae consigo días de calor, pileta y actividades al aire libre, pero también aumenta el riesgo de sufrir molestias en los oídos. Una de las afecciones más frecuentes en esta época es el llamado “oído de nadador”, una infección del conducto auditivo externo que suele aparecer tras la exposición prolongada al agua.

Por qué aparecen las infecciones en los oídos

Uno de los principales factores es la acumulación de agua en el canal auditivo, que crea un ambiente propicio para la proliferación de bacterias y hongos. A esto se suma el uso de hisopos u otros objetos para intentar secar el oído, una práctica que puede provocar irritaciones, pequeñas lesiones y facilitar la infección. En el caso de piletas públicas o muy concurridas, el riesgo aumenta debido a la mayor circulación de microorganismos.

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Ante dolor o secreción, lo mejor es suspender la exposición al agua y consultar a un médico. Foto: Shutterstock

Ante dolor o secreción, lo mejor es suspender la exposición al agua y consultar a un médico. Foto: Shutterstock

Consejos prácticos para prevenir

  • Secar bien los oídos: inclinar la cabeza y dejar que el agua salga sola. Una toalla suave alcanza; los hisopos, mejor evitarlos.
  • No quedarse con agua acumulada: si la sensación persiste, lo recomendable es consultar a un especialista.
  • Usar tapones o gorros de natación: reducen la entrada de agua y son aliados simples para prevenir molestias.
  • Higiene de la pileta: asegurarse de que el agua esté bien clorada y filtrada.
  • Evitar la automedicación: las gotas o antibióticos deben ser indicados por un médico.

Qué hacer ante los primeros síntomas

Dolor, picazón, sensación de oído tapado o secreción son señales de alerta. Frente a estos síntomas, se recomienda suspender la exposición al agua y acudir a un especialista. Si bien el tratamiento suele ser sencillo, un diagnóstico adecuado es clave para evitar complicaciones y asegurar una recuperación rápida.