Lo que tu piel espera cada día y no le estás dando para rejuvenecer
El alimento diario que tu piel suplica para volver a lucir joven. Estos errores arruinan la firmeza de tu piel sin que te des cuenta.
Dale un respiro a tu piel. Foto: Archivo
La piel se renueva cada tres o cuatro semanas, pero necesita materia prima para hacerlo bien. Si la alimentación carece de proteína, grasa o antioxidantes, el proceso se frena y el envejecimiento se acelera.
La piel necesita de esto
Tu piel habla cuando no la alimentas bien. Cada célula necesita energía, proteínas y antioxidantes para regenerarse, y si no los recibe, envejece antes de tiempo. Ninguna crema hace milagros sin un cuerpo que trabaje desde adentro. La piel se construye con lo que comes cada día, no con lo que aplicas después.
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Una buena fuente de proteína en cada comida es el primer paso. Pollo, carnes magras, huevos, frijoles o lentejas aportan los aminoácidos que forman el colágeno y la elastina. Estas dos fibras son las responsables de mantener la piel firme y elástica. Sin ellas, el rostro pierde tono, aparecen arrugas y la textura se vuelve opaca. Comer suficiente proteína es casi como darle a tu piel los ladrillos para reconstruirse.
El segundo pilar está en las grasas saludables. Aguacate, aceite de oliva, almendras, semillas, salmón o sardinas son aliados que mantienen la hidratación desde adentro. Estas grasas reducen la inflamación y fortalecen la barrera cutánea, evitando la resequedad y ese aspecto apagado que aparece con los años. Una piel nutrida con estos alimentos se nota más suave y con un brillo natural que ninguna base logra imitar.
Los antioxidantes completan la fórmula del rejuvenecimiento. Frutas rojas, espinacas, zanahorias, brócoli y tomates neutralizan los radicales libres que dañan las células. Estos compuestos actúan como un escudo interno contra el estrés, la contaminación y el sol. Una dieta colorida, rica en vegetales y frutas, refleja su efecto en el rostro, donde la piel se vuelve más luminosa y resistente.



