Halloween en Netflix: 5 películas de terror para una maratón que te va a dejar sin aliento
asCinco propuestas de terror en Netflix para armar una maratón de Halloween con espíritus, maldiciones, muñecos inquietantes y familias al borde.
Estas películas de Netflix te dejarán sin aliento.
Hay noches en las que el plan se arma solo: luces bajas, algo para picar y una lista de películas de Netflix que garantizan sobresaltos. Halloween funciona como excusa perfecta para sumergirse en historias que combinan miedo, tensión y un poco de esa curiosidad que nos lleva a mirar entre los dedos.
En Netflix conviven varios títulos que dialogan con el género desde lugares distintos: lo sobrenatural, el terror psicológico y los sustos que nacen de lo cotidiano. A continuación, cinco apuestas que valen la pena si querés una maratón que no afloja.
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Sobrenatural y espiritismo: del tablero a la maldición con Netflix
Ouija: el origen del mal recupera un emblema del cine de espíritus y lo empuja a otro nivel. Una familia hace de la “mediumnidad” un pequeño negocio casero hasta que la hija menor decide cruzar una línea peligrosa. Lo que empieza como un experimento inocente se tuerce hacia un mal que no entiende de límites. La puesta en escena retro, el pulso de Mike Flanagan y una niña que se roba cada cuadro construyen un clima en aumento, sin atajos. No es solo el susto. Es el peso de lo que no se ve.
En Maleficio, el terror llega desde Taiwán con un falso documental que juega con la idea de material “prohibido”. Una mujer cuenta en primera persona cómo su vida se enreda con una secta y un tabú que nunca debió romper. A partir de ahí, toda su rutina queda contaminada por algo que no sabe nombrar. La película trabaja con cámaras en mano, fragmentos de registros y una atmósfera que se pega a la piel. Suma un elemento perturbador: el hilo entre mito y realidad. Lo que creemos inocente puede abrir una puerta que después es imposible cerrar.
Familias al límite: el miedo que nace en casa
Hereditary se plantó como referencia moderna del género por una razón simple: la angustia que genera no baja nunca. Tras una muerte que desarma a una familia, empiezan a aparecer señales que nadie quiere reconocer. La historia se cocina a fuego lento. Las actuaciones sostienen cada silencio. Hay imágenes que quedan dando vueltas en la cabeza, y un desenlace que pisa el acelerador sin perder coherencia. Es una película que no depende del golpe de sonido. Te aprieta el pecho desde lo emocional y lo ritual, y eso la vuelve más incómoda.
En Tin y Tina, el miedo se disfraza de pureza. Una pareja marcada por una pérdida adopta a dos hermanos que viven la fe con una literalidad inquietante. Lo que al principio parece ternura se transforma en una serie de actos “piadosos” que desafían cualquier sentido común. La tensión no nace de fantasmas visibles, sino de la interpretación que los niños hacen del mundo. El resultado es un thriller psicológico que juega con la culpa, la devoción y los límites borrosos entre protección y fanatismo.
Muñecos que miran: cuando lo inanimado respira
El niño (The Boy) explota un miedo universal: la sensación de que un objeto nos observa. Una niñera llega a una mansión apartada para cuidar a un “chico” que, en realidad, es un muñeco de porcelana tratado como si fuera un hijo. El manual de reglas, la casa silenciosa y los ruidos que aparecen donde no deberían componen un rompecabezas que se arma de a poco. La película es efectiva porque juega con nuestras expectativas y las tuerce cuando ya nos sentimos cómodos. No es solo un “jumpscare”. Es el malestar de convivir con algo que parece inerte, pero no lo es.
Para que la maratón rinda, conviene ordenar las piezas. Arrancá con una propuesta de atmósfera como Hereditary, seguí con el suspenso sostenido de El niño, y reservá Maleficio para cuando el cuerpo ya esté entregado a la oscuridad. Tin y Tina funciona bien como intermedio psicológico, y Ouija: el origen del mal cierra con el clásico de tablero que nunca falla. Prepará mantita, apagá el celular y dejá que la casa haga su propio sonido de fondo. El miedo también se escucha cuando el silencio manda.
En definitiva, Netflix ofrece un abanico de terrores que no se pisan entre sí. Hay ritos, sectas, casas enormes que esconden secretos y familias que se rompen por dentro. Si buscás sustos eficaces y una noche distinta, este quinteto entrega sensaciones variadas con un hilo común: empuja el juego hasta ese borde en el que queremos mirar… y al mismo tiempo preferimos no hacerlo. Perfecto para Halloween, pero igual de efectivo en cualquier madrugada en la que nadie tenga apuro por dormir.


