Cabello joven a cualquier edad y lo que acelera su caída sin que lo notes
Los hábitos que nunca te contaron y que fortalecen tu cabello con los años. Lo que comes y lo que sientes influye en su caída.

El cabello se debilita cuando el cuerpo acumula estrés, inflamación y falta de nutrientes, aunque muchos culpen únicamente a la genética. La caída suele acelerarse cuando no se duerme lo suficiente, cuando la circulación no se activa y cuando la alimentación descuida proteínas y minerales como el hierro y el zinc.
Tu cabello no solo es el resultado de la genética
Dormir siete horas seguidas cada noche es una regla básica. Los tejidos se reparan y los folículos se activan. Durante ese descanso profundo, el cuerpo organiza procesos que influyen en tu cabello. Saltarse ese tiempo de reposo genera un terreno hostil donde el pelo pierde fuerza de manera progresiva.
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El ejercicio es otro factor. Entrenar fuerza dos o tres veces a la semana mejora la circulación y nutre la raíz con oxígeno. Caminar veinte minutos al día también mantiene activo el flujo sanguíneo que llega hasta el cuero cabelludo. Con un sistema circulatorio en buen estado, los folículos encuentran un ambiente fértil para mantenerse vivos y productivos.
La comida diaria tiene un papel protagónico. Asegurar proteínas de calidad en cada plato resulta fundamental: huevos, pollo, carne, pescado o legumbres refuerzan la estructura capilar. Minerales como hierro y zinc completan ese proceso, ya que sostienen la producción de queratina. Sin ellos, el crecimiento se vuelve más lento.
El estrés es quizá el enemigo silencioso más fuerte. El exceso de cortisol actúa como freno del crecimiento, interrumpiendo las fases normales del ciclo capilar. Controlar la ansiedad a través de respiración, meditación o actividades recreativas mantiene el equilibrio hormonal necesario para los folículos.