Los cuatro mitos más comunes sobre malware y cómo protegerte de ellos si usas Windows, Mac o Linux
La evolución del malware es un hecho, pero las falsas creencias siguen siendo una amenaza latente. Descubre los mitos más comunes y cómo protegerte de ellos.

En 2025 crecieron las amenazas multiplataforma: actualizá el sistema y evitá descargas dudosas para reducir riesgos
QuillBotLa amenaza del malware sigue creciendo a medida que la tecnología avanza. Mientras las empresas de seguridad digital actualizan constantemente sus sistemas de protección, muchas personas aún caen en mitos persistentes que pueden poner en peligro la seguridad de sus dispositivos. En 2025, la ciberseguridad sigue siendo un tema de vital importancia, y conocer la verdad detrás de estos mitos puede marcar la diferencia para proteger tu equipo, sin importar si usas Windows, Mac o Linux.
A continuación, repasamos los cuatro mitos más extendidos sobre malware y qué hacer para defendernos correctamente.
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1. ¿Mac y Linux son inmunes al malware?
Este mito es uno de los más peligrosos. Aunque es cierto que Windows ha sido históricamente el sistema más atacado por malware, Mac y Linux no están exentos de riesgos. De hecho, la creación de códigos maliciosos orientado a estos sistemas ha crecido en los últimos años.
Por ejemplo, BlueNoroff, un troyano creado en 2023, se distribuyó como un falso PDF sobre criptoactivos para robar información sensible en macOS. También encontramos el troyano Proxy, que se distribuye a través de software pirateado y convierte a las Mac infectadas en herramientas para actividades ilícitas.
Aunque estos ataques sean menos frecuentes, Mac y Linux no son inmunes. Mantener actualizados nuestros sistemas operativos, usar contraseñas fuertes y evitar descargas o enlaces desconocidos son prácticas esenciales para proteger nuestros equipos.
2. ¿Puedo infectarme solo por abrir un correo electrónico?
Otro mito que ha perdurado por años es la creencia de que basta con abrir un correo para infectarnos. Afortunadamente, los sistemas de correo electrónico modernos están diseñados para aislar contenido peligroso y evitar la ejecución automática de archivos maliciosos. Sin embargo, el riesgo real surge cuando descargamos archivos adjuntos, hacemos clic en enlaces sospechosos o habilitamos macros en documentos de fuentes desconocidas.
La mejor forma de protegerse es desconfiando de los correos electrónicos de remitentes desconocidos. Además, nunca deberíamos abrir archivos adjuntos o hacer clic en enlaces si no estamos seguros de su origen.
3. “Con un antivirus es suficiente para estar a salvo”
Aunque un antivirus es fundamental para la protección contra amenazas, pensar que instalar un antivirus es la solución definitiva es un error. Ningún software de seguridad es capaz de detectar el 100% de las amenazas, ya que los ciberdelincuentes crean malware cada vez más sofisticado y capaz de burlar las defensas.
Para mejorar nuestra protección, es esencial:
- Mantener actualizados tanto el sistema operativo como las aplicaciones.
- Usar autenticación en dos pasos para proteger nuestras cuentas más sensibles.
- Emplear un gestor de contraseñas como Bitwarden o 1Password para generar contraseñas seguras.
- Verificar siempre que las páginas web usen HTTPS antes de ingresar datos personales.
4. “Los virus siempre interfieren en el funcionamiento del PC”
Finalmente, uno de los mitos más peligrosos es creer que no pasa nada porque mi PC sigue funcionando correctamente. Sin embargo, muchos tipos de malware como spyware, troyanos o ransomware operan de forma oculta, sin generar ningún tipo de alerta visible.
Los virus modernos no siempre causan una lentitud o comportamientos extraños en el sistema. Pueden robar información en segundo plano sin que nos demos cuenta. De ahí la importancia de realizar análisis regulares, tener el software de protección actualizado y llevar a cabo auditorías periódicas de seguridad.
¿Cómo protegerse contra estos mitos?
La mejor defensa contra los malware es el conocimiento. Mantener actualizados nuestros sistemas, ser cautelosos con los correos electrónicos y los enlaces desconocidos, y usar antivirus confiables son pasos fundamentales. Además, integrar prácticas como la autenticación en dos pasos y el uso de gestores de contraseñas te permitirá mantener tus cuentas más seguras.