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Ser jefe ya no seduce: hacia una nueva forma de liderazgo

El liderazgo tradicional pierde atractivo: hoy se valoran estilos colaborativos, empáticos y centrados en el bienestar de los equipos y su salud mental.

La gran pregunta es: ¿estamos listos para cambiar la palabra jefe por líder?

La gran pregunta es: ¿estamos listos para cambiar la palabra jefe por líder?

Archivo MDZ.

Durante mucho tiempo, ser jefe era sinónimo de éxito. Era la meta que muchos perseguían como el premio mayor: estatus, prestigio, poder y, claro, un mejor salario. Hoy, escucho cada vez más voces que dicen: “prefiero no ser jefe. Y no se trata de falta de ambición, sino de un cambio profundo en la cultura laboral, optando por el liderazgo.

Los motivos se repiten

Cuidar la salud mental, equilibrar la vida personal con la profesional, tener tiempo para uno mismo. Y confieso que los entiendo. He acompañado a muchísimos equipos en distintas organizaciones y lo veo con claridad: los roles de jefatura se han vuelto demasiado costosos en términos emocionales. La presión, la exposición, la sobrecarga, la falta de desconexión… todo eso termina impactando directamente en el bienestar.

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Cuidar la salud mental, equilibrar la vida personal con la profesional, tener tiempo para uno mismo.

Cuidar la salud mental, equilibrar la vida personal con la profesional, tener tiempo para uno mismo.

La pandemia aceleró esta conversación

Nos recordó que no somos máquinas de producir, que el tiempo libre y el disfrute son tan importantes como los logros profesionales. Hoy, decir no quiero ser jefe no es una renuncia, es una elección consciente. Es elegir priorizar la vida, sin que eso implique trabajar menos o con menos compromiso.

Ahora bien, esto abre un desafío enorme para las organizaciones: repensar qué significa liderar. Porque el problema no es que las personas no quieran guiar equipos, sino cómo están diseñados los roles de conducción. Ser jefe sigue estando asociado a control, burocracia y desgaste. Pero las nuevas generaciones quieren líderes cercanos, que inspiren, acompañen y habiliten.

Liderar no debería ser sinónimo de sacrificar la salud mental ni la vida personal. Al contrario: debería ser una oportunidad para generar impacto positivo, para transformar y para crecer junto a los equipos de trabajo.

La gran pregunta es: ¿estamos listos para cambiar la palabra jefe por líder? Tal vez la clave esté ahí: en dejar atrás modelos de mando vertical y crear culturas de liderazgo más humanas, donde crecer profesionalmente no sea a costa de la vida personal.

* Verónica Dobronich, fundadora de Hub de Emociones, lidera este espacio con la convicción de que el bienestar emocional es clave para la vida y el trabajo.