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Sarmiento: cuatro circunstancias desconocidas que lo relacionan con Mendoza

Sarmiento fue un adelantado a la época y hay varias frases de él que hoy se pueden seguir utilizando. Una de ellas es: "Todos los problemas, son problemas de educación".

Día del maestro, plaza Sarmiento, estatua Sarmiento (5 de 8)
Milagros Lostes - MDZ

Si hay alguien revolucionario de verdad, ese fue Sarmiento. No solo porque se enfrentó al conservadurismo rancio de su tiempo, sino porque hoy aún la sigue peleando. "Todos los problemas, son problemas de educación", fueron sus palabras. Sigue vigente.

Había nacido sobre las ruinas del sistema colonial español. Al borde de la falda de Los Andes nevados. Tierra adentro. En el lejano San Juan, entre casas de barro y carretas tiradas por bueyes. La liturgia popular dirá que nunca faltó a clase y que su madre tejía bajo una higuera. Podrá o no ser real. Lo cierto fue que nadie le regaló nada. Surgió desde abajo. Esa famosa anécdota cuando lo rechazaron en su aspiración por una beca para ingresar al Colegio de Ciencias Morales de Buenos Aires lo pintará de cuerpo entero. No claudicó. En forma autodidacta siguió el camino de sus convicciones. No tuvo “padrinos”, ni cuna que lo posicionara. Su padre era un arriero. Y siguió. De estudiar en una humilde “escuela de la patria” a dar conferencias sobre políticas educativas en el mundo. De maestro rural a Superintendente General de Escuelas del Consejo Nacional de Educación. De fundar una escuela sobre un “ranchito” en medio del monte a “Maestro de América”. De concejal llegó a presidente. En ese derrotero, elegimos cuatro notas, prácticamente desconocidas, que lo relacionarán con Mendoza para siempre.

Domingo Faustino Sarmiento, figura emblemática de la historia argentina, fue un ferviente defensor de la educación. Foto: Archivo MDZ
Domingo Faustino Sarmiento, figura emblemática de la historia argentina.

Domingo Faustino Sarmiento, figura emblemática de la historia argentina.

LA BATALLA DEL PILAR: CON LA MUERTE EN SUS ESPALDAS

Hubo un hecho determinante que signará la vida de Sarmiento y que forjará una leyenda. Será la batalla del Pilar (22 de setiembre de 1829), cerca de la capilla San Vicente, actual departamento de Godoy Cruz. Lo cierto fue que tras el triunfo de los federales conducidos por el fray José Félix Aldao sobre las tropas de Juan Cornelio Moyano, aquel mandará a su hermano Francisco Aldao, para ofrecerle un armisticio a los unitarios vencidos. Como respuesta, Francisco Aldao, recibió un balazo en la cabeza.

Enfurecido por la noticia, el fray Aldao, hará fusilar oficiales y soldados unitarios rendidos. Entre ellos, el doctor José María Salinas, el mayor Plácido Sosa y José María Villanueva, quien será degollado. También a 12 sargentos y cabos, además de 200 soldados rasos. Días después también será fusilado Juan Agustín Moyano.

El que se salvará de “chiripa” en esa batalla será el joven teniente Domingo Faustino Sarmiento, de solo 19 años, quien nunca olvidará la situación de pánico vivida y lo plasmará en la biografía que escribió sobre el fraile Aldao años después.

"Yo salí del campo del Pilar después de haber visto morir a mi lado al ayudante Estrella y haber ultimado, uno de los nuestros, a un soldado enemigo que me cerraba el paso mientras bregábamos con la lanza y el sable con que yo había logrado herirlo. Salí por entre los enemigos, por una serie de peripecias y de escenas singulares, entrando en espacios de calle en que nosotros (simulábamos) éramos los vencedores". Son palabras de Sarmiento.

Domingo Faustino Sarmiento y el 11 de septiembre, Día del Maestro

PADRE DEL AULA Y PADRE DEL MALBEC

Será el 17 de abril de 1853 cuando Domingo Faustino Sarmiento fundó la Quinta Agronómica de Mendoza y la Escuela de Agricultura, que un siglo más tarde se convertirá en la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Cuyo. Precisamente, fue por esa fecha fundacional (17 de abril) que se conmemora desde 2011 el Día Mundial del Malbec.

Vaya paradoja que pondera una vez más al visionario sector dirigente mendocino. Recién comenzaba la nueva organización nacional, y ya Mendoza a través de su gobernador Pedro Pascual Segura y su ministro Vicente Gil, habían contratado a un joven Sarmiento, exiliado en Chile, que volvía a la patria tras la caída del “rosismo”.

La historia que sigue es conocida. Será en Chile donde Sarmiento conoció a un agrónomo denominado Michel Aime Pouget. Ambos habían emigrado de sus países natales. La puja entre unitarios y federales empujó al sanjuanino al país trasandino y, paralelamente, aquellos avatares revolucionarios europeos de mediados del siglo XIX, acompañados de una fuerte crisis económica y del sector agronómico (la plaga de la filoxera), hizo que Pouget observara en el extremo sur del mundo la posibilidad de "hacerse la América".

A la postre, Pouget fue contratado por el gobierno mendocino para dirigir la Quinta Agronómica recomendado expresamente por el sanjuanino. Tras esa contratación oficial, Pouget comenzó la plantación de variedades de uvas originarias de Francia. Entre ellas el Malbec, la uva insignia de la actual vitivinicultura argentina.

PROCESA SARMIENTO: LA MAESTRA MENDOCINA

Procesa del Carmen Sarmiento (1818 – 1899). Fue la hermana menor de Domingo Sarmiento, a quien Faustino estimulará constantemente.

  • Fue Procesa también una precursora de la pintura argentina. Algo novedoso para su tiempo, donde tanto la guerra como las artes plásticas eran patrimonios casi excluyentes de los hombres. Se casó grande, otra curiosidad para la época. Tenía 32 años en el momento del casamiento. Su marido fue el ingeniero francés Jean-Michel Benjamín Lenoir. Un intelectual formidable. Amigo de Domingo Faustino, quien lo recomendará a al gobernador mendocino Carlos González Pinto para que se haga cargo de la catástrofe educativa que había producido el terremoto de 1861. Lenoir será nombrado Inspector General de Escuelas en 1865, realizando una tarea descomunal y convirtiéndose en uno de los artífices de la reconstrucción de la nueva Mendoza. Fue en el tiempo de la estadía mendocina, junto al nombrado marido, donde Procesa además fundó una escuela de artes plásticas y enseñó pintura en el Colegio Superior de Señoritas dejando una huella en las futuras generaciones mendocinas.

  • DON JOSÉ CLEMENTE, SOLDADO DEL EJÉRCITO LIBERTADOR EN EL PLUMERILLO

    Un veterano San Martín, gladiador de mil batallas bélicas y políticas, recibió en su casa francesa al joven intelectual y apasionado Sarmiento. Fue en 1846. Dos iconos de la historia nacional, sentados frente a frente y conjeturando sobre los nuevos tiempos. La experiencia y el porvenir se escucharon mutuamente.

    Será en esa quinta de Grand Bourg donde San Martín, de ya 68 años, recibió a Sarmiento. Un joven sanjuanino de 35 años, que viajaba por el mundo, exiliado por problemas políticos.

    El objetivo de los viajes de Sarmiento, representando al gobierno de Chile, era estudiar y conocer los nuevos sistemas educativos imperantes en Europa y EE.UU., vivencias y aprendizajes que luego desarrollará fértilmente en nuestra patria y gran parte de América.

    José Clemente Cecilio Sarmiento fue el padre de Sarmiento, y uno de losprimeros cuyanos en plegarse al movimiento patrio apoyando las campañas de Belgrano y San Martín. Más aún, fue San Martin quien lo nombró Capitán del Ejército libertador. Con ese grado asistió al triunfo de la Batalla de Chacabuco y fue el encargado de llevar el parte de la victoria a su provincia natal, además de custodiar a 300 prisioneros realistas que llegaron a Mendoza, quienes trabajarán en la apertura de canales para el riego y la ampliación de las zonas productivas.

    Este hecho fue claramente recordado y ponderado por San Martín, quien emocionado le reconoció a Domingo Faustino que tenía muy presente la figura de su padre en Mendoza. En ese marco, Sarmiento le hizo saber a San Martín que sobre la Batalla de Chacabuco había escrito un artículo en diario “El Mercurio” (1841), con repercusiones muy favorable. “Veinticuatro años han transcurrido apenas, desde que aquel memorable día alumbró en Chacabuco, y ya no se mentan los nombres ilustres que lo inmortalizaron. ¿Qué nos queda de tanta gloria? Escuchemos los juicios de esta generación ingrata que nos ha sucedido. Un día la historia recogerá con avidez los nombres de todos los que lidiaron en Chacabuco”; sostenía Sarmiento reivindicando al General.

    En la charla además salieron nombres, como el de Gregorio de Las Heras, residente por ese tiempo también en Chile, quien entre otras cosas le había contado por cartas a San Martín de la prédica de Sarmiento para que el gobierno chileno devolviera su grado militar y parte de los sueldos atrasados.

    Sintetizando ese encuentro con San Martín, Sarmiento en carta a Aberastain, mezcla de angustia y admiración, sostendrá: "No lejos de la margen del Sena, vive olvidado José de San Martín, el primero y el más noble de los emigrados. Hay en el corazón de este hombre una llaga profunda que oculta a las miradas extrañas. (…) Ha esperado sin murmurar cerca de treinta años la justicia de aquella posteridad a quien apelaba en sus últimos momentos de vida política. (…) He pasado con él momentos sublimes que quedarán grabados en el espíritu”. Sarmiento observo por ese entonces lo que muchos se negaban a ver. Pero además notó claramente que el exilio lo había apesadumbrado.

    Será también Sarmiento el que recibió con todos los honores, junto al Presidente Avellaneda, la repatriación de los restos mortales de San Martín en 1880. “Me cabe el privilegio al recibir las cenizas del Capitán General D. José de San Martín, que aseguró la Independencia de nuevas repúblicas”; sostuvo en su discurso Sarmiento ese día.