En el mes de la fertilidad, las 4 preguntas más frecuentes
¿Por qué no puedo lograr un embarazo si mis estudios están bien? Es uno de los cuestionamientos habituales que se escucha en el consultorio sobre la fertilidad.

La edad de la mujer es uno de los factores más determinantes de su fertilidad.
Archivo MDZLa fertilidad es un proceso muy complejo que depende de múltiples pasos que deben ocurrir en sincronía perfecta. En parejas sin problemas aparentes, las chances de embarazo espontáneo por mes son de un 20–25%, y por otro lado, hasta un 15% de los casos de infertilidad no tienen una causa evidente a pesar de haber realizado estudios completos.
Muchas veces, los estudios básicos (como una ecografía, análisis hormonales o estudios de semen) pueden dar resultados “normales”, pero eso no significa que todo funcione de manera perfecta. Existen factores más sutiles que pueden estar alterados, como ser la calidad de los óvulos, la receptividad del endometrio, problemas espermáticos leves o funcionales que no siempre aparecen en un espermograma estándar, alteraciones inmunológicas o inflamatorias, o incluso, desequilibrios que afectan la ovulación, la fecundación o la implantación. Además, el paso del tiempo juega un papel clave.
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¿A qué edad disminuye la fertilidad y cuánto tiempo tengo para ser madre/padre?
La edad de la mujer es uno de los factores más determinantes de su fertilidad, y aunque muchas mujeres siguen ovulando de manera regular, no garantiza que los óvulos sean viables para lograr un embarazo saludable. Además, existen casos en los que la reserva ovárica disminuye antes de lo esperado, incluso en una mujer joven. Esto puede ocurrir por causas genéticas, inmunológicas, tratamientos médicos (como cirugías o quimioterapia), o sin una causa conocida. Por eso, evaluar la reserva ovárica a tiempo puede ser fundamental para tomar decisiones. Si pensamos en los hombres, la fertilidad también puede verse afectada con la edad, aunque en general de manera más gradual. A partir de los 45-50 años, puede disminuir la calidad del esperma, aumentando también ciertos riesgos reproductivos.
¿Cuándo debo acudir a un especialista en fertilidad?
Cuanto antes se evalúe la fertilidad, más opciones habrá disponibles para planificar a futuro, sobre todo, hoy en día, en donde las mujeres por distintos motivos (laborales, sociales, entre otros) hacen su primera consulta a partir de los 37 años. Existen alternativas como la preservación de óvulos, espermatozoides o embriones, que pueden brindar tranquilidad y libertad de decisión. A grandes rasgos se puede decir que, si se tiene menos de 35 años y se lleva un año intentando sin éxito, o más de 35 años y han pasado 6 meses, es buen momento para consultar. También si hay antecedentes médicos, cirugías, ciclos irregulares o dolores menstruales.
¿Qué tratamientos existen?
Desde los sencillos como la estimulación ovárica y la inseminación intrauterina, hasta opciones más complejas como la fertilización in vitro (FIV) y el uso de ovodonación o preservación de óvulos. Cada persona y cada pareja es un mundo, por eso las opciones se deben adaptar a cada caso.
Qué puedo hacer para mejorar mi fertilidad de forma natural?
Aunque muchos factores que afectan la fertilidad no se pueden modificar, como la edad o ciertas causas genéticas, hay hábitos y cuidados que pueden favorecer la salud reproductiva y mejorar las probabilidades de lograr un embarazo. Algunos de ellos:
- Alimentación: mantener una dieta equilibrada, rica en frutas, verduras, proteínas de buena calidad y grasas saludables (como las del aceite de oliva, palta o frutos secos) puede mejorar la función hormonal, la ovulación y la calidad del esperma. Evitar ultraprocesados, azúcares en exceso y grasas trans es importante.
- Peso corporal: tener un peso corporal saludable es esencial para la fertilidad. Tanto el sobrepeso / obesidad como el bajo peso pueden alterar el equilibrio hormonal y afectar la ovulación o la producción de espermatozoides. Además, el sobrepeso se asocia a mayor riesgo de abortos y menor tasa de éxito en los tratamientos.
- Actividad física: el ejercicio regular ayuda a mejorar el metabolismo, controlar el peso, reducir la inflamación y regular las hormonas. Es especialmente útil en mujeres con síndrome de ovario poliquístico (SOP).
- Tabaco, alcohol y sustancias prohibidas: el tabaco perjudica directamente la calidad de los óvulos y espermatozoides, adelanta la menopausia y disminuye la reserva ovárica. El consumo excesivo de alcohol o drogas recreativas también puede interferir con la fertilidad en ambos sexos.
- Estrés crónico: reducir el estrés mejora el bienestar general y puede favorecer la fertilidad. Actividades como yoga, meditación, terapia o simplemente un descanso adecuado pueden hacer la diferencia.
La fertilidad se construye con decisiones diarias
Consultar con un especialista puede ayudar a integrar estos hábitos de forma personalizada, anticiparse a posibles dificultades, a través de la vitrificación de óvulos, por ejemplo, y evaluar opciones si ya existen obstáculos para concebir. La prevención también es una forma de cuidar la fertilidad.
* Dr. Agustín Pasqualini, (MN 102009), director Médico de Halitus Instituto Médico. Presidente de SAMeR.