Empleo y reinserción: se inauguró una fábrica dentro de una cárcel mendocina
Mendoza inauguró la primera unidad productiva dentro de su sistema penitenciario con una fábrica en la cárcel San Felipe.

La cárcel San Felipe ahora cuenta con una fábrica para capacitar y emplear a internos.
Prensa Gobierno de MendozaEl Gobierno de Mendoza habilitó la primera fábrica dentro del sistema penitenciario, una iniciativa que busca transformar la forma en que se encara la resocialización de las personas privadas de su libertad. El proyecto fue presentado oficialmente dentro de la cárcel San Felipe en Las Heras.
La iniciativa combina formación, empleo y producción real en un entorno controlado, con el objetivo de brindar herramientas concretas para la futura reintegración social. A través del trabajo, los internos podrán acceder a un ingreso, capacitarse y participar en un circuito productivo con fines concretos.
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Reinserción social a través de la producción
La fábrica funciona bajo el modelo de unidad productiva, con maquinarias industriales instaladas dentro del penal y tareas organizadas en turnos. En esta primera etapa, la producción está enfocada en la confección de indumentaria, aunque se espera sumar otros rubros en etapas posteriores.
Desde el Gobierno aseguran que este proyecto se articula con un plan más amplio de reinserción social, que incluye educación, oficios y acceso a programas laborales. El objetivo es reducir la reincidencia y construir un puente entre el sistema penitenciario y la vida en libertad.
Un modelo que busca multiplicarse
La puesta en marcha de esta fábrica carcelaria fue posible gracias a la articulación entre el Ministerio de Seguridad y Justicia, el Servicio Penitenciario y empresas privadas que aportaron maquinaria, insumos y know-how. También participan institutos técnicos que brindan capacitación específica.
La producción se destinará tanto al abastecimiento de organismos públicos como al mercado general, y quienes trabajan dentro de la unidad tienen asignado un salario, de acuerdo a normativas vigentes. Además, los productos llevarán una identificación que explica su origen y el sentido del proyecto.
Este espacio se considera un proyecto piloto, que podría replicarse en otros penales de la provincia si se obtienen buenos resultados. La idea es generar un modelo que combine seguridad, ocupación productiva y beneficios tanto para el sistema como para la comunidad.
El Gobierno provincial sostiene que apostar al trabajo en contexto de encierro es también una forma de proteger a la sociedad en el largo plazo. El acompañamiento a quienes cumplen condena se vuelve una herramienta para evitar futuros delitos y promover oportunidades reales una vez que recuperan la libertad.