Autoconfianza a prueba de dudas: 7 tácticas para personas inseguras que sí funcionan
Guía práctica para vencer la inseguridad: siete tácticas simples, probadas y sostenibles para ganar autoconfianza sin frases hechas ni humo de verdad.

Entrena la autocompasión como antídoto de la autocrítica.
Archivo MDZLa inseguridad personal no es un rasgo fijo: es un estado entrenado por años de autocrítica, comparación con los demás y miedo a la incertidumbre. A veces nos autoengañamos, porque hasta puede verse elegante —“soy exigente”— aunque la mayoría de las ocasiones encubre un profundo y recurrente autosabotaje: postergar conversaciones, subestimar logros, decir “sí” cuando querías decir “no”.
Mediante investigaciones de la conducta y el comportamiento humano, se sabe que la inseguridad sostenida se vincula con un deterioro de la salud mental, peores decisiones y relaciones más frágiles. Y la buena noticia es que se puede revertir con hábitos concretos y medibles.
Te Podría Interesar
Qué es la inseguridad y por qué nos atrapa
La inseguridad combina tres piezas: una autoestima vulnerable, baja autoeficacia (no me creo capaz) y la intolerancia a la incertidumbre (vivo lo incierto como amenaza). A su vez, la repercusión interna es más profunda: una baja autoestima continua predice depresión y ansiedad, lo que convierte a la inseguridad en un factor de riesgo activo, no un simple reflejo del ánimo del día.
Si se le suma ese sentir que “no soy suficiente”, se reducen conductas de aporte, iniciativa y voz, puesto que la autoeficacia se asocia de forma robusta con el desempeño y la autopercepción de uno mismo de sentirse útil, o no. Por otra parte, la intolerancia a la incertidumbre es un factor que se asocia con ansiedad, depresión y la evitación, y además predice el agravamiento de síntomas con el tiempo, por el afán de querer controlar los acontecimientos.
Cómo afecta la inseguridad a las personas: los 5 impactos clave
- Salud mental: mayor riesgo de depresión y ansiedad. La baja autoestima incrementa la probabilidad de episodios depresivos y ansiosos a futuro. No es solo correlación: la dirección de imagen débil interna que se traduce en síntomas externos, hace que la persona viva disminuida respecto a sus posibilidades, y, con el tiempo, cae por no poder afrontar su propia realidad.
- Carrera y desempeño: menos iniciativa y más “síndrome del impostor”. Las personas inseguras atribuyen éxitos a la suerte y temen ser “descubiertas”. El popular fenómeno del impostor se ha ligado recientemente a una mayor dosis de ansiedad, burnout -síndrome del quemado- y menor satisfacción laboral. En paralelo, cuando la persona se percibe con mayor autoeficacia, aumenta el rendimiento.
- Relaciones: satisfacción más baja y más conflicto. La inseguridad de apego (ansiosa, dependiente de los demás, o evitativa) se asocia con menor satisfacción de pareja y amistades, incluso relaciones con la familia. Al tener dosis más alta de insatisfacción por falta de seguridad interior, el umbral de tolerancia baja su mínimo nivel, y allí nacen los conflictos que, en este tipo de personas, suelen ser recurrentes.
- Decisiones y manejo del riesgo: más evitación y parálisis ante lo incierto. La intolerancia alimenta la preocupación, la falta de toma de decisiones y la búsqueda de garantías imposibles, en el supuesto de que la persona quiere tener todo bajo control. Esta forma de proceder lo único que logra es empeorarla: cronifica la duda.
- Productividad y hábitos: más procrastinación y auto-boicot. Quien no confía en sí tiende a postergar para “no fallar” o a esperar “que todo sea perfecto” para actuar. La procrastinación se relaciona fuertemente con baja autoeficacia y dificultades de autorregulación; no es sólo un tema de planificación o de organización del tiempo.
Siete tips prácticos para fortalecer tu seguridad personal
- Diseña “intenciones de implementación” (el poder del ejercicio del “sí…”). Traduce tu objetivo en disparadores concretos: “Si programo el lunes a las 8:30, entonces envío el mail de propuesta”. Se ha comprobado que el “Sí / entonces” muestra un efecto medio-alto en personas inseguras. Para probarlo y adaptarlo a tu personalidad, haz tres planes sencillos con este formato; defínelos con sus objetivos, por pequeños que sean, agéndalos y colócalos escritos en lugares visibles para evitar procrastinar.
- Aplica estos dos métodos: WOOP/MCII en 10 minutos. Escribe: Deseo (Wish), Resultado (Outcome), Obstáculo interno (Obstacle) y Plan (Plan). Y agrégale MCII, Contraste Mental de Implementación de Intenciones. En palabras simples, el diseño del primer modelo te permite hacer foco en lo esencial de la inseguridad que quieres superar; y el segundo, te ayuda haciendo el contraste para ver en transparencia las posibilidades futuro deseado versus realidad actual. Para esta segunda parte, necesitas hacer el contraste con las op´ciones de implementación; por ejemplo: “si X -lo que quieres lograr-, entonces haré Y -lo que vas a actuar, por minúsculo que sea-
- Cambia el guion con “auto-diálogo distanciado”. Cuando te invada la duda, háblate en segunda persona, como si tu otro yo estuviera frente a ti. Por ejemplo: “(empieza con tu nombre) Tú puedes… ¿Qué te conviene ahora?”. Hay varios ensayos que muestran menos reactividad emocional y decisiones más racionales con este micro-ajuste en tu forma de expresarte. Es que el lenguaje que utilizamos no es inocente y forma estados de consciencia, los que, a su vez, se pasan a la mente consciente, y de allí, a hacer realidad esas manifestaciones verbales.
- Reencuadra con revaluación cognitiva en 3 pasos. Esta técnica requiere seguirla minuciosamente y sugiero hacerlo por escrito, porque todo lo que hacemos sólo mentalmente tenderá a desaparecer o desvirtuarse. Entonces, escribe y relee.
Aquí tienes una estructura de reencuadre con revaluación (poner en valor la situación, volver a sopesarla):
- Nombra la emoción (“Estoy ansioso”).
- Ponle otra lectura/reencuadre a la situación (“Esto es un desafío para el que me puedo entrenar”).
- Define la siguiente acción mínima. La revaluación supera a la supresión de la acción para regular las emociones y obtener un mejor resultados. La ‘acción mínima’ puede ser tan pequeña, casi insignificante, que no habrá motivo para que tu mente la rechace. Practícala en un “diario de reencuadre” 3 veces por semana.
5) Entrena la autocompasión como antídoto de la autocrítica. Prueba este protocolo de 5 minutos: con la mano derecha sobre la zona del corazón, respira 6 ciclos, di -por ejemplo: “Esto es difícil; pido y me comprometo que pueda ser amable conmigo; que pueda elegir el próximo paso útil”. Si lo deseas, puedes agregar tres aspectos positivos de ti, como refuerzo constructivo. De esta forma, con práctica continuada, percibirás mejoras en el bienestar y una paulatina reducción de ansiedad y estrés tras entrenar autocompasión. En definitiva, ser más suave contigo.
6) Mindfulness breve para tolerar la incertidumbre. Practica 8–10 minutos de atención plena a la respiración con una app o temporizador. Volver a tu eje te hace más vulnerable a lo que vives y sientes en cada momento. Cuando contactas con ese espacio interior, paulatinamente percibirás menos estrés y mayor autoconfianza en los distintos aspectos de tu vida. Una pregunta que puedes formularte mientas practicas es: “¿Qué información útil sería importante que me llegue en este momento?”; y ábrete a escuchar tu propia sabiduría: posiblemente sea una palabra, un aroma, un sonido, una imagen, una letra. Ese sería un indicio para lo que necesitas saber.
7) Escritura libre para “vaciar” la rumiación y decidir. Durante 15 a 20 minutos, escribe sin filtro sobre la situación que te inquieta y lo que harás en las próximas 24 horas. Hazlo a mano, sin buscar una redacción ideal. Solamente escribir, incluso palabras sueltas. Este efecto desagote de tu inseguridad sirve para despejar la acción que quieres llevar a delante, para, luego, planificarla y despejar tu plan concreto.
Y para concluir, tres micro-prácticas que también te van a ayudar:
Limita la validación externa: pide criterios, no aprobación (“¿Qué estándar debe cumplir esta propuesta?”, “¿Puedes comentarme sobre qué base me expresas eso, así puedo considerarlo?”).
- “Regla del 80%”: No todo lo que hacemos debe estar “100 puntos o más”, propio de los perfeccionistas e inseguros. Hay cosas que puedes cerrarlas y avanzar cuando están al 80%, en vez de evitarlo por querer llegar al ciento por ciento, que puede ser innecesario en ciertos casos. No se trata de conformarse, sino de regular la energía para darlo todo cuando sea el momento.
- Cierra cada jornada con “3 victorias pequeñas” para entrenar evidencia de capacidad de autoeficacia, que es la certeza de que sí hay cosas que has hecho bien este día. Además, te conectas con la gratitud, otro antídoto frente a la inseguridad.
* Daniel Colombo. Facilitador y Máster Coach Ejecutivo especializado en alta gerencia, profesionales y equipos; mentor y comunicador profesional; conferencista internacional; autor de 32 libros. LinkedIn Top Voice América Latina. Coach profesional certificado por ICF en su máximo nivel, Coach certificado, Miembro y Mentor en Maxwell Leadership, el equipo de John Maxwell.
IG: daniel.colombo
Podes visitar mi canal de YouTube haciendo click aquí.