Armas en casa: las claves para una tenencia segura en el entorno familiar
Conoce las recomendaciones esenciales que los legítimos usuarios deben seguir para garantizar la seguridad en el entorno familiar.

El reciente caso de un menor que accedió a un arma de fuego y fue con ella al colegio, puso la voz de alerta respecto al cuidado con las armas que pueden tener en un hogar. Expertos en la materia son claros: la respuesta no está en la prohibición total, sino en la educación y la responsabilidad de los adultos.
Según Adrián Navarro, director del Tiro Federal Mendoza, la clave es la comunicación. Los padres deben decirle a sus hijos que hay un arma en casa y que esta no es un juguete, sino una herramienta de trabajo en el caso de las fuerzas de seguridad, o un instrumento para uso deportivo o defensivo en el caso de los ciudadanos civiles. Al normalizar su existencia, se disipa la curiosidad infantil que puede llevar a situaciones de riesgo.
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Navarro subraya que el guardado del arma es fundamental. Debe estar en un lugar seguro y en altura, fuera del alcance de los niños, para evitar cualquier accidente. Además, se deben aplicar medidas de precaución esenciales, como no tener el cargador puesto ni un proyectil en la recámara. Muchas armas modernas tienen seguros que las vuelven inoperables si no tienen el cargador puesto.
La escuela de tiro, un espacio para el aprendizaje familiar
El Tiro Federal Mendoza es un punto de encuentro que cada vez tiene más familias que buscan educarse en el uso de armas de fuego. Según Navarro, "ahora viene el papá, la mamá y los hijos" a capacitarse juntos. Esta dinámica promueve una mayor responsabilidad al asegurar que todos en el hogar conozcan el manejo y las implicaciones de tener un arma.
La clave no es ocultar la existencia del arma, sino enseñar a la familia a manejarla con respeto y disciplina. Navarro destaca la "escuela olímpica" del club, donde entrenan a jóvenes de entre 11 y 18 años en tiro con aire y carabina. Esto los familiariza con las armas de forma segura, bajo supervisión, y les inculca valores de responsabilidad desde una edad temprana.
El hecho de que los hijos acompañen a sus padres al club también ayuda a que los jóvenes vean el arma como una herramienta deportiva o de defensa y no como un juguete. De esta forma, se refuerza la idea de que su uso está limitado a entornos controlados y que requiere un entrenamiento constante. Así, el club de tiro se consolida como un pilar en la formación de futuros usuarios responsables.
La tenencia legal de armas en Argentina: un proceso riguroso
En Argentina, la tenencia legal de armas de fuego no es un proceso sencillo. Contrario a la creencia popular de que las regulaciones se flexibilizaron, los requisitos son tan estrictos como hace 10 o 20 años. La Agencia Nacional de Materiales Controlados (ANMAC) mantiene un control exhaustivo sobre todo el proceso.
Para convertirse en Legítimo Usuario de un arma (CLU), los interesados deben seguir una serie de pasos inalterables:
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Examen psicofísico: el solicitante debe realizar evaluaciones psicológicas y físicas con profesionales registrados.
Antecedentes penales: es indispensable presentar un certificado de antecedentes penales impecable, ya que cualquier registro, por mínimo que sea, impide la aprobación.
Acreditación de medios de vida: se debe demostrar un medio lícito de vida, ya sea un bono de sueldo, monotributo u otro.
Idoneidad en el manejo: el solicitante debe aprobar un curso que demuestre que tiene los conocimientos y la habilidad para manipular un arma de fuego de forma segura.
Una vez que se cumplen estos requisitos, el proceso de solicitud, que antes era larguísimo por el envío de documentación física a Buenos Aires, se agilizó gracias a la digitalización. Ahora, los tiempos de espera se redujeron drásticamente, con la opción de un "trámite exprés" que permite a nuevos solicitantes obtener el permiso en tan solo 5 a 10 días.
El control es tan riguroso que se extiende incluso a las municiones. Con la digitalización, solo se puede comprar proyectiles en una armería si se presenta la aplicación móvil oficial de la ANMAC, que registra la posesión del arma.
Finalmente, si bien la edad para ser Legítimo Usuario se bajó a 18 años, la necesidad de demostrar ingresos actúa como un filtro natural. Esto hace que sea muy difícil para un joven adquirir un arma de fuego por cuenta propia. En la práctica, la medida facilita que los jóvenes acompañen a sus padres a los clubes de tiro, promoviendo la capacitación y la tenencia responsable desde una edad temprana.