Alarma en Las Grutas tras un derrumbe inesperado en zona de acantilados
Un derrumbe cercano a una bajada poco concurrida en los acantilados de Las Grutas reavivó las alertas en la antesala de la temporada estival.
Un nuevo derrumbe en los acantilados de Las Grutas generó alarma a días del inicio de la temporada de verano. Foto: La Ruta Natural
Un nuevo derrumbe en los acantilados de Las Grutas generó alarma esta semana, a menos de 200 metros de una de las escaleras que conducen a la playa. Aunque el municipio de San Antonio venía realizando derrumbes controlados como parte de un plan preventivo, todo indica que esta caída puntual estuvo vinculada a mareas extraordinarias que agitaron el terreno.
Desde la municipalidad explicaron que las intervenciones programadas permiten adelantarse a riesgos potenciales en sectores considerados críticos, muy transitados por turistas y residentes. Estos trabajos forman parte de una estrategia para mitigar los movimientos naturales del suelo, habituales en una costa donde las variaciones marinas moldean permanentemente el paisaje.
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El desprendimiento reciente ocurrió entre la bajada de Los Acantilados y La Rinconada, un tramo que no figura entre los preferidos por los veraneantes. Aun así, el incidente encendió la preocupación de cara al verano, motivo por el cual se reiteraron las advertencias: evitar acampar cerca de los paredones, mantener una distancia prudente y respetar la señalización que alerta sobre peligro de desmoronamientos.
Recomendaciones para turistas en Las Grutas
Las autoridades provinciales recordaron que la zona integra el Área Natural Protegida Bahía de San Antonio y que está prohibido circular con vehículos sobre playas y médanos. Cada temporada se registran decenas de desprendimientos en distintos puntos del litoral rionegrino, un fenómeno natural asociado a la erosión del mar y los vientos.
Expertos del Conicet señalan que Las Grutas está rodeada por acantilados de roca sedimentaria blanda, fácilmente erosionable. En muchos sectores se observan cavernas y bloques desprendidos, evidencia del avance constante de las olas, cuya intensidad varía según la altura de la marea. También influyen factores humanos, como edificaciones demasiado cercanas al borde del acantilado.
De cara al verano, autoridades locales insistieron en revisar la tabla de mareas antes de elegir un sector de playa y mantenerse atentos a las recomendaciones de guardavidas y oficinas de Turismo. El objetivo es claro: reducir al mínimo los riesgos en una zona tan hermosa como vulnerable.
