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Aeroparque paralizado por la niebla: vuelos suspendidos y desvíos a otros países

Una densa niebla dejó sin operaciones al Aeroparque Jorge Newbery y obligó a redirigir vuelos nacionales e internacionales a otros aeropuertos.

La niebla no es algo nuevo para esta época del año, pero cuando aparece con tanta intensidad, el impacto es inmediato.

La niebla no es algo nuevo para esta época del año, pero cuando aparece con tanta intensidad, el impacto es inmediato.

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La ciudad amaneció cubierta por una niebla espesa que parecía no terminar nunca. Desde muy temprano, la visibilidad empezó a caer en Buenos Aires y alrededores, y eso bastó para que se encendieran las alertas. El Aeroparque Jorge Newbery, una de las terminales más importantes del país, cerró sus operaciones por completo.

Los vuelos, tanto de salida como de llegada, fueron suspendidos. Y en las salas de espera, la confusión fue absoluta.

En el aeropuerto explicaron que, para que un avión pueda despegar o aterrizar con seguridad, se necesita ver al menos a 300 metros de distancia. Pero esta mañana, ese margen se redujo a apenas 150. No hubo margen para esperar: todo se canceló hasta nuevo aviso. Y no solo en Aeroparque. La niebla avanzó sobre buena parte de la provincia de Buenos Aires, el sur de Entre Ríos, Santa Fe y Córdoba, y también llegó al noreste de La Pampa.

Vuelos suspendidos y desviados que tenían destino Aeroparque

La situación en Ezeiza tampoco fue sencilla. Aunque el aeropuerto internacional no cerró, no pudo absorber toda la demanda. Al menos 17 vuelos que debían aterrizar ahí fueron desviados a otras ciudades del país. Algunos terminaron en Mendoza, Rosario o Chaco. Otros ni siquiera lograron quedarse en Argentina: fueron redirigidos a Brasil, en aeropuertos de San Pablo y Río de Janeiro, o a Santiago de Chile.

Las imágenes eran elocuentes: personas esperando sentadas en el piso, largas colas en los mostradores, familias con chicos sin saber dónde ni cuándo iban a viajar. Muchos se enteraron del cambio de destino cuando ya estaban en el aire. Algunos ni siquiera sabían en qué ciudad estaban aterrizando.

Conducir con niebla también es un riesgo

La niebla no solo complicó los vuelos. Las rutas y autopistas de acceso a la ciudad también se vieron afectadas. Con muy poca visibilidad, los vehículos apenas podían avanzar. El Servicio Meteorológico Nacional recomendó evitar circular, pero quienes ya estaban en camino debieron tomar recaudos.

Niebla en la Ciudad de Buenos Aires, Obelisco
 No hay una hora estimada para que retome su actividad Aeroparque. Todo depende de cómo evolucione la visibilidad.

No hay una hora estimada para que retome su actividad Aeroparque. Todo depende de cómo evolucione la visibilidad.

Las autoridades recordaron lo básico: reducir la velocidad, mantener distancia con otros autos, encender las luces bajas y antiniebla, y no frenar en la banquina. En algunos accesos, directamente se detuvo el tránsito por momentos para evitar accidentes. La escena era típica de un día de invierno, pero su intensidad descolocó a todos.

El pronóstico no da alivio inmediato

Según el Servicio Meteorológico, la niebla se mantendrá durante las próximas horas. Recién mañana podría empezar a disiparse, aunque se espera que persista en zonas como Capital Federal, el este de la provincia de Buenos Aires, Santa Fe y Entre Ríos.

Por ahora, el Aeroparque sigue sin operar. No hay una hora estimada para que retome su actividad. Todo depende de cómo evolucione la visibilidad. Las aerolíneas, en tanto, informan a cuentagotas. Muchos pasajeros están pendientes de actualizaciones que no siempre llegan.

Un fenómeno conocido, pero difícil de manejar

La niebla no es algo nuevo para esta época del año, pero cuando aparece con tanta intensidad, el impacto es inmediato. En cuestión de horas, dejó fuera de servicio uno de los aeropuertos más transitados del país, afectó vuelos nacionales e internacionales, y generó complicaciones en tierra.

Las aerolíneas recomiendan revisar el estado de los vuelos antes de salir de casa. Y si el viaje no es urgente, tal vez lo mejor sea esperar. Mientras tanto, la niebla cubre todo con su manto blanco, ajena al apuro de quienes solo quieren llegar a destino.