La pobreza extrema en Chaco y el desafío de las organizaciones benéficas
Una integrante de la ONG "Haciendo Camino" dio su perspectiva sobre la cruda realidad de la provincia más pobre del país y dijo que "es una realidad muy difícil de revertir".
La pobreza sigue siendo de gravedad prioritaria en el país, con uno de cada cinco argentinos viviendo en situación de indigencia. La provincia del Chaco, y en particular su capital, Resistencia, se encuentra entre las zonas más afectadas de Argentina. Según un informe de la Universidad Católica Argentina, la pobreza en el Gran Resistencia alcanza el 79,5%, con casi el 39% de su población viviendo en condiciones de extrema pobreza. Carolina Stanchuk, responsable de donantes institucionales de la ONG "Haciendo Camino", habló con MDZ Radio 105.5 FM sobre el impacto de la crisis y los retos permanentes en la lucha contra la pobreza.
Stanchuk aclaró, desde el principio, que "es una realidad muy difícil de revertir". Sobre las tareas de la organización, dijo que "nuestro trabajo es principalmente de acompañamiento de toda la familia, haciendo foco en los niños de 0 a 5 años y en las madres como principal agente de salud de esos niños. Si bien bueno, revertir esta situación es complicado, nuestro trabajo es darles las mayores herramientas posibles para que mínimamente no caigan más en la pobreza de lo que ya están".
Sobre los antecedentes que llevaron a esta situación en el norte argentino, la integrante de la ONG explicó: "Las familias viven en general de los diferentes planes sociales y después realizan changas. No tienen un trabajo formal. El tema es que cuando la población en general baja sus ingresos, disminuye sus gastos. Y lo primero que dejan son las changas: la persona que va a limpiar, el que le corta el pasto y demás". Esos son los ingresos principales de muchas familias. "Entonces la realidad es que en los últimos meses, esto se vio muy deteriorado. Muchas changas que antes hacían dejaron de hacerlas".
Respecto a los ingresos por planes sociales, Stanchuk dijo que "lamentablemente ese dinero solo les alcanza para la comida del mes. Y muchas veces por una cuestión de inflación ni siquiera para eso. Entonces acuden también a comedores como para poder tener la comida del día".
Además del trabajo en el ámbito urbano, Haciendo Camino ha ampliado sus actividades a zonas rurales de difícil acceso, como el Impenetrable chaqueño. "Trabajamos en ocho parajes diferentes y ahí colaboramos también con una alianza de otras organizaciones, porque también creemos que la realidad es tan complicada, tan compleja, que solos no lo podemos abarcar todo el trabajo. Entonces ahí trabajamos en todo lo que es nutrición, en los niños pequeños y embarazadas, y en oficios" añadió Stanchuk.
Por último, la colaboradora mencionó otros retos a los que se enfrenta la organización: "La realidad es que cada vez tenemos más demanda, más gente que se acerca a nuestros centros para poder participar de los programas. Y nosotros, cuando vamos consiguiendo financiamiento vamos incorporando más familias". Haciendo Camino recibe donaciones particulares tanto de Argentina como del extranjero.