La angustiante realidad por la que 40 personas quedarán en situación de calle

Desde el inicio del invierno, en el marco de un convenio, la Municipalidad de la Ciudad de Mendoza junto con el Arzobispado, la Pastoral Social, el Liceo Militar General Espejo y el Gobierno de la provincia de Mendoza pusieron en pie un refugio de noche con una capacidad para cuarenta personas en situación de calle en un salón perteneciente al grupo Huentala, ubicado en calle San Juan. La Fundación Puente Vincular publicó una carta abierta a propósito del cierre pidiendo que se extienda el tiempo de funcionamiento del albergue.
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El convenio tenía una fecha de vencimiento desde el momento que se firmó: este 31 de agosto será el último día en el que esas personas podrán dormir en una cama y bajo techo, porque desde el 1 de septiembre el refugio de noche no funcionará más. En Mendoza, son alrededor de 500 las personas en situación de calle que viven con lo puesto, y cuando no tienen un refugio que los acoja, duermen a la intemperie en distintos espacios urbanos, en el mejor de los casos sobre un colchón y tapados con frazadas o cualquier cosa que de un poco de abrigo y calor.
La Fundación Puente Vincular publicó en sus redes sociales una carta abierta expresando la preocupación por el cierre del refugio y las personas que asistían cada noche en búsqueda de abrigo y una cama. “Estas 40 personas volverán a la calle, al frío y la incertidumbre”, comenzaron.
Tras agradecer el trabajo y dedicación de quienes hicieron posible el funcionamiento del refugio, brindando un techo y oportunidades reales para que muchas personas en situación de calle comenzaran a salir adelante, manifestaron la preocupación por su futuro. En el comunicado, contaron que durante ese corto tiempo hubo personas que encontraron impulso para buscar trabajo y recordaron el caso de un hombre que confesó que hacía siete años que no dormía en una cama.
Además, señalaron que “la situación de calle es una problemática estructural que trasciende lo habitacional y laboral”. Por ese motivo, indicaron que es esencial extender el tiempo de funcionamiento del albergue con el objetivo de consolidar lazos y brindar apoyo continuo para evitar un retroceso en los avances logrados por estas personas. “Qué planes existen para el futuro? ‘¿Cómo aseguraremos que estas personas, muchas de ellas mayores, no vuelvan a la calle, a un destino que las margina y las deshumaniza? Si hemos sido capaces de generar oportunidades para algunas, ¿por qué negarles esa posibilidad a las demás?”, se preguntaron.
“Apelamos a la conciencia de nuestras autoridades, para que reconsideren el cierre de este albergue, o la pronta búsqueda de una opción similar”, sostuvieron. Por su parte, Marcelo Di Benedectis del Arzobispado de Mendoza, comunicó a MDZ que la próxima semana publicarán un informe sobre la experiencia.