El proyecto que entusiasma a vecinos de la Ciudad y genera dudas en los especialistas
Un nuevo hotel genera expectativa por el incremento en la valuación de las propiedades de la zona. Sin embargo, patrimonialistas advierten que no hay detalles sobre la conservación del espacio.
Mendoza vive un auge de emprendimientos inmobiliarios de gran envergadura, solo en la capital mendocina hay 12 proyectos residenciales y turísticos culminados y en ejecución. Según información oficial son 130 mil metros cuadrados de obras que se traducen en una inversión total estimada de más de 100 mil millones de pesos. Entre los proyectos se destaca el Hotel Buen Pastor que estará ubicado en el corazón de la quinta sección de la ciudad.
El proyecto que tiene como objetivo la construcción de un hotel de cinco estrellas en plena quinta sección de la Ciudad de Mendoza genera expectativa ya que provocaría un incremento en la valuación de las propiedades de la zona y un crecimiento importante en las calles aledañas. Los comercios se verán beneficiados con la visita de un turismo de elite pero la fisionomía del espacio público sufrirá modificaciones de relevancia y algunos vecinos miran con desconfianza ese aspecto. Por otra parte, especialistas en patrimonio destacan la importancia de llevar a cabo un proyecto que proteja la estructura de la capilla y la fachada del lugar.
La edificación proyectada por el grupo Presidente estará ubicada en la calle Martín Zapata entre Olascoaga y Martínez de Rosas, en el inmueble que aloja a las hermanas de la Congregación del Buen Pastor desde 1886. "Las Hermanas del Buen Pastor llegaron a Mendoza a fines del siglo XIX procedentes de Chile ,compraron un terreno de aproximadamente 5 hectáreas en las afueras de la Ciudad Nueva en momentos en que la misma se expandía hacia el oeste. El extenso predio estaba flanqueado por la calle Alto Godoy (Tiburcio Benegas) Unión (Emilio Civit), el callejón Ortiz, desaparecido en ese tramo y otros propietarios por el oeste. A principios de siglo iniciaron la construcción del convento y de la iglesia", expresó la Doctora en Arquitectura, Liliana Girini.
Actualmente, el lugar es ocupado por el Servicio Sacerdotal Nocturno y se mantiene con aportes voluntarios. Es reconocida por su capilla que está dotada de un importante patrimonio pictórico, obra del maestro catalán Ramón Subirats y es considerada patrimonio cultural de la provincia.
Dudas sobre el espacio patrimonial
El inmueble donde está proyectado el Hotel Buen Pastor es un sitio de importancia histórica y arquitectónica. Según explicaron fuentes oficiales, el proyecto inmobiliario no provocará intervenciones directas en la Capilla que mantendrá su estructura y fisionomía actual debido a que, en el 2005, fue declarada Patrimonio Cultural de la Ciudad de Mendoza.
Entre los argumentos que se esgrimen en dicha declaración se encuentra la historia y riqueza que encierra la capilla de estilo renacentista italiano. Fue consagrada en el año 1993, por Monseñor Orzali y resistió los terremotos del 77 y del 85.
El predio que supo ser el hogar de las Hermanas de El Buen Pastor, tendrá un destino distinto al que tuvo originalmente. "La falta de vocaciones producto de una laicización creciente de la sociedad hizo que esta congregación, al igual que otras, fuera cerrando sus sedes en distintas provincias como en Córdoba en la década del 80; Salta en la misma década; Tucumán en 2002 y Rosario, Santa Fe en 2006 y Mendoza en 2018; en algunos casos estos edificios fueron abandonados a su propia suerte y en otros, dedicados a nuevos usos como el caso de Córdoba transformado en un complejo cultural, gastronómico y recreativo", expresó Girini.
"En el caso del Buen Pastor, se trata de un patrimonio en riesgo ya que el edificio no cuenta con la protección de la Ley 6034 de Patrimonio Cultural de la provincia que lo ampare", destacó la especialista y agregó: "La venta del predio y edificio en 2018, no incluyó la iglesia, la que habría pasado a pertenecer al Arzobispado de Mendoza. Actualmente en el sitio, funciona el Servicio Sacerdotal Nocturno de Mendoza. No obstante nada se sabe del destino del resto del edificio sobre todo a la luz del nuevo emprendimiento".
"El temor de los patrimonialistas es que se tire abajo la crujía (es la hilera de salas que definen la fachada) y dejen un pedazo o fragmento que corresponde a parte de la iglesia. Dejar un fragmento de la iglesia y la fachada sería terrorífico, lo óptimo sería que se integren esos espacios al proyecto", manifestó y agregó: "Con miras a la salvaguarda de este patrimonio religioso y cultural de la ciudad, sería oportuno establecer un espacio de diálogo entre los distintos actores, los nuevos propietarios del edificio, el Arzobispado, la Dirección de Patrimonio Cultural y la comunidad a fin de definir una estrategia integrada para lograr una propuesta de activación de este valioso edificio".
En relación a la construcción del hotel, el especialista en patrimonio Jorge Ponte expresó: "Si los materiales a utilizar son compatibles o armoniosos con las fachadas de ladrillo con junta sellada sería un buen comienzo. Habría que hacer un buen trabajo de artesano en la compatibilización" y agregó: "Mezclar actividades residenciales y turísticas es saludable. Hay que evitar que el centro de la ciudad pierda la actividad residencial y queden lugares muertos en las noches ya que eso promueve el vandalismo urbano".
Detalles arquitectónicos
La importancia y la necesidad de salvaguarda de El Buen Pastor se fundamenta desde distintos aspectos. "El edificio definió un paisaje cultural característico con su presencia centenaria y su larga fachada continua sobre la ancha vereda, flanqueada rítmicamente por los plátanos que proyectan luces y sombras según la estación del año que enriquecen la experiencia y la percepción de quienes transitan por el lugar. Hoy queda poco de la organización claustral original que agrupaba las distintas dependencias, pero es muy importante la crujía de habitaciones y la iglesia que definen la fachada norte; solemne, de ladrillos a la vista, con un exquisito tratamiento de ladrillos que se traduce en molduras y cornisas muy elaboradas", contó la arquitecta Liliana Girini.
"En este extenso muro, que ya perdió una parte en la década del 80 cuando se vendió la esquina noroeste, destacan los vanos ojivales de puertas y ventanas dotadas de carpinterías y rejas de notable factura. La parte más destacada, corresponde a la iglesia; indica su presencia, una hornacina que en lo alto ampara la figura de Jesús Buen Pastor y su oveja, apenas perceptible a través del follaje de los árboles. Atrás, se advierte la cúpula que corona el ábside de la pequeña iglesia de tres naves a la que se accede desde el interior del recinto. Esta, es la joya del conjunto, cuenta con un patrimonio pictórico y ornamental muy relevante. Los murales fueron pintados entre 1930 y 1933 por Ramón Subirats, un destacado artista catalán radicado por entonces en la provincia, quien también realizó los vitrales que ornamentan el edificio", agregó la especialista.