Historias

Mujer, independiente y camionera: cómo es manejar a 5600 metros de altura

Paola tiene un trabajo extremo: maneja una hidrogrúa en proyectos mineros de altura, en una de las industrias más complejas.

Pablo Icardi
Pablo Icardi sábado, 9 de marzo de 2024 · 10:30 hs
Mujer, independiente y camionera: cómo es manejar a 5600 metros de altura
Paola, en una de las plataformas donde maneja, en plena cordillera. Foto: Gentileza

Paola Díaz vive con intensidad eso de manejar a más de 5 mil metros de altura y en una zona inhóspita. Le gusta. Se siente libre. Mate, una playlist que va desde el rock nacional a la cumbia y un andar cauteloso en mole que trepa la cordillera de San Juan. "El camión es mi vida", dice. Viene de trabajar en una plataforma de perforación del proyecto minero Luna Huasi, a 5600 metros sobre el nivel del mar y casi haciendo camino. Curvas, contracurvas y precipicios. Doble maniobra para girar y paciencia. Dos horas para avanzar unos pocos kilómetros y mover, en ese contexto, equipos pesados. Paola es, ante todo, una mujer independiente que elige trabajar 14 días en la alta montaña para descansar otros 14 en su casa de Pocito, en San Juan.  

Paola maneja una hidrogrúa en el distrito minero Vicuña, a más de 4 mil metros de altura. 

Ella maneja una hidrogrúa, un tipo de vehículo que requiere una pericia particular por el porte y por los caminos donde circula. Es camionera y orgullosa de su profesión. "Como mujer me siento muy orgullosa de mi trabajo, soy una persona muy independiente y si me dicen q me quede más días en la montaña, lo hago con mucho gusto", explica la mujer en un momento de descanso en el campamento Batidero, en plena cordillera.  "Me siento orgullosa de mi misma. No hay muchas mujeres que manejan camiones. A las mujeres les digo q se animen, que todas tenemos la capacidad de operar un equipo", arenga Paola.

En todas las estadísticas las mujeres tienen mejor desempeño: menos infracciones graves, menos accidentes, más prudencia al manejar, menos consumo de alcohol. A nivel profesional son, como en casi todos los rubros, subestimadas. En Argentina menos del 1% de los empleos de transporte de carga son ocupados por mujeres.

La rutina arranca a las 7 de la mañana. En el comedor hay una reunión donde se diagrama el plan de trabajo. Charlas de seguridad y a subirse al camión. A esa hora la temperatura siempre es bajo cero. En invierno los caminos se congelan y se tapan de nieve. Su primer empleo fue como repartidora en el camión de una empresa de materiales de la construcción. Luego postuló para un puesto en la empresa Billia, prestadora de servicios mineros, y quedó. Se metió a la cordillera en el proyecto Veladero y ahora es parte del equipo que explora el Distrito Vicuña. "Aprendí con mi papá, que era hidrogruísta. Estaba muy orgulloso él. A mí me encanta. Arriba compartís mucho tiempo con todos porque terminan siendo tu familia. Soy de unir mucho a los grupos porque me gusta", explica la camionera.

En pleno invierno, también hay que abrir camino. 

Paola vivía en Buenos Aires y por decisión familiar se mudaron a San Juan. Estudió en la escuela Antonio de la Torre. Logró empezar la facultad, pedo no pudo seguir. "Empecé a manejar los camiones y seguí esa profesión. De a poco fui aprendiendo sobre los equipos y lo específico para trabajar en los proyectos mineros. "No me arrepiento d nada, al contrario me siento feliz de la persona que soy", explica. 

La actividad minera es, de a poco, un espacio ganado. Antes era hasta considerado de mala suerte que hubiese mujeres en las minas. Sin embargo aún hay complejidades. Es lo que les pasa a las geólogas, por ejemplo, uno de los empleos más calificados en esa actividad. "A mí me encanta la profesión. Es duro por la rutina y porque también está muy acomodado a los hombres en los campamentos. Pero de a poco se va a ir ganando más espacio. Lo que ocurre es que parece natural que cuando una tiene hijos, debe quedarse en el llano para cuidarlos. También es verdad que tira, que te genera culpa irte", explicó una joven geóloga sanjuanina a MDZ

La ingeniera sanjuanina que lidera la planificación de la infraestructura de Josemaría.

En Batidero, el campamento base de Josemaría y el resto de los proyectos del Distrito Vicuña, la convivencia fluye. En la sala de recreación no hay segmentación. En los pasillos, tampoco. Cerca del 30% del personal directo de Josemaría son mujeres. En ese rubro admiten que hay un desafío en sumar más empleos en otras tareas que no sean netamente relacionadas a la asistencia. 

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