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Operativo en el Campo Papa: la dramática situación que se vivió en una escuela

"La sensación del plomo en la espalda, la tuvimos los maestros que fuimos hoy a la escuela", dijo Andrea Blandini, senadora provincial (mc) y docente de la Escuela Emaús del barrio Campo Papa.

Redacción MDZ
Redacción MDZ martes, 12 de marzo de 2024 · 19:58 hs
Operativo en el Campo Papa: la dramática situación que se vivió en una escuela
Foto: ALF PONCE MERCADO / MDZ

Esta mañana hubo un operativo de rastrillaje que hizo el Ministerio de Seguridad con la Policía de Mendoza, donde cerca de 1000 efectivos participaron. Sucedió en el barrio Campo Papa, del departamento de Godoy Cruz, donde se detuvo a alrededor de 50 personas - 30 con pedido de captura- además del secuestro de armas y drogas. Una escena similar a las que venimos viendo en la ciudad de Rosario, provincia de Santa Fe. El Campo Papa es una zona muy castigada, con un alto nivel de pobreza y postergación y que, además, viven el conflicto del narco todos los días. Para saber qué pasó, sobre todo, con las niñeces, Andrea Blandini, senadora provincial (MC) y docente titular de la Escuela Nº 1-419 Emaús, de dicho barrio, habló en MDZ Radio 105.5 FM y contó cómo se vivió la dramática situación en la jornada escolar.

"Lo primero que tengo para decir, porque no puedo hablar desde la sola ingenuidad de docente, porque no lo soy.  Acá ha habido improvisación por parte de las autoridades del gobierno, por parte de la justicia", dijo Blandini, y continuó su relato: "Como maestra común de una escuela, que agarré el auto, 7.45 hs, salí de donde vivo, me dirigí por Presidente Illia y cada vez había más policía, y más policía hasta que no puede ingresar a la escuela. Tuve que aclarar que era maestra y que iba a la escuela".

Para Blandini, "una cosa es que uno esté preparado para la guerra, y que esté entrenado para la guerra. Otra cosa es verla en vivo y en directo. No es una cosa que haya sucedido hoy. Esto que está sucediendo en Godoy Cruz, se vive todos los días todos desde hace mucho tiempo". Aclaró que: "Me refiero al narcotráfico. Le digo a los mendocinos y mendocinas que no se sorprendan tanto con Rosario, porque en Mendoza está pasando lo mismo. Se puede solucionar, se puede trabajar en desbaratar el narcotráfico".

En cuanto a lo sucedido en la escuela con los chicos y chicas, dijo: "Las criaturas que van a esa escuela sufren la discriminación por falta de trabajo, la discriminación por falta de alimento, la discriminación porque, supuestamente, son todos los planeros. Pero también sufren la violencia. Una criaturita de salita de tres que lleva su mochila y se la tiene que abrir a un policía armado para ir a la escuela, es una situación psicológica que es normal".

Si bien la situación del narco se vive todos los días en el barrio "ver el arma es otra cosa. No es lo mismo que te digan que los niños no pueden salir al patio a jugar. Esto fue a las 11 de la mañana. Estuvieron encerrados en la escuela". La docente continuó diciendo que "lo podrían haber hecho exactamente igual, sin los niños dentro de la escuela y poniendo en riesgo la vida de los niños y la nuestra. Sinceramente, yo le temo a una bala en mi cuerpo. Esto se llamó Claudia Aranaz en el 2001/2002. Ese fue el nombre, puede ser cualquier nombre".

Advirtió que lo que sucede es que "los directivos tienen una línea de que tienen miedo. Yo no tengo miedo porque por $300.000, que es lo que me pagan como maestra de esa escuela, con la mayor zona de las zonas... Yo doy la vida por la patria, pero por el negocio del narcotráfico, no".

En cuanto a la cotidianidad de los niños y las niñas, contó que "es normal que en los recreos, los docentes de la Escuela Emaús, nos quedamos mirando entre nosotros antes un diálogo que no entendemos. Por más que uno haga política, por más que una sea docente, yo no me imagino la granada, no me imagino la recortada, no me imagino el ruido. No me lo imagino. Incluso asusta, porque una en el rol decente, va a enseñar y los niños, bonitos, juegan".

Para finalizar expresó que: "La escuela es el lugar más bonito y más pacífico. Pero en la escuela Emaús no pasa eso. Se silencian cosas y lo que podrían haber hecho bien, lo hicieron mal. Hubieran puesto un policía en la escuela y decirle a los padres que regresen con los chicos a las casas. Nosotros nos hubiéramos quedado resguardados". Blandini preguntó: "¿Tienen miedo de que uno no trabaje? Yo voy a trabajar a la escuela Emaús porque quiero, y me gusta ir a trabajar. No quiero un asueto", y agregó: "La sensación del plomo en la espalda, la tuvimos nosotros, los maestros que trabajamos en esta escuela el día de hoy".

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