El curioso origen mitológico de la celebración de Vendimia
La tradicional celebración en torno a la cosecha del vino se realiza desde hace siglos, en distintas ciudades del mundo. En un primer momento, estaba relacionada a la mitología.
El origen de las fiestas de vendimia, tal como las conocemos, se remonta a la Edad Antigua, precisamente, a la aparición de la mitología en las culturas más importantes de ese período histórico. Los egipcios, los griegos y los romanos realizaban rituales para honrar a los dioses que consideraban representantes de la vid. Y, poco a poco, la migración de los europeos llevó a que esa costumbre se extendiera a nivel mundial por los siglos siguientes.
Según los historiadores, todo comenzó en el antiguo Egipto, donde los faraones ordenaban hacer rituales en honor a Osiris, el dios de la resurrección, de la regeneración del Nilo y de la fertilidad. Se lo relacionaba con la vid, de acuerdo con el sitio de vitivinicultura Arlanza, porque “después de recoger la uva, la vid parece muerta, al igual que Osiris que renacía cada año con la inundación del río Nilo para fertilizar la tierra y dar vida”. El agua de la inundación venía de color rojo y coincidía con la llegada de la vendimia. Entonces, se relacionaba al río fertilizante con el vino, por su color.
Quién era Dionisio, el Dios del vino
La celebración originada en Egipto, más tarde, se extendería a Grecia, donde se hacía un ritual por el dios Dionisio (Baco para la mitología romana). Este era hijo de Zeus y Sémele, una amante mortal, pero, tras la muerte de su madre, creció rodeado de ninfas en una gruta con paredes cubiertas de vides . Al crecer, bebió el jugo de las uvas que tenía a su alcance, descubriendo, así, el vino. Experimentó una sensación tan agradable que hizo una fiesta con dioses, ninfas, centauros y sátiros, pisando la uva y produciendo más vino.
Otra versión dice que Dionisio se enamoró del joven Ampelo, que se traduce del griego como “cepa de vid”, a quien le regaló una cepa de vid para llamar su atención. El joven trepó al ver los racimos de la vid, pero se cayó de ella y tuvo el trágico desenlace de la muerte.
En Roma las celebraciones por la creación del vino se replicaron con el nombre de Vinalias, en honor a Baco, Júpiter y Venus.