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Torreón del Monje, el edificio que estuvo a punto de desaparecer, lo salvó una familia y hoy cumple 120 años

Es un ícono de la costa marplatense y, según recuerda Rodolfo Parato, uno de sus socios, en diálogo con MDZ, fue "la primera confitería en ubicarse frente al mar".
El Torreón del Monje, ícono marplatense y edificio histórico Foto: Federico Bruno
El Torreón del Monje, ícono marplatense y edificio histórico Foto: Federico Bruno

Contar la historia del Torreón del Monje es contar, en parte, la historia de Mar del Plata porque en su estructura confluyen los cambios más vibrantes de las épocas que lo forjaron como un edificio -que esta semana cumple 120 años, apenas 30 menos de la ciudad que lo alberga- testigo extraordinario del tiempo social, turístico y cultural.

Además de funcionar como cafetería e innovar con un club de playa, salones de eventos, y hasta un gimnasio con pileta climatizada, en el verano presentó dos muestras interactivas que atrajeron a miles de vecinos y turistas: una de cartas, y otra basada en la historia del edificio, cuyo atractivo principal es la exhibición de un auto de Juan Manuel Fangio con el que se coronó campeón en ese mismo paseo costero, en 1949, y fue el puntapié inicial para llegar a Europa y convertirse en una estrella del automovilismo. 

Es un ícono indiscutido de la costa marplatense y, según recuerda Rodolfo Parato, uno de sus socios, en diálogo con MDZ, fue "la primera confitería en ubicarse frente al mar", lo que se vio como una "excentricidad" a fines de la década del 70. 

Los padres del joven empresario y sus hermanos, Nicolás y Florencia, el matrimonio de Domingo, y María del Carmen Sarlo, adquirieron el inmueble después de más de una década de abandono y con una amenaza latente de la acción del oleaje que amenazaba con destruir o terminar hundiendo el edificio. Por eso emprendieron obras estructurales como la creación de una escollera que dio origen a una playa de aguas calmas pero tuvo la contra de los surfistas, que aseguran que allí se corría "la ola más larga del mundo". Los pioneros del deporte recuerdan ese lugar como un punto clave y mítico para el origen del deporte.

"En el 79, mi padre empezó su puesta en valor y fue una tarea monumental. Los marplatenses sabemos que si estamos cerca del mar y dejamos una reposera mucho tiempo afuera se oxida, imagínense cómo estaba este lugar sin mantenimiento", admite el socio del Torreón, que señaló al "escollerado" como el hecho principal para resguardar el edificio.

La construcción data de principios del s. XIX, cuando Ernesto Tornquist, un miembro de la elite europea y benefactor de la ciudad, fue quien encargó la construcción de una torre al arquitecto alemán Karl Nordmann, de características góticas, y la nombró "Belvedere", para luego donarla a la ciudad.

El edificio original fue construido sobre las rocas de la Punta Piedras en 1904 como un mirador, al que puede accederse en las visitas guiadas, con una fuerte impronta delestilo medieval, similar a las antiguas fortalezas o castillos europeos, bajo las directivas de la firma constructora del italiano José Fontana. 

Las instalaciones fueron ampliadas en 1927 logrando el gran aterrazado al mar, denominado pedana, el cual fue inagurado en 1929 con los diseños de los prestigiosos arquitectos Eduardo Lanús y Federico Woodgate. Allí se alojó el Pigeon Club local, dónde se practicaba el "tiro a la paloma", deporte aristocrático en boga en la época pero que al poco tiempo se prohibió. 

Ya como Torreón del Monje, en la década de 1940, pasó a ser la sede del Círculo de Oficiales de la Marina, hasta finales de la década de 1960. Desde entonces permaneció cerrado por casi 15 años, sufriendo un deterioro en su estructura de tal magnitud que se debía demoler gran parte de la construcción.

A partir de 1979 un empresario marplatense, Domingo Parato, comenzó a trabajar en la puesta en valor de la unidad, convirtiendo al Torreón del Monje en una de las postales más típicas de Mar del Plata y recuperando los enormes valores patrimoniales del conjunto que, de otra manera, podrían haberse perdido. Fue a través de aquellas obras realizadas por el empresario como fue salvada, por ejemplo la denominada pedana, cuyas bases y estructuras fueron reafirmadas permitiendo la creación de tres subniveles de salones para eventos y muestras culturales con vista panorámica al mar.

Uno de los mayores logros de Parato fue la construcción de dos escolleras, obras impensadas en 1980, que junto con el sembrado de arena permitieron formar una playa que para muchos era de imposible realización. Hoy donde antes solo había piedras y ruina, los turistas y locales pueden disfrutar de una playa con vista única tanto en su parte pública como en el balneario de la unidad
equipado con carpas, sombrillas y todas las comodidades de los mejores balnearios

Domingo Parato junto a Susana Giménez - Foto: Torreón del Monje

Por su dedicación y compromiso con el Torreón, Parato fue nombrado Miembro Honorario del Centro Internacional de Conservación Patrimonial y reconocido por el Municipio de General Pueyrredón con el Mérito Ciudadano. También el Torreón del Monje fue declarado de Interés Turístico Nacional, Provincial y Municipal; y Bien de Interés Patrimonial determinando su conservación y protección.

El 28 de Febrero de 2013, año en que cumplió 109 años, se inauguró en la Pedana un Módulo Gastronómico réplica de la Rambla Lasalle.

El espacio funciona en la actualidad como cafetería desde las primeras horas de la mañana hasta las 21, en horario de verano, y sus salón de fiestas ya tiene agotadas todas las fechas disponibles del año,informaron desde la administración ante la consulta de este medio. 

Por su historia y trascendencia se convirtió en uno de los lugares favoritos de los marplatenses y visitantes, incluso por las figuras más trascendentes de la politica y la cultura a nivel nacional e internacional.

El mito fundacional del Torreón del Monje

Dichos de época indican que la leyenda fue encontrada en un cofre por un picapedrero italiano entre las rocas cercanas al Torreón. En él había un plano, el manuscrito, y cincuenta monedas antiguas.

Cuenta la leyenda que hacia fines del siglo XVII existía una fortaleza construida sobre Punta Piedras, por el Padre Ernesto Tornero perteneciente a la Orden de los Calvos.

En esa torre vivió el soldado Alvar Rodríguez, quien protegía la fortaleza y mantenía relaciones amistosas con los indígenas que provenían de la vecina Reducción del Lago (actual Laguna de los Padres). Así conoció a Mariña, una hermosa india con quien comienza a frecuentarse y nace un apasionado romance, el cual causaría el enojo del cacique Rucamará, quien también pretendía a Mariña.

Rucamará decide entonces asaltar la fortaleza con el objetivo de apoderarse a la fuerza de la hermosa india. Su ataque tiene éxito y se atrinchera en el Torreón. Pero el soldado logra escapar y promete volver a rescatar a Mariña y recuperar la Torre.

La torre original, de fondo el corredor que conecta con la playa Varese - Foto: Federico Bruno

Tras varios asaltos fallidos con sus fuerzas aliadas, Alvar Rodríguez, recurre entonces a una joven india llamada Nalcú, que había sido desplazada por el Cacique y estaba dispuesta a traicionarlo. Nalcú visitó al cacique y con una poción lo adormeció, a él y a Mariña. Entonces pactó con los españoles para que atacasen a la fortaleza. En medio del ataque Rucamará reacciona y toma a Mariña sobre su corcel emprendiendo la huida, Rodríguez inicia su persecución y al verse acorralado el cacique montando a caballo, se arroja al mar con su amada desde lo alto de la barranca.

El soldado recupera el fuerte al precio de perder a su amor y así vivirá encerrado en la Torre por el resto de sus días convertido en Monje.

“Se cuenta que en noches de luna llena se oye el galopar de un caballo y se ve en lo alto de la torre la figura de una hermosa mujer morena vestida de blanco”

"120x150", la muestra que trajo un auto de Fangio a Mar del Plata

En el marco de la conmemoración de los 120 años del emblemático Torreón del Monje, cuyo aniversario se celebra el 28 de febero, se organizó una enriquecedora muestra cultural hasta este lunes 26 de febrero inclusive.

Los visitantes tuvieron la oportunidad de sumergirse en la evolución histórica de Mar del Plata y su icónico Torreón a través de fotos y videos inéditos cuidadosamente seleccionados. Desde los primeros días de la ciudad hasta el presente, "120x150" ofrece una mirada fascinante a los hitos y momentos que han definido su identidad a lo largo del tiempo. 

Uno de los objetos destacados en la exposición, es el auto original del legendario corredor Juan Manuel Fangio, que fue cedido por algunos días por el Museo Fangio, agregando un toque emocionante a esta experiencia histórica. 

El auto de Fangio, exhibido frente al mar - Foto: Gentileza Torreón del Monje

El final de la Segunda Guerra Mundial abrió la puerta al retorno de las temporadas internacionales. Los Grand Prix, la prehistoria de la Fórmula 1, comenzaron a disputarse nuevamente y con más impulso, tanto que en 1947 decidieron cruzar el Atlántico y correr en la Argentina. Las visitas continuaron y en 1949 llegaría un momento histórico: el primer triunfo de Juan Manuel Fangio contra los poderosos europeos.

Fue en el Grand Prix de Mar del Plata, disputado en un trazado callejero El Torreón del Monje, con la avenida Peralta Ramos como eje. La largada estaba emplazada en el ya extinto Hotel Centenario, en la calle Urquiza. Las crónicas de la época hablan de cerca de 300.000 personas las que se acercaron para ver la carrera. El 10% llegó desde Balcarce para alentar al "Chueco", quien para ese entonces tenía dos títulos de Turismo Carretera (1940 y 1941).

Fangio tomó la punta en la partida y llegó primero a la curva de Cabo Corrientes. Desde ahí, lideró hasta el final para sellar su éxito con una Maserati 4 CLT. Ese triunfo fue clave para que un año después, el balcarceño decidiera viajar a Europa para participar de la nueva categoría, nacida en 1950: Fórmula 1. El resto es historia conocida.

La muestra que celebra el aniversario del edificio y de la ciudad - Foto: Torreón del Monje

Con motivo del 75º aniversario del éxito de Fangio, la filial Mar del Plata de Mercedes-Benz Argentina realizará un acto de conmemoración este martes 27 de febrero en el monumento al "Chueco" ubicado en Peralta Ramos 2887, entre Urquiza y General Paz, a partir de las 9, que contará con la presencia del intendente Guillermo Montenegro y de Cacho Fangio. Habrá 85 autos de Mercedes-Benz en exposición, entre ellos algunos de los que se muestran habitualmente en el Museo de Fangio en Balcarce. A las 10.10 se realizará una largada simbólica en la que los coches circularán por el circuito.

Además, todos los días del año los visitantes también pueden disfrutar de la exposición "Mar de Cartas", que es una muestra epistolar sobre la historia e identidad de Mar del Plata, montada en el salón histórico del Torreón con una exhibición especial con 120 cartas originales y de gran valor testimonial.

Mateo Niro, coautor de algunos de los libros de Facundo Manes, es el curador de la muestra y participa de muchas actividades que allí se realizan. El material está ligado también al Centro de Documentación Epistolar, un archivo digital de cartas, telegramas y postales personales que pone en valor a la carta como dispositivo de diálogo y, en retrospectiva, como huella imprescindible de la memoria colectiva.
                            
La muestra también incluye un sector con un recorrido histórico de sellos filatélicos, objetos emblemáticos que cuentan la transformación de la correspondencia y grandes historias marplatenses en el puño y la voz de sus protagonistas.

El futuro del Torreón y el legado de Domingo Parato

Rodolfo Parato dijo que el desafío de su familia es que "el Torreón siga como un espacio vivo, no tenga olor a naftalina, y la gente quiera venir a visitarlo; si tenemos un edificio cuidado la gente viene, vuelve, y para a sacarse una foto".

El empresario junto a sus hemanos y su mamá también ponen como prioridad recordar el legado de Domingo, un empresario gastronómico visionario que "tenía como lema que la atención de servicio sea algo importante, que cualquiera llegue al Torreón y encuentre a alguien de la familia para pedirle o consultarle algo".

Actualmente la oferta de comidas "está más apuntada al día que a la noche, y siempre se está aggionardo". "Antes la excelencia estaba en una figura tallada en hielo, y papá traía al escultor para que lo haga, pero hoy los tiempos cambiaron y se busca otro tipo de atracción para que el cliente se vaya con una experiencia significativa", contrastó. 

La familia Parato, de izquierda a derecha: Nicolás, Florencia, María del Carmen, y Rodolfo - Foto: Gentileza Torreón del Monje

"Acá Fangio ganó una carrera y pasaron otras cosas increíbles de Mar del Plata, desde la 'Movida de Mateyko', muchos eventos culturales como las muestras, y la dinámica de todos los espacios en uso. Vimos hace muy poco en las visitas hasta un pedido de matrimonio; es un lugar importante para todos", valoró Parato. 

Solo hay pocos metros cuadrados sin explotar en el lugar, que próximamente serán un lugar vinculado con las nuevas tecnologías, con el denominador común de mantener los espacios con un cuidado central del ambiente y la conservación del patrimonio. 

"Lo que se mantiene siempre en el Torreón es la cercanía y ser anfitriones. Nuestro equipo trabaja de una misma forma, y nos gustar estar cerca de los clientes y conocerlos", concluyó.