Recuperar un derecho

El hecho histórico que destapa la razón de la falta de agua en el desierto

Un día volvieron a llenarse las Lagunas del Rosario. El histórico Humedal fue perdiendo su caudal de a poco hasta secarse. La vivencia de los laguneros y la razón que se esconde detrás de la sequía.

Micaela Blanco Minoli
Micaela Blanco Minoli miércoles, 14 de febrero de 2024 · 18:27 hs
El hecho histórico que destapa la razón de la falta de agua en el desierto
Foto: Juan Ignacio Blanco/MDZ

Luego de más de una década, el río Mendoza se llena y el agua llega al secano lavallino. Un día de febrero del 2024 las emblemáticas Lagunas del Rosario, ubicadas en el distrito homónimo del departamento de Lavalle, en un hecho histórico vuelven a florecer llenando de alegría y esperanza a sus pobladores, las y los “laguneros”. La falta de agua en “el desierto” de Mendoza es una problemática que responde, no solo a la constante crisis hídrica sino también a la toma de decisiones que en nombre del “bien común”, terminan perjudicando a los más vulnerables, entre los que están las comunidades huarpes del Lavalle profundo. 

Llegar a Las Lagunas del Rosario-Guanacache no es muy complejo. Para quienes viven en la Ciudad de Mendoza, hay que recorrer 122 kilómetros, atravesando el laberinto en el que se ha convertido la obra de la Autopista Mendoza-San Juan de la Ruta Nacional N°40, el Control Policial de Jocolí y continuar varios kilómetros más hacia el norte, casi hasta el límite con San Juan. Encontrar la calle que lleva hacia El Rosario no es tan difícil pero al no estar señalizada, hay que saber el camino. Dos horas y media separan a los citadinos de la Capilla del Rosario y las Lagunas del Rosario, dependiendo de la velocidad y de cómo se encuentre el enripiado.

Foto: Juan Ignacio Blanco/MDZ.

Desde MDZ nos adentramos por sus calles y charcos sabiendo que las Lagunas del Rosario no se trata de cualquier laguna. Además de las tradiciones que envuelven a sus pobladores y la conocida fiesta de la Virgen que se realiza el segundo fin de semana de octubre en el lugar, estas lagunas pertenecen al sistema Guanacache, Desaguadero y Bebedero que compone la lista de humedales Ramsar de importancia internacional. Esto es significativo porque por ser parte de este tratado intergubernamental establecido en 1971 por la UNESCO, las Lagunas deben ser protegidas por diferentes organismos que tienen la tarea de garantizar la conservación de humedales y el uso racional y sostenible de sus recursos.  

Ubicación geográfica del Sitio Ramsar Lagunas de Guanacache, Desaguadero y del Bebedero. Fuente: Grupo de Trabajo de Recursos Acuáticos y GeoInformación, SAyDS; julio 2007.

Curiosamente, el mismo año en que las Lagunas de Guanacache fueron declaradas sitio Ramsar, comenzó la construcción del Dique Potrerillos: denunciado por las comunidades huarpes como uno de los motivos de la escasez, aguas abajo del río Mendoza. Ese compromiso de conservación que implica Ramsar, poco y nada ha sido cumplido.

Apenas llegamos, nos encontramos con Eva, una joven lagunera que estaba recolectando agua de la Laguna que había llegado a pocos metros de su casa. Con el semblante lleno de satisfacción por poder juntar agua natural y no tener que “estirar” la que deja el camión cisterna cada 20 o 30 días, Eva nos cuenta que su hijo de 8 años, “nunca vio el agua acá”.

Foto: Juan Ignacio Blanco/MDZ.

Por la calle que se encuentra al norte de la capilla del Rosario se llega al sector más conocido de la Laguna. En la casa que está en la esquina nos recibe Nancy con la amabilidad y alegría por ver llegar gente que viene a celebrar junto con ellos el hecho histórico que implica que el agua vuelva a su sitio original, de donde nunca se tendría que haber ido. “La gente de acá estaba desesperada, uno se las arregla como puede reutilizando el agua pero muchos ya estaban pensando que si seguíamos así mucho tiempo más, nos íbamos a tener que ir de acá", relata Nancy con la sonrisa ensombrecida por un instante.

Foto: Juan Ignacio Blanco/MDZ

En veranos normales, las temperaturas en las Lagunas del Rosario son altísimas y pueden llegar a los 50°C. Con el cambio climático y las oleadas de calor como las que atravesó la región cuyana durante las últimas semanas de enero y la primera de febrero, la temperatura máxima fue superior. Debido a la acumulación de años de sequía y el calor agobiante realmente muchos pobladores se replantearon si trasladar su hogar a otro sitio. "Es horrible pensar en tener que irte de tu lugar, el lugar en el que creciste o el que elegiste porque no hay agua para tomar, para darle a los animales que se nos estaban muriendo de sed y de hambre”, explica la mujer con brillo en los ojos. 

Foto: Juan Ignacio Blanco/MDZ.

Unos metros más allá de la casa de Nancy, en la orilla de la Laguna hay dos grupos de mujeres haciendo surcos para que el agua llegue un poco más cerca de las viviendas y humedecer el suelo seco. “No lo podemos creer, es una felicidad enorme, hacía entre diez y quince años que no llegaba esta cantidad de agua acá”, comentan tres de las laguneras. Después de tantos años, “hoy celebramos pero no olvidamos la sequía”, asegura Érica Nievas quién fue presidenta de la Comunidad Huarpe desde el 2019 a 2023.

Foto: Juan Ignacio Blanco/MDZ.

Las mujeres, a toda vista matriarcas de familia, cuentan que durante los últimos años tenían que hacer una especie de pozos de agua "para que los animales puedan tomar sin morirse de sed, es la única manera". Incluso, las cabritas poco acostumbradas a que haya agua en las Lagunas del Rosario "no vienen solas, como que todavía no se acostumbran a que ahora pueden venir a tomar agua acá. Tenes que traerlas. Pero ya se van a acostumbrar", sostienen las mujeres con zapa en mano y agregan que antes "cuando venía agua más seguido, acá se pescaban carpas, sobre todo, y también, había algunos pejerrey. Hemos vuelto a ver flamencos después de 15 años". 

Foto: Juan Ignacio Blanco/MDZ.

Señalando hacia el noroeste, las mujeres indican el lugar donde la alegría de los más chicos se hace visible. "Más allá está el 'Balneario'. Así le pusimos ahora porque es la parte de la Laguna que más agua tiene, unos tres metros de profundidad más o menos, y donde van los chicos a bañarse", cuentan.

Son las 10:30 de la mañana en las Lagunas del Rosario y la mayoría de los niños duermen, solo un grupito de tres está en el agua con una pala chapoteando e intentando, como las mujeres, que el agua llegue a otros lugares. "Ahora están todos quemados y durmiendo porque ayer estuvieron toda la tarde hasta la noche jugando en el Balneario", ríen las mujeres esperando que no sea la última vez que la comunidad pueda disfrutar de esa vida: la del derecho al agua

Recuperar el derecho al agua

Video: Daniela Higa/MDZ

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