El fin de la educación: la perfección de las potencias humanas
El fin de la educación es lograr que la plenitud del ser humano, especialmente nuestros niños y jóvenes, se vea plasmada en un proyecto de vida.
Más allá de las modalidades y niveles, la educación es una sola y tiene la potencia de ser transformadora. Es el resultado de un proceso, que tiene como fin la plenitud del hombre; plenitud plasmada en el logro de un proyecto de vida. Esto se relaciona con el liderazgo sobre sí mismo, con la capacidad de que los alumnos puedan ver sus fortalezas, debilidades, introyectar valores y lograr el autoconocimiento a través de procesos de introspección y gestión de las emociones. Concordando con Fernando Grosso, los auténticos líderes son lo que hacen que otros se vuelvan lideres; no son aquellos que logran seguidores.
Una educación que forme líderes
Alumnos capaces de diseñar y poner en marcha un proyecto de vida, formando la voluntad (generadora de hábitos), estimulando la creatividad para poder innovar y adaptarse a un mundo cambiante, alumnos con posibilidad de avanzar en el pensamiento crítico y que puedan ponerlo en práctica en la vida cotidiana. Alumnos capaces de actos heroicos, como dice Lowney, heroísmo entendido como pasión y búsqueda de la excelencia.

Foto: MDZ.
Educación de calidad que conduzca y promueva
El concepto de conducción se opone al concepto de despliegue espontaneo, porque la conducción le imprime una dirección al
movimiento. Promover es orientar de un modo intencional y añade, al concepto de conducción, la idea de ascenso o elevación.
Entonces:
- ¿Hacia dónde conducimos a nuestros niños y jóvenes?.
- ¿Realmente la educación actual persigue la promoción, la elevación a mejores modos de vida en los alumnos?.
- ¿Qué lugar ocupa la educación en la agenda de las políticas públicas?.
- ¿Es prioridad para los gobiernos de turno?.
- ¿Contamos con un proyecto a largo plazo que esté por encima de lo político partidario?.
Estos interrogantes cobran su verdadera dimensión cuando logramos comprender que la educación es la herramienta para transformar el mundo. Creo que es el momento de producir cambios significativos en el sistema educativo de nuestro país, porque cuando hablamos de niños y jóvenes, debemos ocuparnos de su presente, para que tengan futuro.
El fin de la educación es lograr la plenitud del ser humano, plasmada en un proyecto de vida.

* Elizabeth Kloster. Profesora de Filosofía, Pedagogía y Psicología. Diplomado en Antropología Cristiana. Licenciatura en Gestión de las Instituciones Educativas.

PAMI: cómo funcionará la cobertura de medicamentos el feriado del 24 de marzo

Libreta AUH: hasta cuándo hay tiempo para presentarla

Atención: por las tormentas, podría faltar el agua en el Gran Mendoza

Los tres signos zodiacales que van a descubrir su amor viajando

Banco Nación: comprá maquillaje y perfumes 20% más barato con esta promo

Sábado en Mendoza: frente frío con tormentas y descenso de temperatura

Cuenta DNI: cómo solicitar un préstamo personal
