MDZ en México

Día de la Guadalupe: México festejó su identidad en forma de virgen con más de 11 millones de fieles

Una celebración religiosa que pone en el centro de la escena a la esencia mexicana. Crónica desde adentro de los festejos por la Virgen de la Guadalupe.

Antonio Riccobene
Antonio Riccobene viernes, 13 de diciembre de 2024 · 14:05 hs
Día de la Guadalupe: México festejó su identidad en forma de virgen con más de 11 millones de fieles
Alrededor de 11 millones de fieles llegaron a la Basílica de la Guadalupe. Foto: EFE

Desde Ciudad de México, México

En México hay 1.268.500 mujeres que se llaman Guadalupe, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía. Ahí está parte de la identidad de este país, que cada 12 de diciembre se transforma. Millones de personas llegan a la Basílica de Santa María de Guadalupe para pedir, agradecer o celebrar a "la madre de todos los mexicanos". Este jueves no fue la excepción y los adoradores de la virgen tuvieron su jornada de fe y alegría al pie del Cerro del Tepeyac.

"Le vengo a pedir que guíe el camino de mis hijos, la salud de mi madre y la seguridad de mi marido, que trabaja de noche en una empresa de transporte", le dijo a MDZ una de las mujeres con lágrimas en los ojos que llegó sola arrodillada por la Calzada de la Guadalupe, que desemboca en la Basílica. "Nos tiene que proteger", insistió.

No es fácil pedirle a los fieles que llegan una explicación de por qué es importante para ellos esta celebración. "Porque es el Día de la Virgen de la Guadalupe", contestan como si uno fuera un caído de otro planeta, que, en parte lo es, pero necesita saber algo más. "Es parte de nuestra identidad, venimos aquí porque somos mexicanos", sostuvo Edgar, de 27 años, que un rato antes de subir el último tramo del cerro frenó a refrescarse y se sentó a la sombra. Durante el día, las temperaturas no superan los 23 grados, pero al mediodía, al rayo del sol, a 2.400 metros de altura sobre el nivel del mar pega un poco más.

Para muchos también la virgen es un motivo de celebración, alegría y fiesta. A cada rato pasa un grupo con una perfo artística, música en vivo, baile, máscaras y alegría. Incluso, algunos, invocando el milagro de la aparición de la virgen tiran por el aire dulces para generar el efecto "aparición sorpresa", explica uno de los fieles, de algo que da alegría.

Miles de peregrinos llegaron arrodillados a pedirle a la Virgen de la Guadalupe

Saltan, cantan y bailan. En eso también está el "ser mexicano", si de alguna forma puede delimitarse ese concepto. La convivencia entre el dolor y la alegría, la celebración de la tragedia y la certeza de que el alma trasciende al ser es algo que está presente todo el tiempo. Las individualidades quedan de lado. A nadie le importa ser uno, ni hablar por su nombre o su historia. Todos se rinden bajo la fe de la virgen que un 12 de diciembre pero de 1531 apareció dibujada en el ayate de Juan Diego frente al Obispo Fray Juan de Zumárraga, como una prueba de su existencia y de la necesidad de construirle un templo.

El origen del Día de la Guadalupe y sus distintas versiones

Como ¿casi? todo en la religión cristiana, la Virgen de la Guadalupe también es discutida. La ortodoxia cristiana habla de un indio llamado Juan Diego que en 1531 escuchó el canto de una bandada que le decía: "Juanito, el más pequeño de mis hijos, ¿a dónde vas?". Al darse vuelta se encontró con una mujer hermosa que se presentó como la "Virgen Santa María, Madre del verdadero Dios".

"He venido hasta aquí para decirte que quiero que se me construya un templo aquí, para mostrar y dar mi amor y auxilio a todos ustedes", dijo en el relato oficial cristiano. A partir de ahí Juan Diego habló con el Obispo Fray Juan de Zumárraga para construir el templo en el Cerro del Tepeyac. Cuando tuvo que dar una prueba de su existencia, la virgen apareció pintada en el ayate de Juan Diego, donde quedó inmortalizada por su belleza y las rosas que aparecieron junto a ella.

Los festejos al pie del Cerro del Tepeyac incluyeron danzas.

Sin embargo, esta no es la única forma de repasar la historia de la Lupita. La corriente revisionista de la colonia española en América Latina pone el foco en Tonantzin. Para la autora mexicana Lucía Izquierdo se trata de "uno de los temas más polémicos, y por qué no, ocultos de la religión católica en torno a la evangelización de México".

Previo a la llegada de los españoles, la diosa azteca Tonantzin tenía su lugar en el mismo cerro que hoy se le rinde homenaje a la Guadalupe. "Si algo es claro es que Tonantzin era 'la madre tierra' y su templo de adoración, poco casual, resulta estar exactamente en el mismo lugar de la ahora Basílica de Guadalupe. Cuando los españoles llegaron, se dieron cuenta de la multiplicidad de lugares con una fuerte presencia religiosa; en ellos empezaron a trabajar para lograr la evangelización, de tal manera que era fundamental la presencia de una figura religiosa católica en un lugar donde se veneraba a una de las deidades más importantes de Mesoamérica".

La Virgen de la Guadalupe como parte de la identidad mexicana

Así, la Lupita pasó a ser uno de los emblemas del mestizaje cultural entre la población precolonial y los españoles. Parte de esa historia es la que enorgullece y nutre la identidad de los mexicanos. El teórico argenmex Néstor García Canclini, referente en los estudios culturales de América Latina, ejemplificó su concepto de "culturas híbridas" con esta virgen y sostuvo que no sólo se trató de un elemento de dominación española sobre los poblados precoloniales, sino que fue también una herramienta de resistencia que dio lugar a la subalternidad y a la lucha de los ancestros.

En palabras del maestro Octavio Paz: “Una verdadera aparición, en el sentido numinoso de la palabra; una constelación de signos venidos de todos los cielos y todas las mitologías, del Apocalipsis a los códices precolombinos y del catolicismo mediterráneo al mundo ibérico precristiano“.

Algo de todo eso se vio este jueves en la zona norte de la CDMX. La calle Montiel, la que une la estación de Metro más cercana con la Basílica, mostró una vez más la popularidad de esta celebración. No sólo por los 11 millones de fieles que según la prensa local llegaron para esta fiesta, sino por las oportunidades para vender ofrendas relacionadas con la Lupita, o la típica comida mexicana, tacos, el mote y el mezcal. Muchos también aprovecharon a llevar productos que nada tenían que ver con la celebración, pero que a más de uno le servía para adelantar el regalo navideño.

Una estatuilla de la Virgen podía costar alrededor de 100 pesos mexicanos (unos cinco dólares), más menos, porque todo se negocia. Con 80 pesos mexicanos cualquiera podía sentarse a comer y beber tranquilo en cualquiera de los puestos callejeros que colmaron las inmediaciones de la Basílica. Mientras llegaba un grupo de fieles arrodillado, ningún vendedor perdió la oportunidad de hacer un negocio. Todo en la misma escena.

Según la prensa local, a la medianoche del miércoles 8 millones de peregrinos ya habían llegado al Cerro Tepeyac para cantarle "las mañanitas" a la Virgen, una especie de vigilia. Las autoridades también expresaron su malestar por "los altos precios" que disparó en los alrededores la celebración de este jueves, como el cobro de 20 pesos (un dólar) por ir al baño.

Por otro lado, las estimaciones económicas de este año son superiores a las de los anteriores. Según el periódico Basta!, el tabloide más barato en blanco y negro, esta celebración generó un derrame de 20 mil millones de pesos, un 22,5% más que en años anteriores.

Archivado en