Torres García, más allá de las controversias
A 150 años de su nacimiento, el MACA de Punta del Este homenajea a Joaquín Torres García, artista universal
El año se inicia con polémicas: a las desatadas en torno a la pretendida desaparición del Fondo Nacional de las Artes de las que nos ocupamos el domingo pasado se suma la puesta en duda de la autenticidad del retrato de Isabel de Borbón atribuido a Diego de Velázquez que Sotheby’s remataría en febrero próximo con una estimación de 35 millones. La obra a la que nos referimos en diciembre último fue retirada de la venta.
En cambio, el Museo de Arte Contemporáneo Atchugarry de las afueras del balneario esteño abre los festejos del 150 aniversario del natalicio del artista uruguayo, pionero del arte moderno, Joaquín Torres García (1874-1949) cuyo reconocimiento es ya universal.
La muestra titulada "Torres García, El descubrimiento de sí mismo", inaugurada esta semana con la curaduría de las argentinas Aimé Iglesias Lukin y Cecilia Rabossi invita a explorar la fascinante transformación del artista a su regreso de sus viajes por Europa y New York a Montevideo en 1934, que marcó el inicio de su influencia como maestro de varias generaciones de artistas rioplatenses que siguen su inmenso legado hasta el día hoy.
Torres nació en Montevideo en 1874. Hijo de padre catalán y madre uruguaya ingresó en la Escuela de Bellas Artes de Barcelona en 1892, tras el regreso de su familia a España. Allá se vio muy influenciado por el movimiento modernista catalán, con el que siempre se identificó, e inició su amistad con Pablo Picasso y Antoni Gaudí, con quien colaboró en la realización de las vidrieras del templo de la Sagrada Familia en Barcelona (1903-1907).
Durante los veintinueve años que vivió en la ciudad, llevó a cabo varias obras en edificios públicos y privados. También trabajó con Gaudí en la restauración de la catedral de Palma de Mallorca, donde realizó unas vidrieras con diseño geométrico y colores planos, que producen en el interior una iluminación singular. En 1910 se traslada a Bruselas para decorar el pabellón uruguayo de la Exposición Internacional (dos murales sobre la agricultura y ganadería) y con motivo de este viaje visita también París, Florencia y Roma.
En 1913 publica Notes sobre Art, con el que se inicia en la teoría artística y realiza el fresco La Catalunya Ideal. En 1919 viaja a Nueva York, y tres años más tarde a Italia y Francia fijando su residencia en París, en 1926. Ahí toma contacto con Mondrian, Van Doesburg y Seuphor. Con éste funda en 1930 la revista y el grupo 'Cercle et Carré', promotor de la primera exposición de arte constructivista y abstracto.
En 1932 abandona París y se instala en Madrid, donde conoce a Lorca y crea un grupo de artistas constructivos. Tras su regreso a Montevideo en 1934, funda la Asociación de Arte Constructivo y más tarde el Taller Torres García. Su teoría sobre el constructivismo fue difundida a través de la revista Cercle et Carré y de su libro Universalismo Consructi, publicado en 1944; ese mismo año le fue concedido en Uruguay el Premio Nacional de Pintura.
Tras su muerte en 1949 se organizaron diversas muestras de su obra en Europa y América.
Nuestro Museo Nacional de Bellas Artes posee obras de su autoría y su impronta marcó a varios artistas argentinos, entre ellos el recordado Marcelo Bonevardi.
* Carlos María Pinasco es consultor de arte.
carlosmpinasco@gmail.com