Los números del duro cepo a los vuelos al exterior que dejó Alberto Fernández
El expresidente Alberto Fernández no puede mostrar muchos logro de su gestión, pero uno de los objetivos buscado tuvo efecto y tiene que ver con el cepo aéreo al exterior.
La falta de dólares fue una constante en la economía argentina de los últimos años. Casi todos los sectores industriales estuvieron limitados en su actividad ante las restricciones al acceso de divisas que dispuso el Gobierno de Alberto Fernández desde que asumió.
La situación se fue agravando con el correr del tiempo y en 2023 se llegó a una situación crítica por el cepo impuesto por el Banco Central. El mercado aéreo sufrió a pleno este escenario de escasez que llevó a la administración anterior a disponer todo tipo de medidas que desalentaran los viajes al exterior por el impacto en la balanza cambiaria que genera.
Este sector es deficitario. Salen más dólares por los argentinos que viajan al exterior que los que entran por los extranjeros que vienen al país.
Para reducir este problema, en los últimos cuatro años se aplicaron restricciones al turismo emisivo con el propósito de contrarrestar este desequilibrio.
Más allá de la parálisis aérea que provocó la cuarentena en todo 2020, la aplicación de recargos impositivos sobre la compra de pasajes y servicios al exterior golpearon la demanda.
El Impuesto PAÍS, los anticipos impositivos de Ganancias y Bienes Personales, la prohibición de pagar en cuotas con tarjeta de crédito estos consumos, la salida de compañías aéreas extranjeras, la reducción de la oferta de vuelos y otras medidas generaron demorar la recuperación de la actividad del sector aéreo en su segmento internacional.
Con toda este encarecimiento de los costos y las dificultades para pagarlos, sumado a la devaluación del peso y a la caída del poder adquisitivo de la gente, el gobierno de Fernández terminó el mandato con menor actividad que la registrada antes de la pandemia y durante la gestión de Mauricio Macri que no aplicaba restricciones a los vuelos al exterior.
Según datos del último informe de la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC), que controla el mercado aerocomercial, durante el año pasado se transportaron 17,6% pasajeros menos que en 2019.
Durante los últimos 12 meses, el movimiento de pasajeros internacional alcanzó a los 11.742.000 de personas. En diciembre, la baja fue de 5,7% respecto a igual mes de hace cuatro años.
Si se compara con el acumulado del 2022 hay un crecimiento de 43,7% en el año y de 21,6% en diciembre contra diciembre. Si se mide en cantidad de vuelos, en 2023 hubo 14,2% menos servicios que en 2019.
Esto se debe a que por el cierre dispuesto por la pandemia, la actividad viene en aumento desde 2020, buscando recuperar los niveles previos y, por este motivo, se registra un crecimiento año tras año.
Lo que está claro es que el efecto del cepo aéreo funcionó para evitar un mayor flujo de turismo externo, aunque el nivel alcanzado en 2023 sea alto en el marco de la fuerte crisis económica. El objetivo del expresidente fue alcanzado. Hay que recordar que Fernández lo había manifestado abiertamente cuando inauguró obras en la terminal internacional del aeropuerto de Ezeiza y expresó, en un intento de parecer gracioso, que su deseo era que no se usara mucho.
Esta evolución contrasta con lo que sucedió internamente. El mercado aerocomercial de cabotaje se encuentra entre los ganadores del año pasado.
Según la ANAC, las operaciones de cabotaje crecieron 27,7% entre enero y diciembre pasado respecto a igual período del 2022.
La cantidad de pasajeros transportados hasta el 31 de diciembre último fue de 17.319.000 personas, contra las 13.560.000 que volaron durante el 2022, es decir, 3.759.000 viajeros más,
Esto se logró con la suma de 1.508.000 pasajeros que se movilizaron por el país en diciembre, lo que implicó una mejora de 14,7% contra igual mes del 2022.
De esta manera, la actividad de cabotaje consolidó la recuperación que se viene registrando tras el cierre total que se produjo en 2020 por la cuarentena.