Francisco Sánchez, un secretario de Culto para la trascendencia
Francisco Sánchez, exdiputado de Neuquén, fue elegido por la canciller Diana Mondino para hacerse cargo de la Secretaría de Culto de la Nación.
En la difícil tarea de gobernar, la política como arte de hacer posible el bien común, pareciera dar sorpresas en el armado del equipo de cancillería, para reedificar relaciones con la fe, la religión y los distintos credos. La designación de Francisco Sánchez como nuevo Secretario de Culto de la Nación causó sensaciones, sobre todo en la prensa masificada, apasionada por destacar lo conflictivo y ciega ante los puntos de encuentro. La mejor y más prudente forma de saber quién es Francisco Sánchez es conocerlo en vivo y en directo. Por esta razón preferí ir a las fuentes y conversar con él. Sánchez me recibió en su despacho de la Secretaría de Culto en el edificio de Cancillería, donde tuvimos una charla muy amena, de buenas formas y apertura al diálogo.
Francisco Sánchez fue respondiendo distintos puntos, entre los cuales comentaba
¿Cómo recibió el ofrecimiento para el cargo? ¿Qué instrucciones recibió para ejercerlo?
El ofrecimiento fue de la canciller Diana Mondino, por más que yo tengo muy buena relación política con Patricia Bullrich desde hace mucho tiempo y tengo una relación de amistad con Victoria Villarruel y muy buena relación con Javier Milei en mi paso por diputados, etapa en la que coincidimos dos años. El ofrecimiento concreto es de Diana Mondino y es ella la que me ofrece ser y hacerme cargo de la Secretaría de Culto.
Respecto de cuáles son las instrucciones sobre lo que se debe hacer en la secretaría, básicamente tiene que ver con los fines propios de la secretaría: Las relaciones institucionales con las distintas religiones en Argentina, con todos los cultos por supuesto y privilegiando lo que dice la Constitución Nacional en su art 2, no estamos hablando de cualquier artículo, sino del art 2 de la
Constitución Nacional que es que la Nación Argentina sostiene el Culto Católico. Con lo cual hay libertad religiosa, hay apertura; que esa libertad se lleve delante de la manera más adecuada.
Nosotros vamos a darle a todos los credos la importancia que se merecen, pero tiene una posición privilegiada la Iglesia Católica. Por lo tanto, el trabajo va a ser un trabajo de mucho diálogo especialmente en un contexto político social y económico complejo como el que estamos viviendo hace mucho tiempo en Argentina, pero que ahora tenemos un gobierno que encara la solución
que tiene los grandes desafíos que tiene la Argentina de una manera distinta.
¿Qué proyectos e ideas tiene para la gestión de políticas públicas en materia de culto?
Los desafíos que tenemos, que están relacionados con el diálogo, nosotros los vamos a trabajar con las distintas instituciones. Entonces todo el trabajo que hagamos desde la Secretaría de Culto, tiene que ver con ese diálogo con las distintas instituciones: La Iglesia Católica, las distintas iglesias evangélicas, los cultos judíos, los cultos musulmanes-islámicos y por supuestos todos los demás, que estén habilitados. Es decir, nosotros vamos a hacer ese diálogo, esa apertura será no solamente con el diálogo sino también con el programa que se lleve adelante con la Secretaría.
¿Cuál es su diagnóstico sobre el estado de situación de nuestro país, en general y en materia de culto en particular?
Argentina es un país que tiene un origen católico. Es un país que desde antes de convertirse en tal, tiene un origen católico y tiene una base filosófica, que se expresa, no solamente en el derecho natural sino también en el derecho positivo y está expresado ni más ni menos que en el Preámbulo: “Dios es fuente de toda razón y justicia”. Como decía anteriormente, está expresado en el articulado de nuestra Constitución Nacional y nuestras leyes le dan a la religión un lugar trascendental. Lo que desde la política se tiene que hacer, es no alejar a la religión del Estado y de la cosa pública, sino acercarla.
Parece que se ha ganado en los últimos años un discurso que no es nuevo, por supuesto, que tiene que ver con discusiones que se han dado en occidente los últimos siglos, pero que en Argentina ha vivido distintas instancias y que en estos últimos años ha crecido mucho, que es esta cosa de “iglesia y Estado asuntos separados”… Y ¿Cuál es el sentido de separar la iglesia (no digo la iglesia católica), sino a la fe del Estado? No hay que separar las cosas.
Una cosa es que la institución de la iglesia católica, no esté tomando decisiones en la cosa pública, por supuesto, que estoy convencido de que la iglesia no pretende hacerlo. Otra cosa es separar la fe de la cosa pública. Yo creo que la dimensión religiosa, la dimensión espiritual de las personas tiene que tener una atención preferencial en la cosa pública… Durante los últimos años, los medios de comunicación, algunos sectores de los intelectuales, cierta dirigencia se ha ocupado de profundizar esa búsqueda de división. Creo que siempre es buen tiempo pero sobre todo con un presidente que tiene una dimensión espiritual importante, es una
buena oportunidad para que ese acercamiento se dé profundamente.
¿Cómo fue su ingreso a la política?
En casa siempre se habló de política. La verdad es que siempre hubo discusiones, conversaciones, siempre a todos nos interesó mucho la política. Siempre desde una mirada humanista y cristiana. Yo creo que esa mirada inspirada por la fe de mamá y el interés por política de papá, siempre nos tuvo a todos (somos muchos hermanos), nos tuvo muy atentos a la cosa política. Así que cuando yo recibí la invitación, la recibí en la ciudad de Neuquén, para cosas bien concretas en Neuquén, las acepté y comencé a vivir cada vez con más energía y fui creciendo. Son cosas que se fueron dando de manera más bien natural y cada vez mi compromiso fue cada vez mayor.
Espero que todo este trabajo que estoy haciendo junto a otras personas, de frutos para el crecimiento de mi país, esa es mi única aspiración. Yo no tengo aspiraciones personales, no es que yo quiero algo para mí dentro de la política. Yo quiero hacerle bien a mi país y ser junto con las personas que tiene la misma mirada que yo, ser una generación que haga cosas buenas por esta patria terrena que tenemos. Por supuesto, siempre pensando en la gratificación extra terrenal.
¿Cómo fue la experiencia legislativa, de concejal y de diputado?
La experiencia legislativa es interesante, porque permite el diálogo, permite conocer los puntos de vista de otros y tratar de sintetizar una mirada común; eso es la parte interesante. Lo que me ha costado más, es la imposibilidad de haber concretado cosas. A mí me gusta la política porque permite concretar. En lo legislativo, muy pocas veces se concreta; yo presenté cerca de mil proyectos de los cuales uno se concretó en ley. Eso es muy duro porque implica un gran trabajo, serio, muy a conciencia; pero después no se concreta y a mí me gusta lo concreto.
¿Cómo está conformada tu vida personal?
Yo estoy casado y mi familia es lo más importante que tengo en mi vida. ¡Primero la familia! Obviamente, a veces decimos primero Dios, la Patria y la familia; pero en mi concepción de responsabilidad primera, ahí está: con mi mujer y mis hijos. Yo tengo cinco hijos, todos varones, el más chico de 12 años y el más grande 30. ¡Mi familia es todo para mí!
¿Qué valores te identifican?
Creo mucho en el valor de la palabra. A veces escucho decir “palabra de honor”, y el honor y la palabra están vinculados. En realidad, no hay otra forma de dar la palabra, que no sea dando el honor también. Entonces la palabra tiene un valor importantísimo para mí. Pero sobre todo la política tiene que tener un sentido de trascendencia. La mirada de corto plazo, a veces es, que hemos tenido los grandes problemas en Argentina y también en occidente. Hay que tener una mirada a largo plazo y en cuanto más largo plazo, mejor. Ahí es donde los argentinos tenemos que unirnos en una mirada a largo plazo. Entonces a lo que yo aspiro es
trabajar en una comunidad de políticos que estén mirando y estemos trabajando con una mirada a largo plazo.
Ciertamente la mirada en Francisco Sánchez forma parte de su marca registrada
No es usual encontrar un político frontal, directo y al mismo tiempo abierto al encuentro y el diálogo ante las diferencias.
Ciertamente la mirada trascendente en Francisco Sánchez forma parte de su marca registrada. Su aptitud de apertura y diálogo le será de gran aporte desde la Secretaria de Culto para reedificar las relaciones que la fe y el Estado deben recomponer en Argentina. Dicha relación entre la Iglesia y el Estado, probablemente sea de estratégica importancia para acompañar la política de nacional, en momentos en que la dimensión religiosa sirva de contención y soporte anímico-espiritual de los más vulnerables.
Como dijimos en alguna oportunidad, Argentina está en crisis y su crisis es de valores, valores que deben ser sustentados por virtudes. Sánchez habla de “una comunidad de políticos que aspiren a trabajar con una mirada trascendente y a largo plazo”, que edifiquen para el futuro y la concordia de las próximas generaciones. Destaca el valor de la palabra, con la firmeza en el compromiso asumido. Con mirada trascendente y apertura al diálogo edificante, aceptando que se puede ser diferente y pensar distinto; Sánchez se dispone a llevar su tarea adelante por y para el bien de nuestro país.
* Mg Juan Pablo Pliauzer, empresario Pyme.