Paro general contra Javier Milei: entre el poder de fuerza de los gremios y la cotidianidad del verano
Sindicatos de la CGT, la CTA e independientes se movilizaron en las dos ciudades más importantes de la provincia en contra del DNU y la ley ómnibus. Comerciantes e industriales, actividad normal.
Rosario y Santa Fe, las dos ciudades más importantes de la Provincia, se movilizaron masivamente en el paro general que convocó la Confederación General del Trabajo (CGT), pero al cual también adhirió la CTA y que a su vez sumó a sectores independientes que llegaron sin ninguna identificación. Al mismo tiempo que las calles se llenaban de ruidos de trompetas, banderas partidarias y colores de bengalas, sectores privados como la industria y el comercio decidieron continuar trabajando con normalidad.
El Monumento a la Bandera en Rosario y la explanada de la Legislatura en Santa Fe fueron los epicentros donde se convocaron cientos de trabajadores para reclamar contra las políticas que impulsa el presidente Javier Milei en el DNU y la ley ómnibus. A partir de las 12 comenzó la concentración y luego las marchas por las calles de las ciudades. Las altas temperaturas que al mediodía superaron los 30º no amedrentaron a los manifestantes que se protegieron del sol como pudieron: gorros, banderas y hasta remeras en la cabeza ayudaron a tal fin.

Los sindicatos de la administración pública, municipales, docentes, médicos, asociaciones civiles, ONG estuvieron entre los que marcaron el presente. A su vez, tanto en Rosario como en Santa Fe, se sumaron sectores independientes, sin identificación o con cartelería alusivos a Javier Milei realizados a mano por ellos mismos.
Durante la actividad se procedió a entonar el Himno Nacional y luego a la lectura de un documento consensuado en contra de las políticas de que impulsa la Libertad Avanza respecto a la flexibilización laboral y desregulación económica. Allí subrayaron que el Poder Ejecutivo pretende "avasallar atesoradas conquistas del pueblo argentino, dilapidando soberanía y riquezas naturales, destruyendo el Estado entregando bienes y empresas de servicio al poder concentrado".
El hecho de no ser una medida de fuerza de 24 horas y comenzar a partir del mediodía propició la adhesión de algunos y la indiferencia de otros. En el sector público, que habitualmente trabaja hasta las 13 muchos lo hicieron con normalidad y luego se sumaron a la concentración. Para los privados resultó un día más. Casi para el final de la jornada, a partir de las 19, se espera que los colectivos dejen de funcionar a modo de "adhesión".

En las peatonales, los comercios de Santa Fe y Rosario abrieron sus puertas durante la mañana y las mantuvieron incluso hasta el comienzo de la concentración. Si bien el gremio de mercantiles adhirió a la medida de fuerza, los empleadores nucleados en el Centro Comercial emitieron un documento rechazándola y advirtiendo el descuento por el día no trabajado. En sectores industriales se vivió una situación similar.
La calurosa jornada santafesina de protesta para algunos y cotidianidad para otros, se desarrolló con absoluta tranquilidad, sin ningún tipo de incidente que pudiera opacar los reclamos o que amerite la escasa presencia policial que hubo en los lugares de la marcha. Unos protestaron contra Milei, otros trabajaron y algunos llegaron hacer las dos cosas.
Paro de la CGT en Santa Fe
Paro en Rosario

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