A 100 días del ataque

El crudo relato de un argentino que vivió el violento ataque de Hamás del 7 de octubre

Llegó a Israel a los 4 años y vivió hasta los 19 en una de las zonas más calientes de Medio Oriente. "Nadie imaginó jamás que podía ocurrir lo del 7 de octubre", dijo.

Mauro Sturman
Mauro Sturman domingo, 14 de enero de 2024 · 19:19 hs
El crudo relato de un argentino que vivió el violento ataque de Hamás del 7 de octubre
El argentino-israelí junto a su familia

"Durante 18 años convivimos con misiles. Un día pusieron una alarma y cuando sonaba no quedaba mucho más que correr al lugar más seguro de tu casa. Con el tiempo comenzaron a construirse refugios en cada hogar, después hicieron uno en la escuela a la que íbamos, en la canchita de fútbol y en la parada del autobús, hasta que toda la zona se llenó de refugios", así transcurrió gran parte de la vida de Gastón Druguer, un argentino-israelí que creció a tan solo 7 kilómetros de la Franja de Gaza, y cuyo relato permite comprender cómo fue crecer en una de las zonas más calientes de Medio Oriente, lugar en el que hace exactamente 100 días, la organización terrorista Hamás perpetuó el peor ataque contra el pueblo judío desde el holocausto.

Gastón es cineasta y llegó a Israel en 1995 con tan solo 4 años de edad. Lo hizo junto a sus padres y su hermano Diego, dos años más grande que él. Argentina ya recibía los embates del neoliberalismo, los problemas económicos empezaban a afectar a gran parte de la sociedad y el país cargaba sobre sus espaldas con los atentados a la Embajada de Israel en 1992 y la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA). En ese contexto, los Druguer decidieron partir hacia Israel para instalarse en Otef Aza, una de las áreas pobladas del Estado Judío que están dentro de los 7 kilómetros de la frontera de Franja de Gaza.

"Mis papás decidieron quedarse allí porque querían vivir en un moshav (comunidad rural de carácter cooperativo, similar a un kibutz) buscaban un pueblo tranquilo, una casa propia, algo pastoral. Teníamos familiares en la zona que nos recomendaron el lugar, así que llegamos ahí donde vivimos toda la vida, de hecho mis padres aún tienen su hogar allá", relata Gastón a MDZ.

De la tranquilidad a naturalizar el sonido de las alarmas y la amenaza de los misiles

Durante los primeros años de su vida, la vida de Druguer en Otef Aza fue tranquila. "Al principio no había problemas de seguridad o al menos como se conoce hoy. Era una zona muy tranquila, desde los 8 y 9 años caminábamos solos por la calle en el moshav, podíamos viajar a dedo para visitar a otros amigos, la escuela a la que iba era muy pequeña, nos conocíamos con todos", explica el argentino-israelí que, a pesar de haber dejado su argentina natal a temprana edad, habla un español perfecto pero con un distintivo acento israelí.

La calma de los primeros años en ese lejano y pequeño país de medio oriente comenzó a transformarse en tensión a partir del 2004, aunque la memoria de Gastón ancle su mirada en el 2006. Es que en febrero de 2004, el primer ministro de Israel, Ariel Sharon,  anunciaba su plan para retirar las tropas israelíes que en ese momento se encontraban en Gaza y disponía el fin de los asentamientos judíos en ese lugar. Casi un año después, tras la muerte de Yasser Arafat, Mahmoud Abbas se convertía en presidente de Palestina y el 25 de enero de 2006, la organización terrorista Hamás se presentaba por primera vez en las elecciones parlamentarias palestinas. Sería el comienzo de una larga serie de enfrentamientos que encontraría su punto más oscuro el 7 de octubre de 2023, cuando cientos de soldados palestinos invadieron Israel, dejando un saldo de más de 1.400 civiles asesinados y 249 personas secuestradas. Al día de hoy, 129 permanecen cautivas.

Gastón es cineasta y vive en Israel desde los 4 años.

"Después del 2006, cuando Israel salió de la Franja Gaza, empezaron a lanzarnos misiles y no se pudo encontrar una solución. Hoy, después del 7 de octubre, puedo decir que ese fue el primer fracaso de Israel. No nos dimos cuenta en un primer momento, lo aceptamos. Cuando no hay ninguna solución y te cuidan con un refugio o con un misil que tiene que matar otro misil (en referencia a la cúpula de hierro) y no funciona, estás en un problema. El país no tuvo una solución para el terrorismo que empezó Hamás; durante 18 años nos callaron la boca con refugios, con salir cada dos o tres años a una mini guerra que te otorgaba tranquilidad por 6 u 8 meses hasta que volvían a tirar", señala Gastón.

Y agrega: "No era fácil vivir así, pero tampoco nos dimos cuenta lo traumático que era. Hoy nos damos cuenta. En ese momento tenía 15 o 16 años y me acostumbré a que hubieran misiles, alarmas; jugábamos al fútbol y de repente teníamos que salir corriendo al refugio para después seguir jugando. Inventábamos reglas nuevas. Si estabas frente al arquero y tenías que salir corriendo al refugio, cuando volvías tenías un penal. Después nos fuimos poniendo de novios y sabíamos que teníamos que tener relaciones sexuales siempre con la ropa interior puesta porque si sonaba la alarma había 15 segundos para ir al refugio y si tus viejos o los padres de tu novia estaban en la casa, tenías que tener cuidado para que no te agarren en pelotas. Era una realidad paralela, medio cómica, pero en realidad trágica".

Nadie vio venir lo del 7 de octubre

El 7 de octubre de 2023, cuando Israel sufrió el peor ataque contra el pueblo judío desde el holocausto, Gastón Druguer ya no vivía en el sur de Israel, pero sus padres sí. Cuando se lo consulta sobre aquel día, lanza rápidamente: "Nadie jamás imaginó que podía pasar lo del 7 de octubre".

"Eran las 6 de la mañana, estaba con mi hija chiquita de un año cuando escuché una alarma; corrimos al refugio mientras sonaban cada vez más alarmas. Pusimos las noticias y entendimos que estábamos en una guerra. A la hora empezamos a ver que en el sur habían ingresado terroristas, era algo nuevo, porque eso que pensabas que no podía pasar estaba pasando y era una masacre. Mis padres estaban en su casa, en el moshav. No contestaban el teléfono. Después de unas horas  nos pudimos comunicar y me dijeron que estaban en el refugio, sin electricidad y que se les estaba terminando la batería. Con mi hermano entramos en una paranoia porque sabíamos que había terroristas en la zona, a 300 metros de nuestro moshav y no sabíamos que pasaba. Los soldados aún no llegaban, mientras la gente subía en vivo lo que estaba ocurriendo. El ejército entendió lo que estaba pensando en Otef Aza por las noticias", explica sobre aquel día.

Entre la locura, la falta o exceso de información (según la perspectiva con la que se lo observe) y la muerte, Gastón volvió a comunicarse con sus progenitores el 8 de octubre, cuando la situación aún era angustiante. "Me dijo (por su padre) que estaba bien pero claramente no entendía lo que había pasado, el pensaba que se trataba de una guerra como sucede a veces, donde ellos (Hamás) tiran, nosotros nos defendemos y chau. Le dije que subiera al auto y se fuera de allí.  Él no comprendía por qué yo tenía tanto pánico. Cuando empezó a ver que estaba pasando una masacre me llamó y me dijo que estaban viajando en auto por una ruta custodiada por soldados", relata.

Y agrega: "Desde ese momento se fueron de su casa y no pudieron volver. Toda la gente de nuestro moshav está refugiada en Eilat (ciudad del sur de Israel) mis padres se quedaron en Yafo (Tel Aviv) porque no quisieron viajar hasta allá. Esa es la situación del sur de Israel que están refugiados en hoteles en Eilat, el mar muerto y partes en Tel Aviv. En todo el sur no hay nada y ahora comenzó a suceder lo mismo en el norte, todas las fronteras sur y norte de Israel están vacías, la gente se fue".

A tres meses del horror y la mirada internacional

"Después del 7 de octubre sabemos que no hay lugar seguro en Israel", describe el argentino-israelí ante la consulta sobre cómo es vivir actualmente en medio de una guerra. Hoy, a 100 días de uno de los días más oscuros en la historia del Estado Judío, Gastón cuenta que una de las situaciones más difíciles fue enterarse sobre las muertes, secuestros o traumas que debieron sufrir muchos de sus conocidos.

"Tres meses después seguimos con gente refugiada, la realidad de una zona que no existe y no se sabe si va a volver a existir, de una guerra que no termina y de secuestrados que aún no han vuelto. Es un trauma que te acompaña todo el tiempo. Israel hoy es un país que vive el día a día con tristeza, con preocupación y mucho terror".

El cineasta junto a su hija.

Por último, Druguer utiliza los últimos minutos de la entrevista para dar su opinión sobre la posición de una parte de la comunidad internacional y las acusaciones que en los últimos meses han recaído sobre Israel respecto de la guerra que se está produciendo en Gaza en estos momentos. "Necesitamos una solución permanente y mientras tanto seguiremos luchando  para que vuelvan todos los secuestrados; te pueden secuestrar a vos, a tus hijos y a tus padres, el gobierno no te puede traer de vuelta y el mundo no habla, ni hace nada, encima hablan mal de Israel. Quiero ver a otro país si les secuestran doscientos y pico de civiles, no soldados, civiles".

Y finaliza: "Tenemos que cuidarnos a nosotros mismos, esa es una de las cosas que mantiene a la gente no sé si optimista, pero sí con ganas de vivir y no romper todo, la esperanza de traer de nuevo a los secuestrados".

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