El salario mínimo corre una difícil carrera contra la inflación
Luego del anuncio de la inflación del 25,5%, el Gobierno deberá buscar un nuevo piso salarial que evite la generación de nuevos pobres en plena crisis económica.
A un mes de la llegada de Javier Milei a la Casa Rosada, el dato de la inflación de 25,5% preocupa fuertemente frente a la debilidad del salario mínimo, que tuvo su último incremento en diciembre, en base a los anuncios de Sergio Massa en septiembre, llegando a los $156.000. El Gobierno, entonces, deberá iniciar una negociación por el Salario Mínimo Vital y Móvil buscando sanear la economía de los argentinos de pie que penden de un hilo para no caer en la pobreza.
La situación económica del país, aunque lleve años de crisis, es uno de los primeros problemas a solucionar del nuevo Gobierno que lucha por la aceptación popular de sus medidas de shock. Aunque las medidas, según pregonan desde el oficialismo, son resultado de un pasado crítico para el país, ese discurso queda lejos para los civiles que ven los precios cada vez más altos y la billetera "más flaca". Quedan lejos del día a día los valores de los tipos de cambio, el DNU y la ley ómnibus, aunque todo esté relacionado con el bolsillo, porque por más paciencia que se pida, el hambre de los sectores más postergados tiene poco tiempo para aguantar.
La Secretaría de Trabajo de la Nación, comandada por Omar Yasín, buscará negociar un incremento en el salario mínimo entre el 20 y el 30 de enero, tiempo que estará signado por el paro general y la movilización programada por la Confederación General del Trabajo para el miércoles 24. En ese contexto donde el Gobierno y la oposición sindical pondrán mucho en juego, desde la cartera de Trabajo tienen la intención de pactar un aumento salarial considerable.
Luego de dar a conocer el dato de inflación del 25,5%, el Indec anunciará el próximo lunes 15 los valores de la Canasta Básica Alimentaria (CBA) y la Canasta Básica Total (CBT), lo que marcará las líneas de indigencia y pobreza, respectivamente. La CBA anunciada en diciembre, correspondiente a noviembre, se ubicó en los $59.887 para un adulto equivalente (varón de entre 30 y 60 años), mientras que la CBT llegó a los $126.361.
Aunque las cifras para un adulto equivalente publicadas en noviembre son superadas por un salario mínimo, cuando la CBA y la CBT se extienden a una familia, la situación cambia:
- Un hogar de tres integrantes necesitó $147.322 para no ser indigente y $310.849 para no ser pobre.
- Lo conocido como "familia tipo", de cuatro integrantes, necesitó $185.050 y $390.456 respectivamente.
- La CBA de una familia de cinco integrantes fue de $194.632 y la CBT de $410.674.
Con la inflación del 25,5% anunciada esta tarde y un salario de $156.000, parece difícil alcanzar los estándares que logró cubrir el último aumento, o más aún un aumento de cubra esta situación, bajo un contexto en el que "no hay plata", como repiten desde el Gobierno nacional. Ante este estado crítico, el ciudadano argentino deberá seguir ajustándose durante los próximos meses, con una paciencia que deberá calificarse como heroica si todo termina saliendo bien. Mientras tanto, el Gobierno, enmarcado en una teoría liberal ortodoxa, esperará un derrame para abril y mayo, aunque debe resolver primero que ese derrame no caiga sobre una población ya sumida en la pobreza.