La biología está atravesada por la historia y el lenguaje
Hoy hay innumerables situaciones en los hogares y en las escuelas que nos hacen estar en alerta frente a comportamientos, acciones y actitudes. No solo nos asustan, sino que claramente no nos permiten trabajar como necesitamos. Está claro que necesitamos respuestas y soluciones. A partir de dicha necesidad surge una imperiosa respuesta a la ciencia y profesionales.
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Cuando esto sucede debemos hacer una criteriosa lectura de la solución que se plantea. Muchas veces un diagnóstico se acompaña con un fármaco que garantiza de manera rápida y efectiva un cambio de conducta que implica inmediatamente las mejoras que esperamos.
Pero nos cabe al menos pensar que, si bien estamos en la primavera de los estudios del cerebro, la ciencia no debe ser categórica sino sujeta a cambios y revisiones. Hay momentos que un fármaco es esencial y necesario otras veces vemos una sobre medicación concreta.
No todo es un número y no siempre cuando de personas se trata 2 más 2 no es 4, todos queremos soluciones mágicas para enfrentar conflictos, fracasos y rechazos o sino cambiar conductas socialmente preferibles. Pero en la vida real no ocurre o es efímero. Lo cualitativo existe no lo calla la medicación.
Los neurotransmisores y sinopsis de cada cerebro existen, pero ese cerebro que las aloja está atravesado por el lenguaje, la historia, el amor y el desamor. Las significaciones y el deseo no parecerían hacer alianza con los psicofármacos. A veces los estudios garantizan el éxito pero en el consumo y tratamiento los resultados no son tales. Como también es real que en muchos casos son efectivos.
Propongo no aceptar con tanta liviandad la ecuación: conducta anormal.
- Diagnostico. (cuantitativo numérico)
- Medicación. (como única respuesta a la solución)
Entendiendo que esto forma parte de una sociedad de consumo, una cultura de resoluciones rápidas, mágicas y efectivas. Podemos pensar juntos en parar, evaluar, reevaluar, reflexionar. Y aceptar que el cuidado, el amor, los abrazos, las caricias, la gratitud y el contexto altera nuestra química, y que la salud mental y nuestros pensamientos están atravesados por una multiplicidad de factores conocidos y desconocidos. ¿O acaso alguien puede explicar en su totalidad las conductas y el sentir de las personas?
Si no podemos medir lo que es valioso acabaremos por valorar lo que es medible. Robert Birnbaum.
* Lic. Erica Miretti, psicóloga. Neuropsicoeducadora. Docente.

