El fuego subterráneo generó destrozos en algunas viviendas de una importante zona agrícola
La municipalidad debió asistir con módulos habitacionales que se usan en casos extremos. La situación aún es crítica y el incendio avanza en el terreno seco.
El incendio subterráneo, que ya supera el kilómetro de ancho, en una zona agrícola del Gran Mendoza, alcanzó un grupo de viviendas que debieron recibir asistencia urgente, con el traslado de familias. Si bien el problema comenzó hace dos años, el fuego sigue avanzando en el interior de la tierra. Solo un cordón de fincas irrigadas y canales de corte contienen, por ahora, la combustión.
En un principio, el incendio habría empezado en la superficie, ya que es habitual que los vecinos de zonas rurales de Mendoza prendan fuego para “limpiar” el monte seco. Pero la sequía, que lleva más de una década, secó por completo la turba (un material orgánico enterrado desde hace siglos) que empezó a combustionar con facilidad, al contacto de las raíces de un cañaveral. Si bien es la primera vez que se ve este fenómeno en la provincia, fue histórica la combustión subterránea en San Juan, por el mismo motivo.

Hace dos años, según asegura un vecino de Las Champas, en Corralitos, Guaymallén, el fuego subterráneo afectaba una zona deshabitada. El año pasado se despertó la alerta cuando una lengua encontró terreno no irrigado por el abandono de fincas en la zona y alcanzó loteos en calle Silvano Rodríguez, de Kilómetro 8. Defensa Civil, bomberos y los mismos vecinos, con el bombeo de agua subterránea, impidieron el avance de esa parte del incendio hace un año.
Sin embargo, en los últimos meses, con el agua subterránea cada vez más baja, el fuego interior avanzó sin tregua, tomó oxígeno en los caños de desagüe de fincas incultas y afectó a un grupo de viviendas en Las Champas. Tres familias que vivían allí recibieron la ayuda de la Municipalidad de Guaymallén, que procuró el traslado e instaló módulos de emergencia en terrenos que tenían las familias de los afectados. Los módulos son una habitación de madera, con un baño que se apoya sobre pilotes de madera y que se disponen en caso de derrumbes o incendios, explicó Silvia Donati, directora de Desarrollo Social del departamento.

La funcionaria municipal también contó que hay dos familias más que viven cerca de la zona de incendios. “Una trabajadora social de la dirección las está entrevistando para ver cuáles son las situaciones y resolver el tema, porque seguramente deban dejar el lugar”, dijo Donati. Agregó la directora que están esperando el informe de Defensa Civil para conocer el riesgo de que se siga extendiendo el fuego subterráneo, para procurar antes la reubicación de los vecinos.
Una vivienda en buenas condiciones, abandonada, por el incendio subterráneo

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