Salud infantil

La verdadera razón detrás de la extinción de los pediatras en la Argentina

Mientras problemas emergentes y estacionales complican el ejercicio de la pediatría, crece la preocupación en las universidades por la falta de interés en este área.

Milagros Moreni
Milagros Moreni jueves, 1 de junio de 2023 · 09:09 hs
La verdadera razón detrás de la extinción de los pediatras en la Argentina
El déficit de pediatras se origina en la formación

Cada vez hay menos pediatras. Lo dice la Sociedad Argentina de Pediatría y lo reclaman hospitales y clínicas de distintos puntos del país. Las malas condiciones salariales, el exceso de trabajo y el desborde de paciente sumado a las secuelas emocionales que dejó la pandemia en el personal de salud contribuyen al colapso en los especialistas en clínica para la infancia, pero el problema no nace en el consultorio sino antes: en la formación académica. 

No sólo "no hay pediatras", tampoco hay personas que quieran serlo y eso abre un gran interrogante hacia adelante. Consultada por MDZ, la doctora Ana Balanzat (MN: 47523), médica pediatra neumonóloga, ex jefa del Departamento de Pediatría del Hospital de Clínicas de la UBA y ex docente titular de Pediatría en la Universidad de Buenos Aires analizó el problema de la profesión desde la formación y lo que sucede en el aula. 

Desde su punto de vista, la situación en la Argentina no es tan crítica pero podría serlo y el origen de los problemas que viven hoy quienes están en ejercicio tiene que ver con el desinterés de los estudiantes por especializarse en medicina para niños. 

"En comparación con otros países, principalmente de Europa, tenemos todavía muchos pediatras porque quedan de camadas anteriores, mayores. Lo que sí, se está viendo que hay menor interés de los médicos jóvenes en formarse en pediatría y tampoco son atraídos por las especialidades muy críticas como terapia intensiva pediátrica, neonatología o internación. Buscan un modo de vida más tranquilo, menos exigido y con mejores remuneraciones", señaló Balanzat.

Estudiantes de medicina de la UBA durante una clase. Crédito foto: Instagram Hospital de Clínicas UBA

En este contexto, son los pediatras con más experiencia y formación los que están en el frente de batalla, desbordados, mientras que por su trayectoria probablemente ya alcanzaron cargos de conducción, gerencias o decidieron abocarse a la atención ambulatoria. Por eso, los sectores de emergencia son los que quedan más desatendidos y cuando sucede algo como el brote de bronquiolitis que se vive actualmente, el problema sale a la luz.

Por los cambios de época, quizá sea necesaria una época de cambios en la carrera de pediatría. "Antes existían los residentes, pero también había un número muy importante de concurrentes, que son médicos que se formaban sin tener ningún tipo de paga, en forma absolutamente gratuita, trabajando con un régimen de residencia más largo, de 5 años, y que concurrían al hospital en forma honoraria simplemente para formarse con una exigencia desde el punto de vista horaria y formativa mayor", explicó Balanzat.

Sobre esto, la doctora describió que "aquellos que habían logrado entrar en la residencia tenían a favor una remuneración económica y hacían la carrera especialista", pero "en este momento, los médicos concurrentes que se están formando ya prácticamente no existen".

Otro problema grave en torno a la formación pediátrica es que cada vez hay menos residentes, incluso en algunos hospitales los puestos quedan vacantes. "Es decir, ni siquiera con un sueldo relativamente bajo, como todos sabemos, los profesionales están dispuestos a someterse al esfuerzo enorme que significa hacer una residencia con todos los sistemas de horas para cumplir, evaluaciones, exámenes, exigencias, etcétera", señaló.

Para Balanzar, Argentina tiene una fortaleza respecto a otros países en los que la pediatría está en manos de médicos generalistas, pero si crece el desinterés y no se estimula a que los médicos elijan esa especialidad "es probable que con el tiempo haya un déficit de recurso humano".

La mayor debilidad está especialmente en las áreas críticas, neonatología, internación y terapia intensiva. Las razones de esto son muchas: desde la cantidad de años que se necesitan, la exigencia que se aplica hasta lo que implica la vida después, con muchas horas de guardia, responsabilidad y baja remuneración. Algo muy diferente a lo que pasa con especialidades no críticas.

"Las generaciones más nuevas ya no tienen la mística o esa vocación de servicio y están viendo la situación de una manera mucho más pragmática, enfocándose básicamente en la remuneración, quizá, antes de la formación", concluyó la pediatra neumonóloga.

Actualmente un médico residente de tercero gana $240.000. La suma crece o disminuye de a $2000 de acuerdo al nivel del residente. Luego, un médico de planta alcanza los $250.000 mensuales.
 

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