Salud

Qué es la enfermedad de Graves-Basedow y cómo afecta a la visión

La patología incide en la glándula tiroides y se manifiesta en mayor medida en mujeres. Se estima que en el 20% de los casos su impacto puede incidir de manera negativa en el globo ocular y sus alrededores. Aquí, su incidencia y tratamientos de vanguardia para mejorar la calidad de vida.

Zulema Usach
Zulema Usach lunes, 8 de mayo de 2023 · 16:45 hs
Qué es la enfermedad de Graves-Basedow y cómo afecta a la visión
Los controles oftalmológicos son claves para abordar patologías asociadas a disfuncionalidades de la glándula tiroides. Foto: Shutterstock

Se estima que su incidencia en la población general alcanza los 210 casos por cada un millón de habitantes, afecta a personas de entre 40 y 60 años y se manifiesta en mayor medida en mujeres. La afección conocida como Graves-Basedow, es una de las patologías que compromete a la glándula tiroides y, en líneas generales, provoca hipertiroidismo, comprometiendo -entre otras funciones orgánicas- a la visión como consecuencia de su impacto en el globo ocular. Por eso, los especialistas apuntan a la realización de controles regulares para quienes presentan este diagnóstico, que requiere de un seguimiento pormenorizado que colabore a prevenir complicaciones asociadas.

Hay que decir que la enfermedad de Graves-Basedow es un trastorno del sistema inmunológico que se manifiesta en la glándula tiroides, cuya forma es comparable a la de una mariposa ubicada en el cuello. En los casos en que esta produce hormonas en exceso, se produce un hipertiroidismo, cuyo tratamiento consiste en la administración de medicamentos para su regulación, o bien, la extirpación de la glándula. Entre los síntomas más frecuentes de esta afección figura la ansiedad, el temblor de manos, la sensibilidad al calor, la pérdida de peso sin un motivo aparente, hinchazón de los ojos y un agrandamiento de la glándula tiroides. 

Ahora bien. De acuerdo a diversas investigaciones, ha sido posible relacionar a esta patología (que se da en una proporción de cuatro casos a uno entre mujeres y varones respectivamente) con la llamada oftalmolopatía de Graves, una enfermedad ocular que se da en el 20% de los casos de hipertiroidismo. La patología ocular se presenta en una proporción de 42,2 casos por cada un millón de habitantes e impacta más en las personas hipertiroideas que fuman. Se presenta con una inflamación de los tejidos en los ojos, tanto en el párpado superior como en el inferior.

En ese sentido, Rodolfo Vigo, jefe del Servicio de Oftalmología del Hospital Universitario Austral, resalta la importancia de avanzar con un diagnóstico certero que permita iniciar cuanto antes la terapia adecuada para evitar mayores complicaciones. Explica el especialista que "una enfermedad que afecta a la glándula tiroides puede comprometer el globo ocular, provocando una inflamación de los tejidos que rodean a los ojos, tanto musculares como adiposos, y un aumento del tamaño de esos tejidos”.

Esto provoca, detalla Vigo, que el globo ocular sea empujado hacia afuera. “Como los ojos y los tejidos que los rodean se encuentran dentro de la órbita y esta es una cavidad inextensible, ya que está rodeada por huesos, la consecuencia es que no puede alojar el aumento de volumen de los tejidos. Por esa razón, los ojos son empujados hacia afuera. En esta enfermedad también se pueden producir ‘bolsas’ en los párpados, debido al aumento y prolapso de su grasa”, continúa el médico oftalmólogo.

Alerta, fumadores

Entre los síntomas más evidentes de esta patología, detalla Vigo, aparece la retracción palpebral, que provoca que uno de los párpados parezca más abierto de lo normal. "Es el problema más frecuente en esta enfermedad, y puede afectar tanto al párpado superior como al inferior. Lo propio ocurre con los exoftalmos u ojos saltones; la visión doble, y el edema de párpados”, aclara Vigo y detalla que "en casos poco frecuentes también se puede verificar en los pacientes úlcera corneal y compresión del nervio óptico. Es extremadamente infrecuente la pérdida de visión”, destaca el especialista.

Quienes fuman y presentan hipertiroidismo presentan mayores riesgo de presentan oftalmopatía de Graves.

Hay que decir que la enfermedad de Graves y usualmente la patología ocular asociada no pueden prevenirse. Frente a ello, una de las alterativas más adecuadas consiste en “la terapia con yodo radiactivo, utilizada para tratar el hipertiroidismo. Esto es necesario porque la enfermedad ocular y se debe evitar, siempre que sea posible, en pacientes con enfermedad ocular moderada o severa”, advierte el especialista y aclara que en el caso de los fumadores se presenta una mayor propensión a desarrollar oftalmopatía de Graves, en comparación con los no fumadores. "En estos casos lo mejor es tratar de dejar de fumar. Quienes sufren esta enfermedad también deben evitar la exposición indirecta al humo, puesto que tiene el mismo efecto que fumar activamente”, agrega.

Terapias para mejorar la calidad de vida

El tratamiento de la oftalmopatía de Graves depende de la fase en que se desarrolle la enfermedad. En ese sentido, Vigo explica que la fase "activa" o congestiva" dura de seis a doce meses y se caracteriza por la inflamación de los contenidos orbitarios y de los párpados. "En ese caso, se trata con gotas; inyecciones de toxina botulínica para descender el párpado superior, e inyecciones de corticoides locales en el párpado inferior, sin efectos sistémicos. Cuando no hay respuesta al tratamiento local o la enfermedad es muy intensa, se puede optar por una terapia sistémica y suministrar corticoides por vena”, explica el médico.

En tanto que en la fase "crónica" o "cicatrizal", es posible advertir las consecuencias del impacto de la etapa anterior. En estos casos, explica el especialista, los tratamientos están focalizados a corregir las alteraciones generadas en los ojos, los párpados y las órbitas oculares una vez que desaparece la inflamación. "Para corregir la salida excesiva de los globos oculares, puede realizarse una cirugía de descompresión orbitaria", asegura Vigo y detalla que esa intervención produce un aumento del espacio de la órbita y, de esta manera, los ojos retroceden en su posición.

Las afecciones en la glándula tiroides afectan al funcionamiento general del organismo. 

En tanto que para la visión doble, se realiza una cirugía sobre los músculos oculares, con el propósito de colocar los ojos en su posición habitual. "Finalmente, se puede realizar una cirugía para descender la altura del párpado superior o ascender el párpado inferior. Y si se observan ‘bolsas’ de grasa en los párpados, se realiza una cirugía para tratar específicamente este problema”, detalla.

En términos generales, el especialista del Hospital Universitario Austral, destaca que en la actualidad es posible abordar la afección de manera de mejorar la calidad de vida de los pacientes afectados por esta patología con un bajo nivel de riesgo de complicaciones subyacentes. Una de las claves en este sentido, tiene que ver con la consulta médica, el seguimiento y el trabajo médico interdisciplinario. Por eso, recomienda acudir a un oftalmólogo especializado en oculoplástica, órbita y vías lagrimales. Este profesional, a su vez, es quien debe trabajar en conjunto con el área de endocrinología, de manera que cada paciente cuente con el tratamiento más acorde según la fase de la enfermedad en la que se encuentre. 

“En la actualidad, con la combinación de la cirugía de descompresión orbitaria y la cirugía de los párpados por incisiones muy pequeñas o invisibles en su parte interna, se obtienen muy buenos resultados funcionales y estéticos. Es una cirugía muy efectiva y con pocas complicaciones”, asegura Vigo. 

Archivado en