Qué es la cobardía emocional: 5 ideas para superarla y conocerte mejor
En el extenso mundo de la inteligencia emocional, como no es una ciencia exacta, cada persona es un mundo; y dentro de ese mundo están las personas que son cobardes emocionales. Y cuando digo "cobardes" no me refiero a quienes padecen de alexitimia (la afección cerebral que bloquea la capacidad de sentir en sí mismos, así como tampoco interpretar las emociones ajenas).
Me refiero a personas poco valientes para adentrarse y darse un chapuzón en su interior, en vez de estar enmascarando, tapando y diciendo "no me pasa nada". Este es un tema sensible, porque hay gente que prefiere disociarse de lo que siente pensando que así dejará de sufrir. Y esa quizás es una respuesta incorrecta, si me permites.
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No podemos “olvidarnos” de sentir; ni siquiera adormecer lo que sentimos, lo que nos pasa. Tampoco podemos “controlar” las emociones. Aunque sí podemos gestionarlas, que es aprender a leer el mensaje oculto que traen, y que, si quieres, lo transformarás en experiencia de vida.
Veamos un ejemplo: a veces las cosas no salen como lo planeamos, nos equivocamos y nos frustramos. Pensamos en “por qué” en vez de “para qué”. Hoy quiero recordarte que todas esas experiencias y emociones tienen un motivo que es el de enseñarnos a
superarnos, entre tantos otros. Acá hay un punto interesante: cada vez que te preguntas “¿por qué?” la tendencia será a justificar lo que sientes; en cambio, si vas por el “¿para qué?” abres el portal del sentido, del entendimiento de esa experiencia.
- 4 estrategias para dejar de ser cobardes emocionales
Si te cuesta trabajar en tus emociones, quiero compartirte 4 estrategias que me han ayudado mucho:
- Reconoce la emoción: deja que se exprese y se manifieste. No te censures. Esto es fundamental para desarrollar el autoconocimiento y la aceptación. Es el primer paso para zambullirte en las aguas profundas, y desde allí, saldrás un poco más refrescado/a.
- Obsérvate: Mira con los ojos de tu mente donde está ubicada la emoción, que situaciones o experiencias hacen que aparezca. Diseña internamente 3 opciones sobre qué puedes hacer con ella: algo así como un Plan A, B y C emocional.
- Descubre sus raíces: Identificar el origen de la emoción y su “línea de tiempo” (¿Es algo nuevo? ¿Viene de alguna experiencia del pasado? ¿Es una creencia inculcada en la infancia?)
- Pregúntate: Indaga profundo, no temas en meterte a ver qué hay ahí para ti. Cuanto más te preguntes y quieras conectar, llegará más pronto el aprendizaje disponible.
Como observas, podemos ser detectives de nuestras emociones, y de esta forma, lograremos un mayor equilibrio emocional que, con la práctica, podemos sostener en el tiempo.
* Daniel Colombo, es facilitador y máster coach ejecutivo especializado en alta gerencia, profesionales y equipos.
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