Quiénes son los posibles nuevos beatos argentinos que anunció la Iglesia

El sacerdote Hernán Quijano, canciller del arzobispado de Paraná, informó que el Dicasterio de las Causas de los Santos no encontraron impedimentos para iniciar los procesos para convertir en beato dos jóvenes laicos y un seminarista. Estos, podrán formar parte de un selecto grupo de fieles que llevaron una vida que la Iglesia Católica considera ejemplar para otros seguidores.

Los tres, ahora aspirantes a la beatificación, fueron incluidos entre los "siervos de Dios" en marzo de este mismo años. Esta categoría esta conformada por aquellos que la Iglesia comienza a investigar para una potencial beatificación, pero el hito de estas jornadas fue que la misma institución romana iniciará los procesos pertinentes para que sean beatificados.

Así, los laicos Rodolfo Yaryes y María Cruz López, y el seminarista Víctor Manuel Schiavoni, comenzaron su "camino burocrático" para el anhelo vocacional al que invita la Iglesia: la santidad. El anuncio fue realizado en la misa por los 25 años de la consagración episcopal del obispo local, Juan Alberto Puiggari, en la solemnidad de la Nuestra Señora de Luján.

Víctor Manuel Schiavoni fue un joven formado en un entorno familiar avocado a la fe. Con una familia que habitaba en la zona rural de Lucas González, Entre Ríos, se mudó a los 14 años a Paraná para ingresar en el seminario menor “Nuestra Señora del Cenáculo”. Luego ingresó al Seminario Mayor pero nunca pudo terminar sus estudios y convertirse en sacerdote porque una leucemia terrible se llevó su vida a los 17 años, el 7 de septiembre de 1995.

La enfermedad mostró sus primeros indicios el 8 de mayo de 1995, cuando Schiavoni estaba visitando Luján por la solemnidad de la patrona de la Argentina. Tiempo después, en su pueblo natal le recomendaron ir al médico pero no pudieron identificar el cáncer que ya avanzaba sobre su cuerpo y meses después falleció con su anhelo inconcluso de alcanzar el sacerdocio.

Rodolfo Yaryez y María Cruz López tuvieron un camino distinto al de Schiavoni, en su tiempo terrenal. Ambos fueron jóvenes de la Acción Católica, una forma de apostolado vinculada a la evangelización, donde sirvieron en distintas parroquias y tiempos. Desde la Acción Católica, describen a Yaryez fallecido en 1990, como "un cristiano de ardiente caridad, inquebrantable esperanza e irradiante fe que provocaba que todo aquel que pasaba a su lado se sentía tocado por ella". López, por su parte, fue servidora de la entidad en la parroquia San José Obrero hasta que la leucemia terminó con su vida en 2006.

¿Qué es un beato para la Iglesia Católica?

Así como los santos son aquellos que la Iglesia asegura que se encuentran en el Cielo, los beatos son aquellos destacados por sus virtudes, certificadas por el papa. Esta condición habilita que estas personas puedan ser honrados con culto, ya que se cree que el beato goza plenamente del paraíso. La palabra "beato" significa feliz o bienaventurado y tiene origen en el latín, lengua que prima en gran cantidad de aspectos referidos a la Iglesia Católica.

En Argentina existen un total de quince beatos declarados por la Iglesia, siendo los más reconocidos el fray Mamerto Esquiú, Ceferino Namuncurá y Mama Antula. La lista la completan Laura Vicuña, María del Tránsito Cabanillas, María Ludovica de Angelis, Crescencia Pérez, Gregorio Martos Muñoz, Catalina María Rodríguez, Enrique Angelelli, Carlos de Dios Murias, Gabriel Longueville, Wenceslao Pedernera, Pedro Ortiz de Zárate y Giovanni Antonio Solinas.

En cuanto al selecto grupo de santos, existen solo cuatro que vinculados a nuestro país: Héctor Valdivielso Sáez, religioso asesinado durante la Revolución de Asturias de 1934, José Gabriel Brochero, sacerdote que sirvió en las serranías cordobesas, Nazaria Ignacia, religiosa española que sirvió en Bolivia, Argentina y Uruguay, y Artémides Zatti, que fue un religioso y enfermero que sirvió en la Patagonia.