Yoga para embarazadas: la disciplina que ofrece beneficios impensados en el parto

Desde el inicio de la humanidad la mujer ha transitado el embarazo, en épocas y espacios diferentes, pero el proceso de dar vida no ha sufrido modificaciones, salvo el conocimiento del desarrollo de la gestación, su control y seguimiento.

A dicha evolución, tanto la ciencia como otras disciplinas, brindan actualmente contención y asesoramiento para vivir el embarazo con más conciencia de sus necesidades. La ciencia controla la salud de la mamá gestante y del bebé por nacer con métodos cada vez más sofisticados.

Pero fuera de la ciencia médica, el yoga para embarazadas brinda a quienes lo practiquen la posibilidad de lograr mayor flexibilidad corporal, reconocer y aceptar los cambios del cuerpo que ocurren en las 38 semanas de embarazo, utilizar la respiración como medio para bajar o evitar la ansiedad logrando los beneficios de la relajación, para aquietar la angustia que produce la expectativa del nacimiento. Y para encauzar, además, los miedos que atraviesan las mujeres que esperan un hijo.

"Es muy importante compartir en clases grupales con pares, con quienes se logran intercambios muy ricos y se obtienen distintas miradas sobre la experiencia del tiempo de gestación. El yoga, una técnica milenaria, ofrece a través de la práctica conciencia de la respiración, relajación, flexibilidad, conciencia corporal, serenidad y concentración", explica Adriana Freire, instructora y discípula de Dalia López Fürst, experta en la preparación de la embarazada para el parto.

"Sin duda hay otras propuestas para acompañar este proceso tan maravilloso, pero desde mi larga experiencia puedo garantizar la amplia riqueza que tiene el yoga para lograr que las embarazadas puedan llegar a un parto o cesárea saludables", sostiene Freire en diálogo con MDZ, sentada sobre un zafu en su estudio "Parir amorosamente" en la localidad de Ituzaingó, al oeste del conurbano bonaerense. Hasta allí llegan diariamente, desde hace más de 30 años, decenas de mujeres a partir del primer trimestre, siempre de acuerdo con la recomendación médica, o bien después de la semana doce de embarazo.

Pero el acompañamiento de "Parir amorosamente" no termina en el momento de dar a luz. "Muchas de las chicas vuelven para los cursos de lactancia y para aprender Shantala, la técnica de masajes milenaria que proporciona bienestar físico y emocional para el bebé", agrega mientras se prepara para recibir a cinco parejas que compartirán una clase de yoga junto a sus bebés y luego se entregarán a una charla con la psicóloga del equipo para compartir dudas y temores.

El yoga puede ser una forma segura y beneficiosa de ejercicio durante el embarazo, siempre y cuando se practique con precaución y bajo la supervisión de un instructor experimentado. 

"Es importante tener en cuenta que no todas las posturas de yoga son seguras para las mujeres embarazadas, por eso los instructores nos capacitamos en yoga prenatal para adaptar también las posturas según las necesidades y limitaciones de cada mujer", aclara Freire.