La impactante historia de uno de los monumentos icónicos de Mendoza

Sin dudas, uno de los monumentos más icónicos de nuestra provincia es El Cristo Redentor. El destacado historiador de MDZ Radio, Gustavo Capone explicó su particular historia.

Según relató Capone, el Monumento al Cristo Redentor fue inaugurado el 13 de marzo de 1904, como símbolo de la amistad y fraternidad entre Argentina y Chile, en lo alto de la cordillera andina a 3.850 metros de altura, justo sobre el Paso de Uspallata en el límite internacional.

"Este monumento es un hito mendocino, pero también lo es a nivel universal. Durante 300 años era el paso prácticamente obligado. Desde que llegaron los españoles siempre hubo un tránsito con Chile muy aceitado. Nuestra vinculación global era con el Pacífico a través de la Cordillera, desde 1561 hasta 1891 fue monopólicamente el único modo de circular", comenzó contando el historiador.

Conflictos con Chile

Capone remarcó que a fines del año 1800, principios del año 1900, la relación con el país vecino no era buena. "El límite entre Argentina y Chile estaba marcado por las altas cumbres que dividían agua, un pacto firmado en aquel momento por los ministros Borja y Bernardo de Irigoyen", agregó.

La idea de crear un monumento en ese contexto, contó el historiador, fue por Ángela de Olivera Cézar y el obispo de Cuyo, Monseñor Marcolino Benavente, inspirado en el pedido de Papa León XIII, cuando en tiempos que ya vislumbraban una inminente guerra mundial insta a la comunidad cristiana mundial a pedir devoción “por la paz al Cristo Redentor”. La inquietud logró persuadir al entonces presidente argentino Julio A. Roca. El monumento medía seis metros y la cruz tomada en la mano izquierda alcanzaba una altura algo mayor a los 7 metros.

Para la construcción del mismo hubo dos proyectos, el del arquitecto italiano Rameghini y del argentino Mateo Alonso. "Este último fue el triunfante. El pedestal base fue obra del ingeniero mendocino Juan Molina Civit siguiendo las indicaciones de Alonso. Todos los materiales (más de cuatro toneladas de hierro y bronce) se transportaron en tren desde Buenos Aires hasta el poblado de Las Cuevas (ya existía el tren trasandino) desde ahí se completó el traslado en carretas y mulas", explicó.

"En el día de la inauguración, estuvieron presentes los cancilleres chilenos Raimundo Silva Cruz y el argentino José Antonio Terry, junto con el embajador argentino en Chile, Tiburcio Benegas (tres veces gobernador de Mendoza); y el gobernador mendocino Carlos Galigniana Segura. Fuerzas militares argentinas y chilenas entonaron los himnos nacionales y se efectuaron las salvas de bombas correspondiente", agregó el especialista.

El anhelo de paz entre los dos países casi se rompió en diciembre de 1978 cuando los gobiernos dictatoriales de Augusto Pinochet, en Chile, y Jorge Rafael Videla, en Argentina, estuvieron a horas de llevar a los países a la guerra. La situación fue salvada por la intervención del papado.

La canción en su honor

De la mano de Hilario Cuadros y el paraguayo Félix Pérez Cardoza en 1940, se popularizó una cueca en honor al monumento. 

"Ante el Cris, ante el Cristo Redentor / se arrodi, se arrodillaba un arriero / y roga, y rogaba por las almas / de los bra, de los bravos granaderos / Eran se, eran sesenta paisanos, / los sesen, los sesenta granaderos; / eran va, eran valientes cuyanos / de cora, de corazones de acero”, es el comienzo inconfundible de la cueca “Los sesenta granaderos”. 

"En el 2003 la Cámara de Diputados de la Nación Argentina declaró a la obra Monumento Histórico Nacional y Patrimonio Cultural de la Nación", cerró Capone.