Extensión horaria

Dos expertas en educación explican cómo lograr el éxito en la quinta hora de clase

Cuando comience el año lectivo, docentes y directivos deberán aplicar la extensión horaria en la primaria. Aseguran que el juego y las instancias de lectura son herramientas clave para activar una gran cantidad de habilidades sociales, emocionales y cognitivas truncados por la pandemia.

Zulema Usach
Zulema Usach jueves, 9 de febrero de 2023 · 07:06 hs
Dos expertas en educación explican cómo lograr el éxito en la quinta hora de clase
Desde el nivel inicial es fundamental incentivar el aprendizaje desde la lectura y el juego. Foto: ALF PONCE MERCADO / MDZ

Mientras que el calendario avanza hacia el inicio de un nuevo ciclo lectivo, miles de escuelas primarias estatales de todas las provincias del país se preparan para comenzar a aplicar un cambio trascendental en el sistema educativo argentino: una hora más de clase -cinco en lugar de cuatro-. Esto no solo traerá aparejado un cambio en la agenda diaria de las familias, sino que requerirá de profundos esfuerzos para docentes y directivos. Será, justamente, una oportunidad para comenzar a trabajar internamente para equilibrar la balanza hacia una mejora en la calidad de la educación, tal como se pregona en los discursos oficiales.

En lo pequeño y cotidiano. En el día a día de las aulas, allí donde las realidades son diversas y disímiles, los desafíos a resolver serán dinámicos en un contexto económico y social signado por la crisis. Al punto que muchos se preguntan el "cómo" se avanzará en la intimidad del escenario educativo para que esa quinta hora dentro de la escuela redunde en aquello que se quiere lograr: que los niños y niñas, incorporen herramientas básicas para sus vidas; que el aprendizaje de lengua y matemática no sea un compendio de contenidos abstractos.

Entonces, ¿cómo lograr despertar la motivación en los más pequeños para que ese tiempo sea aprovechado? Quienes trabajan desde hace décadas en materia de educación suman un aporte de gran valor. Desde los primeros años de la vida, destacan es primordial incentivar las habilidades sociales, cognitivas y emocionales, donde la lectura, el juego y la expresión aparecen en un plano prioritario. A eso se suma una multiplicidad de factores que no pueden quedar al margen. "El director/a es quien conoce la realidad y el entorno de su propia escuela y sabe qué es lo mejor para sus alumnos", destaca Susana Ortega de Hocevar, experta en didáctica de la Lengua, magister en Ciencias del Lenguaje y profesora honoraria de la Facultad de Educación Especial de la Universidad Nacional de Cuyo.

Entre sus explicaciones, nunca falta la mirada desde el propio contexto y las problemáticas que afronta cada comunidad educativa. No es lo mismo un colegio ubicado en el centro, que uno en un barrio vulnerable o uno de zona rural. No son las mismas las condiciones materiales ni las posibilidades de un pequeño de primer grado que no tiene un cuaderno para hacer sus tareas que aquél que tiene todos los recursos. Lo mismo sucede, explica la experta, con el acompañamiento familiar y el bagaje intelectual con que cuenta cada alumno/a en función de los aprendizajes logrados y sus ritmos de aprendizaje.

Mónica Matilla es doctora en Ciencias Psicopedagógicas, docente e investigadora. Coincide con esa visión y agrega que el desafío de la educación actual también consiste en recuperar los espacios que la pandemia de covid -y el aislamiento obligado del 2020 y la mitad del 2021- hizo retrotraer y que afectó el desarrollo de millones de niños y niñas. "Las habilidades socio-emocionales y comunicacionales se vieron gravemente afectadas", remarca la especialista en educación

Dialogar para abrir la puerta al aprendizaje

Ortega de Hocevar destaca que no existe una "formula" que sea aplicable a todos los niños y niñas por igual. Los recursos pedagógicos que se apliquen en las escuelas, desde este punto de vista, deben ir de la mano del contexto. Ahora bien. Dentro de ese universo de particularidades, la especialista aclara que existe un posible hilo conductor que puede colaborar a avanzar en aprendizajes sólidos y sostenidos en el tiempo. Y es que a través del manejo adecuado de la lengua es posible abrir la puerta a nuevos conocimientos..

En ese sentido, la experta en educación sostiene que la lectura de textos es una herramienta clave dentro de ese proceso. Es lo que permite, en suma construir historias, interpretar realidades, comprender el contexto o simplemente, dejar volar la imaginación y establecer relaciones entre personajes de ficción. Aporta la especialista, que por ejemplo, mediante la puesta en marcha de mecanismos dinámicos, como las representaciones de títeres, dibujar, recrear teatralizaciones y juegos sería posible reforzar y dinamizar las actividades, de manera que los niños y niñas al mismo tiempo disfruten de ese proceso de aprendizaje. 

Leer cuentos a los niños y niñas es un recurso fundamental para la enseñanza

Mucho más que un cuento

"El bagaje intelectual solo se obtiene mediante la lectura. Para los más chiquitos, por ejemplo, sería muy favorable que el/la docente a cargo les lea un cuento en esa hora para ayudarlos a enriquecer su enciclopedia, sus conocimientos del mundo y de la vida; a relacionar hechos, reconocer personajes y roles", explica Ortega de Hocevar y recomienda que "en el caso de los grados más avanzados, se pueden establecer mecanismos pedagógicos para la lectura comprensiva, que es lo que está faltando en el proceso de enseñanza-aprendizaje".

La necesidad de reforzar habilidades de lecto. escritura y comprensión de textos en todos los niveles de la educación argentina quedó en evidencia luego de que se dieran a conocer los resultados de las pruebas Aprender 2021. En líneas generales, los resultados de esas evaluaciones mostraron que los niños, niñas y adolescentes del país tienen dificultades para interpretar consignas, comprender problemas para resolverlos y expresar ideas, entre otras falencias. Todas habilidades transversales a cualquier aspecto básico de la vida diaria y que también impactan en el éxito o el fracaso a la hora de continuar terminar la secundaria y continuar una carrera. 

Así, la construcción de analogías e inferencias, reconocer palabras, morfemas y familias de palabras, ampliar el vocabulario y construir sentido, son solo una parte de los mecanismos que potenciarán el aprendizaje con un libro y mucho diálogo de por medio. Para lograr el éxito en ese proceso, Hocevar sostiene que es necesario crear un ámbito de lectura que pueda ser compartido.

Los cuentos e historias son la puerta de entrada a una gran cantidad de habilidades y conocimientos.

"Se les puede preguntar a los chicos si conocen sobre el tema que trata el libro o el cuento o qué representa cada personaje de manera que sea posible construir significado", ejemplifica la experta al destacar que es fundamental en ese proceso el diálogo sobre lo que se está leyendo, ya sea en soporte papel o digital.

Así la lectura profunda, dialógica y reflexiva, permitirá ampliar el campo de conocimiento. Se trata de hecho, de un ejercicio que "nutre" y fortalece los procesos mentales básicos y que conviene que sea aplicado tanto por docentes en el aula como por padres, madres y/o cuidadores. "Es posible inclusive, introducir al niño o niña en la vida real, con temas cotidianos a través de ese mundo ficticio que están viendo con una película o leyendo con un libro en la mano", aclara la especialista.

Creatividad y trabajo en equipo, habilidades necesarias

"Las habilidades socioemocionales se vieron muy afectadas con la pandemia, como así también las capacidades comunicacionales y de juego", explica Mónica Matilla y puntualiza que en el caso de las escuelas que apliquen la extensión horaria de cinco horas, sería importante que ese tiempo se aproveche, por ejemplo, para aplicar alternativas apuntadas al desarrollo integral de los niños y niñas. Así, lo lúdico, las actividades relacionadas a la creatividad y el trabajo en equipo, podrán ser los medios que colaboren a ese objetivo.

El trabajo en equipo fortalece las habilidades sociales y cognitivas.

Entre los más pequeños, por ejemplo, es clave ayudarlos a abrirse al trabajo en equipo. Y mediante el juego, por ejemplo, se ponen en practica múltiples lenguajes; se alimenta el desarrollo neurocognitivo y se aprende desde una estrategia que se aleja de los meramente memorístico, indica la especialista, que también es docente de la Facultad de Educación Elemental y Especial de la UNCuyo. "Esa hora puede ser aprovechable, por ejemplo, para ayudarlos a aprender a resolver problemas simples de la vida cotidiana, de manera que comiencen a construirse como sujetos activos, capaces de desarrollar estrategias de comunicación, a escuchar a otros y trabajar en equipo; a desarrollar un pensamiento crítico", propone Matilla desde una mirada integral. 

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