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Báez Sosa: el futuro de los condenados depende de Casación, ¿y el nuestro?

El destino de prisión o libertad para los ocho jóvenes condenados por asesinar a Fernando dependerá del Tribunal de Casación. Si pudieran recuperar la vida que tenían antes de matar, ¿podría esa ser una vida "normal"?

Milagros Moreni
Milagros Moreni martes, 7 de febrero de 2023 · 07:06 hs
Báez Sosa: el futuro de los condenados depende de Casación, ¿y el nuestro?
Foto: Archivo

A los ocho jóvenes de Zárate que desde hace tres años están en prisión por el crimen de Fernando Báez Sosa, la Justicia, a través del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) N° 1 de Dolores, los encontró responsables de homicidio doblemente agravado por el concurso premeditado de dos o más personas y por alevosía en concurso ideal con lesiones leves.

Los jueces Claudia Castro, Christian Rabaia y Emiliano Lázzari resolvieron que Máximo Thomsen, Ciro Pertossi, Enzo Comelli, Matías Benicelli y Luciano Pertossi cumplan con la pena de prisión perpetua como coautores penalmente responsables de los delitos imputados y que Ayrton Viollaz, Blas Cinalli y Lucas Pertossi, en tanto partícipes secundarios, paguen con 15 años de prisión.

Nadie quedó contento con el veredicto y todas las partes anunciaron que apelarán. La defensa, Hugo Tomei, por cuestiones técnicas, por lo que considera irregularidades en el debido proceso y porque, en ese sentido, había pedido la absolución de sus representados o las carátulas de homicidio en riña o preterintencional. La querella, integrada por Fernando Burlando y Fabián Améndola, porque buscaba una “condena ejemplar” con “perpetua para todos” y eso no sucedió de acuerdo a ese deseo. Y la fiscalía porque en los alegatos consideró que “todos hicieron todo” y, en ese sentido, la diferenciación de penas no se corresponde con esa idea.

Ahora, entonces, se dice que el futuro de los condenados se juega en el Tribunal de Casación. Las partes tienen siete días para apelar y el Tribunal hasta dos años para responder. Luego podrían tener su turno la Suprema Corte de Justicia de la provincia de Buenos Aires y, posteriormente, la de la Nación.

Llegar hasta la última instancia por lo que cada involucrado en esta historia considera justo implica tiempo y dinero. “Justicia es lo que los jueces deciden que es justo”, dijo a los medios el fiscal general Diego Escoda, pero si tres partes entienden como justo tres cosas diferentes: ¿qué es la Justicia?

Lejos de haber terminado hoy, el proceso judicial por el asesinato de Fernando Báez Sosa recién comienza.

Con lo que se sabe hasta ahora, los cinco condenados a prisión perpetua recuperarían su libertad en el 2055 mientras que los otros tres, entendidos como partícipes secundarios, como máximo, en el 2035.

Se dice que su futuro depende del Tribunal de Casación, pero ¿sólo de eso? Con esta premisa, la idea de futuro parece ser una condición que únicamente va pegada a los status de libertad o prisión. En cualquiera de los dos casos, si los condenados pasan décadas o días en la cárcel, su futuro depende de muchas variables más.

Si pudieran recuperar la vida que tenían antes de matar, si volvieran a su Zárate natal, ¿alguien les daría trabajo?¿Podrían salir a la calle sin escraches ni condena social? ¿Retomarían la universidad? Y si pasaran el resto de su vida presos, ¿en qué condiciones saldrían 15, 25 ó 30 años después? ¿El sistema penitenciario bonaerense tiene las herramientas para contener a sus internos y garantizarles la reinserción social como debería? ¿Puede el Estado cubrir las necesidades de las personas privadas de su libertad en un contexto de superpoblación carcelaria y denuncias de violación de los Derechos Humanos dentro del sistema penal?

Cuando los condenados recuperen su libertad, en poco o mucho tiempo, volverán a caminar por las mismas calles que cada uno de nosotros, irán al supermercado, a comprar ropa, a pagar algún impuesto o a hacer deporte. Serán nuestros vecinos, nuestros compañeros de trabajo, los padres de los hijos con los que compartirán colegio los niños de nuestras familias o amigos. El futuro de ellos, que hoy depende del Tribunal de Casación, es también el nuestro. Entonces, ¿de quién depende nuestro futuro?

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