Entrevistas MDZ

Cecilia Freire: "El Estado debe invertir en educación, produciendo científicos de calidad"

Diálogo con una reconocida investigadora y defensora de la salud pública que dedicó su vida a la lucha contra la poliomielitis y hoy brega por el sostenimiento de la vacunación y de la vigilancia epidemiológica. Además, recuerda cómo fue integrar el comité de asesores del Gobierno en la pandemia.

Florencia Arbeleche
Florencia Arbeleche lunes, 6 de febrero de 2023 · 09:00 hs
Cecilia Freire: "El Estado debe invertir en educación, produciendo científicos de calidad"
Foto: Julián Volpe

Médica, viróloga e investigadora incansable, el nombre de María Cecilia Freire está indiscutidamente ligado a la erradicación de la polio en el Argentina. Como jefa del Servicio de Neurovirosis del Departamento de Virología del Instituto Malbrán, puesto del que acaba de jubilarse después de 42 años de trayectoria, comandó un equipo de profesionales con el que articuló un trabajo de vigilancia epidemiológica ininterrumpido que resultó clave para que los países de las Américas se hayan declarado libres de polio salvaje en 1994. 

Sin embargo, la lucha contra esa temida enfermedad que causó estragos en todo el mundo no se detiene y Freire, ahora desde la docencia y desde la Asociación Argentina de Microbiología, refuerza la recomendación de fortalecer las campañas de vacunación contra la polio. En diálogo con MDZ, recordó también su participación en el comité de expertos que asesoró al Gobierno durante la pandemia y habló de las consecuencias sociales que dejó el tiempo de aislamiento. 

- ¿Existe riesgo de que vuelva a circular el virus de la polio en la Argentina?
Lamentablemente, sí. Se hizo un estudio en 2019 en todo el continente americano sobre la posibilidad de reintroducción de la circulación de poliovirus salvaje, que en las Américas está erradicado desde 1991 y se vio que por los indicadores que todo el continente, salvo algunos países, está en riesgo de reintroducción de la poliovirus salvaje. En nuestro país se mide por coberturas de vacunación y vigilancia, y ambas están están funcionando mal. 

- El Ministerio de Salud y las provincias no lograron cumplir con la meta prevista en 2022 de reforzar la vacunación contra la polio, el sarampión, rubeola y paperas. ¿A qué cree usted que se debe esa falta de respuesta de la población?
- El problema de las coberturas en la Argentina es un problema de larga data. Ya en 2019 venían bajando las coberturas de todas las vacunas del calendario obligatorio y esto se profundizó obviamente con la pandemia. El problema de las bajas coberturas es multifactorial. También se sumó el cansancio de la población por tantas vacunas que hubo que aplicarse durante la pandemia. Esto hizo que se produjera un poco desadherencia al uso de la vacuna, siendo en la Argentina un país que tiene mucha adherencia a las vacunas. Quizá hubo momentos de desprotección por la falta de vacunas. La disminución de categoría del Ministerio de Salud a Secretaría fue también un problema. En ese momento no había disponibilidad de vacunas, si bien había vacunas, no se entregaban a las jurisdicciones para que se vacunara. Entonces todos esos factores se fueron sumando para que el problema de las coberturas fuera un serio problema que, entre otras cosas, puede hacer que los niños no estén vacunados para polio y que el virus se reintroduzca. La campaña fue para sarampión, rubeola y polio, que son los virus que están en vías de erradicación.

Antivacunas

- ¿Qué le diría usted a los aquellos que están en contra de las vacunas?
- Es muy difícil hablar con esa gente. Por suerte en la Argentina hay muy pocos. Están convencidos de que las vacunas son veneno. Yo les diría que la mejor inversión que se puede hacer en un sistema de salud es vacunar, porque las vacunas son altamente costo efectivas, es decir, que vacunando se elimina la circulación de muchas enfermedades que hasta la aparición de las primeras vacunas -la primera fue la de la viruela-, producían estragos en la población. En este momento hay muchas enfermedades que uno las ha olvidado porque justamente se vacuna contra ellas.

María Cecilia Freire Foto: Julián Volpe

- La de la polio es una de ellas...
La polio es una enfermedad que muchos médicos no vieron, porque el último caso de polio por virus salvaje en la Argentina fue en 1984. Desde 1991 en las Américas no circula el poliovirus salvaje, entonces no se conoce la enfermedad. De todas maneras, la vacuna de la polio es una vacuna que ha tenido mucha adherencia en la población debido quizás a lo terrible que era la enfermedad.

"Vacunando se elimina la circulación de muchas enfermedades que hasta la aparición de las primeras vacunas -la primera fue la de la viruela-, producían estragos en la población".

- ¿Qué es y para qué sirve la vacuna bivalente que ya se aplica en nuestro país? ¿Qué diferencia tiene con las vacunas que se venían aplicando hasta ahora?
- El problema que tenemos con el virus de Sars CoV-2 es que los virus son entes que tienen un solo ácido nucleico. El ácido nucleico es el de la vida, el que lleva la información genética. Nosotros, los humanos, tenemos dos: el ácido ribonucleico y el desoxirribonucléico. Los virus como el Sars CoV-2 tienen sólo una ácido nucleico y este virus tiene ARN.
Estos virus mutan sistemáticamente porque ese ácido nucleico, cuando el virus replica, no es corregido cuando produce alguna alteración en su replicación. Eso no se corrige y entonces ahí es donde aparecen estas pequeñas mutaciones, pero eso no significa que eso vaya a producir un cambio en la enfermedad. La enfermedad se sigue comportando de la misma manera. Pero para evitar esas nuevas variantes que van apareciendo en algún momento es necesario estar cubiertos para las variantes que son de mayor preocupación, porque hay unas que son de preocupación y otras no.

- ¿Usted considera que es necesario que se vacune a toda la población con esta bivalente?
En este momento se está vacunando a población de riesgo y mayores de 50 años. Quizás en algún momento tengamos que vacunarnos todos, pero por ahora estamos bien. Los caso graves disminuyeron muchísimo.

- ¿Merece tanto revuelo la aparición de la variante Kraken?
- El nombre es dramático. Remite a un animal colosal de la mitología escandinava. Siempre que aparece una nueva variante que no se conoce produce preocupación. Pero no hay que alertar a la población. Eso es absurdo

Tiempo de pandemia

- ¿Qué recuerdo tiene de aquellas reuniones de asesores en tiempo de pandemia?
Fueron muchas reuniones larguísimas, por zoom y luego presenciales. Fueron agotadoras. Había mucha gente y por lo tanto muchas discusiones. Eran reuniones de mucha responsabilidad porque sabíamos que de ahí salían recomendaciones para la población, así que debíamos ser muy cautos con las decisiones. Pero hubo mala prensa. Se acuñó el término de la "infectadura" y eso fue un error. Ese grupo lo integrábamos sociólogos, infectólogos, pediatras, pediatras infectólogos, virólogos. Discutíamos medidas frente a algo que era absolutamente desconocido, que estaba causando estragos en todo el mundo. Esto no fue como dijo Bolsonaro “una gripezinha”, fue una enfermedad gravísima. Eso se demostró por la cantidad de muertes que se produjeron en el mundo.

"Eran reuniones de mucha responsabilidad porque sabíamos que de ahí salían recomendaciones para la población, así que debíamos ser muy cautos con las decisiones".

- ¿Cuáles fueron los aciertos y los errores?
- No tomé aún la distancia histórica suficiente como para decir "en esto nos equivocamos y en esto no". Había mucha bibliografía. Se trabajó desde la mayor sinceridad posible, con la honorabilidad que todos podíamos tener en ese momento. Seguramente hubo desaciertos, pero lo que se hizo fue lo único que se podía hacer frente a un virus absolutamente desconocido que estaba produciendo una enfermedad que no era localizada sino que era generalizada.

- El escándalo por el vacunatorio VIP ¿opacó el trabajo de ese comité de asesores?
- Lo del vacunatorio VIP como se lo llamó fue lamentable. Fue muy perjudicial, porque ya había una fuerte polémica por la introducción de la vacuna rusa, la Sputnik. Es necesario que se sepa que cuando se introduce una vacuna, cualquiera, en el país hay una Comisión Nacional de Inmunizaciones que integran todas las entidades científicas que analiza cada uno de los proyectos que presentan los distintos laboratorios. Participé en todas las presentaciones, con el Instituto Gamaleya, con los de AstraZeneca, con todos. Fue hecho muy a conciencia y de la mejor manera posible y con lo que teníamos.

- ¿Se podría haber evitado la pandemia? 
- No, no se podría haber evitado. Los cambios climáticos, la alta movilidad de las poblaciones y la convivencia con animales hace que los virus se dispersen cada vez más en el mundo. Hay algo llamativo en este momento y es que la mayoría de las enfermedades que están apareciendo en el mundo son zoonóticas, es decir que provienen de animales. De todos los virus del Sars, los de los corona provienen de animales. Eso pasó con el HIV porque en África tenían determinadas costumbres de contacto con el mono que tiene HIV propio y un día trasmutó y pasó al hombre.

"Seguramente hubo desaciertos, pero lo que se hizo fue lo único que se podía hacer frente a un virus absolutamente desconocido".

- Como docente universitaria ¿qué consecuencias dejó la pandemia en los estudiantes?
- Socialmente dejó una gran deshumanización. Se perdió el contacto interhumano. Todas las clases de microbiología, que es una materia anual, fueron por zoom sin intercambio con los alumnos. Cuando volvimos a lo presencial se notó el bajo rendimiento de los alumnos. Los exámenes fueron de muy mala calidad. Son los mismos que tomamos siempre. No bajó la calidad por la pandemia, pero sí bajó el rendimiento.

- ¿Y cómo se sale de esta situación?
- Volviendo a la presencialidad, interactuando con los alumnos. La microbiología en segundo año de la carrera de Medicina es larga y compleja. Y mucho más a través de una cámara. Este impacto se ve en todos los niveles. Sé que el nivel ha bajado en todos los estamentos de la educación. Pero no va a llevar mucho tiempo recuperar lo perdido mientras podamos seguir con la presencialidad.

"Lo del vacunatorio VIP como se lo llamó fue lamentable. Fue muy perjudicial".

Inversión y acceso a la salud

- ¿Cómo se podría evitar la desigualdad económica que aún existe en todo el mundo para acceder a los últimos avances de la ciencia y de la salud?
- Invirtiendo. Todo lo que sea salud, ciencia y educación es inversión, no gasto. Hay que sostenerlo como política de Estado a través del tiempo. A medida que la ciencia avanza se hace más notorio, y creo que lo que se vio en el país con la pandemia fue muy claro. Con el Sida, por ejemplo, gracias a la inversión que se hizo pasó de ser cien por ciento mortal a ser una enfermedad crónica. El Estado debe invertir en educación, produciendo científicos de calidad y permitiendo que los sistemas de salud sean lo suficientemente generosos para que la gente se atienda en lugares de calidad.

"Socialmente (la pandemia) dejó una gran deshumanización. Se perdió el contacto interhumano".

- ¿La Argentina está a la altura de las circunstancias?
- Los altibajos económicos en la Argentina son muy complejos. Y el cambio de Gobierno cada cuatro años produce desequilibrios. Por eso sostengo que hay que tener políticas de Estado claras. Si tuviéramos políticos que estén a la altura de las circunstancias tendríamos un gran país. Tenemos nichos de alta calidad, pero no es homogéneo. 

- ¿Qué le diría a los jóvenes que están estudiando en la Argentina pero proyectan irse en busca de un futuro mejor?
- Soy una gran defensora de la Argentina. Jamás le indicaría a nadie que se fuera del país. Estudien y esfuércense, porque el país brinda oportunidades, las herramientas están. En mi experiencia como docente y como jefa de un laboratorio me di cuenta de que en la Argentina está todo servido para que quien se esfuerce le vaya bien.

 

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