Pablo Albella: "Jamás pensé que podía vivir de las redes sociales"
Mediante la cuenta @holaestapablo, el cordobés logró tener 1 millón de seguidores y el apoyo de las más prestigiosas marcas nacionales, con videos de humor sobre la experiencia de ser "+30".
Cada 30 de noviembre se celebra el Día del Influencer con la finalidad reconocer a aquellas personas que inspiran a otras gracias a los contenidos que suben a sus redes sociales, creando una comunidad de seguidores con quienes comparten sus gustos, sus reflexiones, su día a día. Ellos pueden “influenciar” a un público concreto, su “nicho”, lo que termina siendo un gran atractivo para distintas marcas que ven en esa comunidad a potenciales consumidores.
Un influencer cuenta con credibilidad y poder de convencimiento, son líderes por naturaleza y generar un impacto positivo a través de las distintas redes. Es por eso que, a través del marketing digital, pueden promocionar marcas y atraer a un mercado genuino que en la publicidad tradicional quizás sea más difícil de medir.
Pablo Albella es uno de los tantos influencers argentinos que ha logrado conquistar desde las pantallas a un millón de seguidores en su cuenta de Instagram y TikTok @holaestapablo, traspasado las fronteras de la provincia de Córdoba. Con su típica tonada, difundiendo un contenido que apunta a las costumbres y experiencias de “los +30" con mucho humor e ironía.
De profesión publicista, Pablo comenzó a crecer en su cuenta a partir de la pandemia y ya teniendo más de 600 mil seguidores, decidió dejar su trabajo en una agencia para trabajar íntegramente de las redes sociales.
En una entrevista que brindó a MDZ, adelantó que este verano se subirá por primera vez a un escenario para hacer su propio stand up en un teatro de Villa Carlos Paz y planea escribir un libro con sus divertidas reflexiones.
-¿Cómo te convertiste en influencer? ¿Fue por casualidad o algo planeado? ¿Cuál es tu historia?
-Yo, en realidad, utilizo las redes sociales hace bastante tiempo porque soy publicista. Me pasaba que me bochaban las ideas de la agencia de publicitaria donde yo trabajaba y yo sentía que estaban buenas. Entonces, de cabeza dura nomás, las hacía igual en mi Instagram. Pero eran ideas todas sueltas. Lo que pasó es que en pandemia cumplí 30 años y yo me imaginaba que iba a hacer un fiestón, invitar un montón de gente porque era el primer cumpleaños que festejaba acá en la casa donde vivo ahora. Y bueno, no. Estuvimos solos con mi novio, los dos en el sillón, sentaditos. Y ahí empecé a hacer catarsis y a hablar un poco de esto de lo que es llegar a los 30 años. En ese momento TikTok fue como un descubrimiento casi tan grande como el pan casero que todo el mundo comenzó a hacer durante la pandemia. Y ahí empecé a crecer y hablar un poco más de esta etapa de la vida, contando abiertamente de la experiencia, y aplicando todo lo que sabía sobre estrategias de publicidad.
-¿Cuándo te diste cuenta de que estaba creciendo el número de tus seguidores?
-Yo ya venía subiendo bastante contenido anteriormente y tenía ya 20.000 seguidores aproximadamente. Esto me puso en contacto con barcitos de Córdoba, lugares que me invitaban a comer. Y ya cuando me empezaron a llamar algunas marcas más grandes, de Buenos Aires, fue que empecé a crecer. Ahí dije "Ey, ¿qué está pasando acá?´". Esto de ser publicista me dio una cancha por ahí para hablar de esos temas, que hizo que inclusive la publicidad dentro de mi canal empezara a crecer. Fue como que más marcas querían que trabaje con ellos. Allí vi que los videos de las empresas también tenían buenas reacciones por el modo en el que yo hacía ese contenido. Allí pensé que esto podía ser algo nuevo, pero jamás pensé que podía vivir de las redes sociales o dedicarme solo a esto, nunca.
Mirá uno de sus videos
-¿Cuándo decidiste dejar tu trabajo en la agencia para dedicarte cien por ciento a las redes?
-Bueno, este año. Pasa también que - yes un poco lo que hablo en los videos- que nuestra generación está muy acostumbrada a ciertos mandatos o a ciertas formas. Como todas las etapas de la vida: la familia, la pareja, el trabajo. Entonces era de pronto dejar de hacer algo que había estudiado para dedicarme a algo nuevo, desconocido. Porque no es como un contador o un abogado donde uno tenga un tío o primo que te guíe qué tenés que hacer. Entonces, sí, me costó como largar mi trabajo oficial, para dedicarle tiempo a esto, y cuando lo entendí, fue un click muy grande. Pero dije: "Vamos a probar a ver qué pasa". Después, de última, hay tiempo para volver y hacer otra cosa.
-¿Cuántos seguidores tenías en el momento que tomaste la decisión?
-Cuando yo renuncié en febrero pasado habré tenido 500.000 o 600.000 más o menos. Y a partir de allí se empezó a dar un crecimiento mayor porque también empecé a dedicarle más tiempo a las redes. Cuando estaba en la agencia, tenía poco tiempo para las redes, porque trabajaba de 10 a 19 todos los días. Cuando pude dedicarle más tiempo, noté que la gente respondía también, porque empezó a crecer la cuenta y me dio las ´alas´ para seguir creyendo en esto.
-La gente tiende a pensar que detrás de un influencer que tiene un millón de seguidores, hay un equipo detrás que lo filma, le escribe los guiones, que negocia con las empresas o le organiza reuniones. ¿Cuántas personas hay detrás de @holaestapablo?
-Una. Soy yo solo para todo. Yo y mi mejor amigo, el trípode. Yo voy por toda la casa, por todos los lugares a los que voy, y me filmo solo, me edito, escribo, hablo con las marcas, contesto los comentarios, los mensajes, todo yo. Me gusta eso porque siento que, tanto con las marcas como con la gente, logro hacer un contacto. Como usuario de las redes siempre me pasó que por ahí querés contestarle a alguien o a algún influencer y no te contesta o no te ve la historia (que le arrobaste) y es un bajón. Porque uno lo sigue porque le gusta o se siente identificado, y si no te contesta sentís como que no sos nada. Entonces yo dije, bueno, si algún día me pasa, yo no quiero ser así.
Entonces ahora trato, obviamente no llego por una cuestión lógica a responder todos los mensajes, pero sí me tomo el tiempo de leer y aunque sea ponerle un Me Gusta a los comentarios, a los mensajes, a estar ahí atrás. Porque entiendo que ese es el valor de la comunidad: es una relación de los dos lados, sino pierde sentido. Y en las marcas pasa lo mismo. El hecho de estar atrás de eso y me parece que lo hace diferente y que se consolida como el trabajo en equipo con las marcas, que quizás con un intermediario sería un poco más difícil. Igual no sé, es un método mío, capaz que no funciona. Porque es cierto que me estoy volviendo un poco loco.
-Aún cuando encontraste un nicho que encima es de los treintañeros, también conectás con las personas +40 o + 50, ¿cómo analizás eso?
-Hay una cierta generación que ya pasó por eso, empezó con estas experiencias en los treinta y después se fue profundizando. Como así también hay muchos chicos y chicas de 25 para arriba que se quieren matar, porque dicen “¿Cómo puede ser que ya esté casi por los 30?”. Y las personas de 40 o 50, están felices, porque se siente identificados y dicen: “Yo también soy más 30, no soy más 40”.
Lo que siempre digo es la edad es un número solamente. El contenido trata sobre esto de enfrentarse a la “adultez”, entre comillas, y a todos los mandatos e imposiciones tácitas que tenemos para diferentes edades y que nos atraviesan. Es hacer humor con eso, no específicamente con una edad.
Democratizar la fama
-Generalmente los influencers son artistas, deportistas o gente que se había hecho conocida por otro medio: la televisión, la radio. Pero no son muchos los creadores de contenido que llegan a un millón de seguidores sin haber tenido una trayectoria en otros medios tradicionales. ¿Creés que la publicidad digital a través de influencers está de a poco reemplazando a la de los medios masivos?
-Como publicista, ahí yo te puedo decir que sí. También tengo esta ventaja de poder ir analizando los mercados y las tendencias y es real que, a muchas marcas, hoy les conviene invertir en los medios digitales que, en los tradicionales, por muchas razones, pero principalmente porque es muy medible. Aunque cada tipo de medio tiene su pro y sus contras. La masividad de los medios tradicionales todavía no está a full en ciertos segmentos.
Por otro lado, hay muchos chicos que quieren ser influencer y lo toman como un hobby cuando en realidad es un trabajo. Y te digo que trabajo más horas, inclusive, de las que trabajaba en la agencia.
Sobre esto de no venir de ningún medio en particular, y ser influencer, me pasó la otra vez que fui a un evento en Buenos Aires y era estar en una mesa con invitados como Celeste Cid o Marcela Kloosterboer, y preguntarme: “¿Qué hago yo acá?”. Pero son cosas están pasando, y marcan un rumbo hacia dónde vamos. Y está genial que así sea, porque por ahí le abre la puerta y le da oportunidades a la gente. Yo, como cualquiera de estos que está en su casa y tiene una idea o una forma de conectar con la gente.
Es como que se "democratizó" la fama, porque hoy ser influencer pasa más por las ideas, la creatividad, y la constancia también. Yo todos los días trabajo de esto. Yo soy medio fanático, pero de domingo a domingo laburo, subo videos, subo historias… Creo que es la constancia lo que va a hacer que logres como encontrar un lugar en las redes. Yo estoy en esto hace como 10 años y recién hace como tres o cuatro años que trabajo formalmente en las redes. Pero hace años que no le aflojo y que le doy. A veces veo las primeras historias que subí, y digo: "¿A quién le hablaba?”. Tenía 2.000 o 3.000 seguidores y yo estaba: “Hola, cómo están". Eso ayuda, la constancia, las ideas, y también hay un factor de suerte.
Positivo tóxico
-¿Sentís la responsabilidad a la hora de hablar hacia una cámara?
-Por un lado, siento una responsabilidad grande, pero un poco también no quiero dejar de tomarlo como un juego, porque me parece que si no pierde la espontaneidad o la forma en que yo pienso, lo que me sale. Yo internamente tengo como un mandato, que es que si no le encuentro el lado del humor o el lado positivo o el lado que sume, prefiero no hablar. Yo siempre digo que soy un poco positivo tóxico. Si hay algo que yo puedo compartir con mis amigos, también lo comparto con la gente. Es esa transparencia. Y cuando haces humor, siempre vas a tener gente que le gusta y gente que no le gusta lo que hacés.
-¿Tenés haters?
-No, la verdad que por suerte no. Y me llama muchísimo la atención. Me pasa por ahí cuando hago publicidades, que es como que dicen “ahí va otro chivo”. Es el comentario más "hate" que tengo. Si yo me posicionara desde mi inseguridad, tendría una pila así de cosas para decirme, pero por suerte, no me pasa. Porque entiendo que cuando lees 15 comentarios y hay uno o dos malos, no te quedas con los otros 13 o 14, te quedas con esos. Pero bueno, yo ya tengo 30 años, llevo 10 años de terapia, y quizás para alguien que recién empieza, le diría que la opinión del resto es del resto, no tiene que ver con vos ni con lo que estás haciendo.
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-¿Es más difícil convertirse en influencer desde el interior del país? Y por otro lado, ¿crees que este trabajo dentro de las redes es algo que va a seguir creciendo o tiene un límite?
-Ser influencer desde el interior es un desafío, pero es parte de lo que te contaba de la democratización de la fama. Pero es cierto que a los que somos del interior nos cuesta todo un poquito más. La gente te ve en todo el país, pero si querés trabajar de esto, las marcas más grandes o los eventos importantes están o se realizan en Buenos Aires. Hoy el 100 por ciento de mis clientes, de mis marcas y de mis trabajos son de allá. A lo que voy es que no es imposible, pero si querés trabajar de esto, quizás te cueste un poquito más llegar a esas empresas más grandes.
Respecto al límite, yo no creo que haya un límite en cuanto a lo digital, porque cada vez se van abriendo más canales, como lo que está ocurriendo con los streaming. Creo que van a seguir apareciendo cosas, pero para mí las redes si son una excelente plataforma para llegar a tus objetivos o para desarrollar otro tipo de proyectos. Por ejemplo, yo ahora en diciembre estreno una obra de teatro en Carlos Paz, así que voy hacer temporada por primera vez. Además, el año que viene voy a lanzar un libro también, que es como con historias mías, que estoy terminando de escribir.
-¿Por último, qué consejo le das a quienes arrancan con sus redes y tienen menos de mil seguidores?
-Constancia por un lado y la escucha de cómo reacciona la gente es clave porque también tiene que ver con lo que te devuelve. Hay que estar atento a eso, y no casarse con la idea y seguir ese camino, sino ver la reacción de tus seguidores. Eso sí que querés trabajar de esto. Si querés expresarte nomás, hacé lo que quieras. Lo importante es ser auténtico, ser vos mismo, vos misma, pero sin perder el hecho de que estás trabajando para el público. Por eso digo que hay que escuchar lo que te dicen, lo que necesitan, lo que quieren, lo que les gusta.
Entrevista completa a Pablo Albella