Los pronósticos llevan alivio por la potencial baja de incendios en el país
Desde el sector agropecuario se espera por una mayor productividad por el aumento de las lluvias, pero también se despierta el alerta por posibles inundaciones.
Con la llegada de El Niño, fenómeno climático que afecta a todo el mundo, el campo tendrá dos grandes noticias para su productividad, aunque deberá mantenerse alerta. En primer lugar, la lluvias volverán a regar los suelos tras una sequía histórica, mientras que los incendios forestales disminuirá, pero el riesgo de inundaciones aumenta.
El agua es un bien escaso y extremadamente necesario a la hora de la productividad rural, más aún en regiones que no cuentan con grandes cuencas y deben conformarse con canales o suplementos que sirvan para acumular las aguas provenientes de las lluvias escasas. La llegada de El Niño, fenómeno que se caracteriza por el aumento en las precipitaciones, será un alivio para el sector agropecuario en general.
Además de la sequía, que perjudicó al sector agropecuario en materia productiva de forma directa, por la falta de agua para la alimentación de granos, estos años afectaron al ganado por la falta de forraje, aumentando los costos de engorde de los animales. Al mismo tiempo, los pastos secos predisponen los campos a los incendios, los cuales destrozan terrenos productivos en todo el país, sin contar los sembradíos que ya comenzaron su proceso.
El impacto medioambiental de los incendios
En lo que va del año, en la Argentina se quemaron más de 500 mil hectáreas en todo el país por incendios forestales, que se produjeron en distintos lugares del país. Este panorama, además de las pérdidas incalculables que se produjeron en el sector agropecuario, genera problemas en cuanto al medio ambiente que podrían perjudicar a muchos más que al sector agropecuario.
Además de las afecciones económicas, los incendios tienen un impacto medioambiental grave por la degradación de los suelos y la pérdida de vegetación, necesaria no solo para alimentar animales sino también para conservar la biodiversidad y la calidad del aire. Con El Niño afectando a la región, el aumento de las precipitaciones podría colaborar en la baja de nuevos incendios que atenten en este sentido.
El origen de los incendios y las consecuencias del aumento de lluvias
Aunque algunos incendios tienen origen natural a raíz de rayos de una tormenta eléctrica que alcanzan la vegetación, la mayoría suelen ser producto de la acción humana, por impericia o irresponsabilidad. Entre estos, el origen es principalmente la quema de pastizales para pastoreo, las fogatas o colillas de cigarrillos mal apagadas, acompañados de la sequía que impide un abordaje rápido del foco ígneo.

Con las lluvias, estos incendios tienden a bajar su intensidad y frecuencia, gracias al aporte de la humedad a los suelos y la vegetación, pero traen consigo un contrapunto que pueden ser las inundaciones. Esto dependerá de la cantidad de precipitaciones que caigan en el próximo ciclo, que en principio se espera que sirva para corregir la crisis que generó en el sector la sequía de los últimos años, pero también se le prestará especial atención por sus consecuencias negativas.

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