Primera parte

La incómoda realidad que revelaron los incendios en el pedemonte mendocino

Se quemaron más de 5 mil hectáreas en el pedemonte. Pero también estuvieron en riesgo barrios enteros. Cómo crece la urbanización y los negocios inmobiliarios en la zona.

Pablo Icardi
Pablo Icardi lunes, 6 de noviembre de 2023 · 10:00 hs
La incómoda realidad que revelaron los incendios en el pedemonte mendocino
Foto: Walter Moreno

El resplandor que producía el fuego asustó a todos los vecinos de Vertientes del Pedemonte, en Luján, de El Challao, en Las Heras y a todo Mendoza. Se quemaron más de 5 mil hectáreas de flora nativa y quedó desvestida una parte de la contención vegetal para los aluviones. Pero estuvieron en riesgo miles de mendocinos que ahora viven en el pedemonte, una zona donde las ciudades crecen y crecerán rodeados de dos riesgos grandes; los aluviones y los incendios.

La vista aérea sirve para darse cuenta que el lugar cambió: de ser una zona de amortiguación ambiental con vegetación nativa, en las últimas décadas se transformó en área de expansión urbana e inversiones inmobiliarias. Al principio sin ninguna planificación y ahora con algunos marcos de regularización. Como sea, conviven la informalidad y el intento de orden y la proyección es de mayor crecimiento.

Los incendios afectaron zonas de nuevos loteos. Foto: Walter Moreno.

De las 400 personas que vivían en 1991 en la zona de Vertientes del Pedemonte, hoy hay miles de familias y más barrios proyectados. De hecho Luján fue el departamento que más creció en población en todo el país: el 43,6% en 10 años. Gran parte se explica por la incorporación de Vertientes del Pedemonte, tras haberle ganado el litigio limítrofe a Las Heras. 

En El Challao hay 25 mil personas viviendo. “Entre los principales procesos de degradación del piedemonte es necesario destacar el empobrecimiento de la cubierta vegetal por la acción humana: extracción de leña, sobrepastoreo, tala, incendios intencionales, urbanización planificada y/o espontánea, etc”, describe el diagnóstico del Plan de Ordenamiento Territorial de Luján. Para realizar ese trabajo opinaron expertos de múltiples áreas. Y así determinaron que los aluviones en primer lugar los incendios en segundo son los riesgos más altos que hay en la zona. Por eso advierten sobre la necesidad de planificar sistemas de prevención, como cortafuegos y eliminación de basurales, mecanismos de alerta y hasta exigen que las “parrillas domiciliarias” tengan un formato especial. El problema es adecuar las miles de viviendas, loteos y barrios existentes a esos requisitos y contar con infraestructura.

Estado que se ausentó

El cambio comenzó justamente a principio de los 90, cuando “los inversores privados remplazan al Estado como principal agente inmobiliario” y creció el comercio de tierras sin servicios e infraestructura. Allí también se dejó de lado el factor prevención de riesgo. “Durante esta década también se construye el Corredor del Oeste (conexión vial que conecta la zona de Chacras de Coria, Godoy Cruz y Capital de sur a norte); se consolida el barrio Dalvian y Palmares; surgen nuevos emprendimientos inmobiliarios… Actualmente algunos de los mega-emprendimientos privados construidos sobre el Piedemonte ubicado al oeste del Área Metropolitana de Mendoza, como Mendoza Norte, Aguaribay, Sierras y Lagunas, Pueblo Mío y Alto La Crucecita, como así también la urbanización realizada sobre el ex Loteo Pérez Guilhou, pueden ser tomados como casos de referencia para observar cómo continúa el avance urbano en esta área y qué características sociales y territoriales se profundizan”, detallan en el análisis.

Cómo se planifica el ordenamiento de Vertientes del Pedemonte, la zona de mayor expansión. 

Lujan es el departamento que más creció en la provincia y también el que más proyección tiene en cuanto a expansión poblacional. El pedemonte es una de las zonas más elegidas. Tras el proceso de evaluación, Luján zonificó el área de Vertientes del Pedemonte, marcando dónde puede crecer, qué sectores deben resguardarse y también medidas de mitigación de riesgo. Mientras se adecúa todo el sistema, las cosas pasan, como los incendios.

Documento: los loteos registrados

En Vertientes hay barrios ya asentados desde hace décadas y otros en proceso de aprobación. Y se acelera la urbanización. Hay 33 loteos legales aprobados, entre los que están Granja Lomas de Chacras, Megafón, Escritores, Loteo Aguaribay, Zaldivar, El moorar, La Magdalena, Fideicomiso Prometea, entre otros. En las últimas semanas se presentó otro de los proyectos ambiciosos que incluye barrios privados, loteos abiertos y hasta un hotel. Se trata del Master Plan de desarrollo del Pedemonte de Inmobiliaria Lombardo. Ese proyecto se hará en un área de 320 hectáreas, la misma superficie del Parque General San Martín, de las que se intervendrán 136 hectáreas aproximadamente con un barrio privado, un loteo, centros comerciales e instalaciones turísticas.

Los principales riesgos de la zona.

En El Challao los problemas son similares; casi idénticos. Los vecinos incluso intentaron ayudar a apagar los incendios con baldes, palas y poniendo en riesgo su vida. Los loteos en la zona crecieron aún más y hay unas 24 mil familias viviendo en barrios privados y semi privados. Esa zona del pedemonte, que se puede recorrer, incluye a todas las clases sociales y todos quedaron expuestos ante los incendios. Desde las zonas más vulnerables socialmente de la periferia de La Favorita y Papagayos, hasta las exclusivas estancias de San Isidro y los barrios privados de El Challao. En el medio hay una reserva natural que es clave desde el punto de vista ambiental y guarda uno de los litigios más duros que se recuerden en la provincia en la guerra por las tierras de la zona: Divisadero Largo.

El valor de las tierras en la zona va en aumento y crecerá mucho más por la instalación de servicios. En el Challao ya se ejecuta el plan para abastecer de agua potable a las 24 mil familias, un reclamo histórico. En Vertientes del Pedemonte también se firmó un convenio para que AYSAM abastezca de agua en bloque al lugar. La obra de la Panamericana (Ruta 82), los trabajos aluvionales y el interés inmobiliario empujan el arraigo en esa zona vulnerable que estuvo en riesgo grave por el zonda y los incendios. 

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