Rechazo de la Iglesia al pedido de un cura para que votantes de Milei no se acerquen a su comedor
La postura del sacerdote de la Diócesis de Moreno contra aquellos que votaron al candidato de La Libertad Avanza sigue generando reacciones dentro de la iglesia argentina.
El Evangelio de San Mateo (25, 31- 46) proclamado, meditado y compartido nos habla de acciones concretas en favor de los necesitados. La Iglesia nos ha enseñado las obras de misericordia, fruto de la reflexión de este pasaje de la Buena Noticia.
El papa Francisco, reflexiona sobre él mismo
"Ante la contundencia de estos pedidos de Jesús es mi deber rogar a los cristianos que los acepten y reciban con sincera apertura, «sine glossa», es decir, sin comentario, sin elucubraciones y excusas que les quiten fuerza. El Señor nos dejó bien claro que la santidad no puede entenderse ni vivirse al margen de estas exigencias suyas, porque la misericordia es «el corazón palpitante del Evangelio".
"Cuando encuentro a una persona durmiendo a la intemperie, en una noche fría, puedo sentir que ese bulto es un imprevisto que me interrumpe, un delincuente ocioso, un estorbo en mi camino, un aguijón molesto para mi conciencia, un problema que deben resolver los políticos, y quizá hasta una basura que ensucia el espacio público. O puedo reaccionar desde la fe y la caridad, y reconocer en él a un ser humano con mi misma dignidad, a una creatura infinitamente amada por el Padre, a una imagen de Dios, a un hermano redimido por Jesucristo. ¡Eso es ser cristianos! ¿O acaso puede entenderse la santidad al margen de este reconocimiento vivo de la dignidad de todo ser humano?" (Gaudete et exultate 97-98).
El "sin glosa" del Papa es una clara advertencia para todos, advertencia para no caer en una actitud anti evangélica que nos llevan a ser caritativos y generosos- solamente- con aquellos que comulgan con esas ideas políticas ideológicas deportivas e incluso religiosas. Es algo que no debemos ni podemos olvidar, el Evangelio y la caridad que emana de él, no hace acepción de personas, de ninguna persona.
Por eso, ante la gran repercusión que ha tenido la declaración del sacerdote, que dijo "no ayudar a los que habían votado a tal candidato", debe ayudarnos a evitar lo que el papa Francisco también nos advierte en la misma carta citada:
"Lamento que a veces las ideologías nos lleven a dos errores nocivos. Por una parte, el de los cristianos que separan estas exigencias del Evangelio de su relación personal con el Señor, de la unión interior con él, de la gracia. Así se convierte al cristianismo en una especie de ONG" ( Idem. 100)
Dios que siempre saca "bien del mal", se ha valido de esta actitud del sacerdote para que, muchos, hayan tomado la iniciativa de ayudar a tantos que necesitan, incluso de lo más esencial: el pan de cada día.
Sin dudas que Dios gusta más los ejemplos, en vía positiva, y- no dudo- que hubiese esperado del sacerdote otra actitud, otra reacción, pero también es cierto que Dios, al no dejarse ganar en generosidad, ha querido generar en el corazón de muchos, la creatividad del amor, de la caridad, qué sabe ayudar , socorrer y asistir a todos, sin distinción, sin "glosa", como nos decía el papa Francisco.
Cuantos de ustedes, dan muestras también de la caridad evangélica y saben dar, muchas veces, no de lo que sobra sino de lo que tienen. Es gesto también de esta caridad, saber respetar la opinión y elección del otro, ¡Qué decir de la voz popular en democracia! Sabemos también, que ningún político plasma a la perfección todo el Evangelio. Sería utópico e ingenuo , pensar eso, también.
Debemos velar sí, por la solidaridad, la justicia social y el auxilio, que, subsidiariamente, el Estado no puede ni debe desentenderse, ante situaciones de necesidad de los más pobres.
El mismo papa Francisco ha dado una clara muestra y testimonio de la caridad evangélica , al llamar al Presidente electo, dejando de lado la ofensa recibida de su parte y, lo creemos también, aceptando ese pedido disculpas. Sabe el Papa, que la caridad construye puentes, genera el encuentro, procura la paz social y fortalece lazos de fraternidad.
Que todos podamos, vivir así la caridad, sin glosa sin exégesis, sin distinción... en definitiva, al estilo de Dios.
* Monseñor Santiago Olivera, Obispo Castrense.