La simple explicación de lo que ocurrió bajo el mar con el ARA San Juan

El ARA San Juan naufragó el 15 de noviembre de 2017 en el Atlántico Sur, mientras participaba en maniobras de detección de pesca ilegal en viaje de regreso hacia Mar del Plata, como consecuencia de una serie de desperfectos técnicos que desencadenaron una tragedia en la que murieron sus 44 tripulantes.

El Estado contrató a la empresa con sede en los Estados Unidos Ocean Infinity que movilizó hasta la zona al buque Seabed Constructor, que inició la búsqueda con familiares de la tripulación del ARA San Juan a bordo.

Finalmente, el 17 de noviembre de 2018, la Armada confirmó que el Seabed había detectado al submarino a más de 900 metros de profundidad y a 500 kilómetros de la costa patagónica, a la altura de la ciudad de Comodoro Rivadavia.

El hallazgo se produjo mediante el empleo de dispositivos submarinos y con un equipo de operación remota dotado de cámaras de alta definición.

La embarcación tenía el casco "totalmente deformado, colapsado e implosionado" y sin "aberturas de consideración", partes de la hélice enterradas y restos desperdigados en un radio de 70 metros.

En la actualidad se siguen varias causas judiciales y además un Consejo de Guerra estableció sanciones disciplinarias para los mandos superiores de la Armada con responsabilidades en ese siniestro.

La explicación de lo que ocurrió bajo la profundidad del mar

Entender las razones que provocaron la implosión del ARA San Juan puede resultar difícil por la complejidad de los factores que pudieron haber desencadenado el dramático suceso que le costó la vida a 44 tripulantes.

El junio, otra tragedia submarina, la del sumergible Titán - propiedad de la empresa Ocean Gate - mientras realizaba una navegación hacia restos del Titanic en el Océano Atlántico, permitió comprender un poco más cómo fueron los últimos minutos dentro del submarino argentino.

Varios especialistas en procesos químicos, físicos y hasta un excomandante de la Guardia Costera norteamericana se animaron a ofrecer una explicación sencilla de manera que sea posible comprender qué fue lo que pudo hacer sucedido en las profundidades del océano, tanto con el Ocean Gate como con el ARA San Juan.

Fue "como aplastar una lata de Coca-Cola", afirmó el ex comandante de la Guardia Costera de los Estados Unidos, Armin Cate. "A mi entender, el sumergible implosionó. Cuando aplastas ese tubo en el medio, es como aplastar una lata de Coca-Cola", agregó Cate, también agente especial senior retirado del Departamento de Seguridad Nacional.

También en términos coloquiales lo explicó la cuenta de Instagram "Ingeniería Química" a través de una serie de videos caseros en los que se intentan demostrar cómo diversos factores inciden en los cambios físicos de distintos elementos. 

"Cuando se calienta una lata y luego se sumerge en agua fría, ocurre un fenómeno conocido como contracción por enfriamiento. Esto se debe a los cambios en la temperatura y la presión del aire en el interior de la lata. Cuando calentamos la lata, el aire dentro de ella se expande debido al aumento de temperatura. Esto se debe a que el calor hace que las moléculas de aire se muevan más rápido, ocupando más espacio. Sin embargo, al sumergir la lata en agua fría, el aire dentro de la lata se enfría rápidamente", explica la cuenta especializada.

"Cuando el aire dentro de la lata se enfría, las moléculas de aire disminuyen su energía y se mueven más lentamente, lo que reduce la presión del aire en el interior de la lata. Al mismo tiempo, el agua fría en contacto con la lata disminuye la temperatura de ésta. La disminución de la temperatura y la presión del aire en el interior de la lata causa una contracción del volumen de aire. Como resultado, la lata se comprime debido a la diferencia de presión entre el exterior y el interior", agrega.

Es importante tener en cuenta que este fenómeno ocurre principalmente en latas selladas herméticamente, donde no hay una entrada o salida de aire. La diferencia de presión generada por el cambio de temperatura es lo que provoca la contracción de la lata.

La desaparición del ARA San Juan

El 8 de noviembre de 2017, la nave había partido desde la base naval de Ushuaia en una misión de patrullaje por el litoral marítimo argentino, y se sabe que un día antes de su desaparición reportó un desperfecto eléctrico y un principio de incendio en su sala de máquinas, que resultó subsanado por la tripulación.

"Ingreso de agua de mar por sistema de ventilación al tanque de baterías N° 3 ocasionó cortocircuito y principio de incendio en el balcón de barra de baterías. Baterías de proa fuera de servicio al momento en inmersión propulsando con circuito dividido. Sin novedades de personal. Mantendré informado", comunicó el comandante del ARA San Juan, el capitán de fragata Pedro Martínez Fernández, a la 7.30 del 15 de noviembre de 2017.

Ese fue el último contacto que tuvo el submarino con la base naval de Mar del Plata, cuando la nave se encontraba a 432 kilómetros de la costa patagónica, a la altura del Golfo San Jorge.