Los sorprendentes restos fósiles ocultos en el Teatro Colón que esperan ser descubiertos

El Teatro Colón de la ciudad de Buenos Aires no solo es una joya de la arquitectura y de la acústica, sino que también posee tesoros ocultos que esperan aún ser descubiertos por los visitantes.
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El Teatro Colón fue inaugurado el 25 de mayo de 1908, con la representación de la ópera "Aida" de Verdi. El edificio fue diseñado por el arquitecto Francesco Tamburini, quien lamentablemente falleció antes de su finalización. El proyecto fue finalizado posteriormente por los arquitectos Victor Meano y Jules Dormal.
En ese trabajo de diseño y construcción majestuosa se utilizó una variada gama de rocas ornamentales procedentes de distintos yacimientos. Algunas de ellas portan además un destacado conjunto de restos fósiles.
En las calizas nodulares ubicadas en el foyer principal, con entrada por la calle Libertad, se hallan restos fósiles de moluscos marinos, principalmente amonoideos, del período Jurásico que provienen del denominado Rosso Ammonitico europeo, según se explica en un pormenorizado informe realizado por el Gobierno de la Ciudad.
Además, se destacan en la sala principal del teatro una serie de placas de calizas de color rojo que cubren los laterales de la platea, debajo de los palcos bajos, exponiendo restos de bivalvos rudistas del período Cretácico que provienen del País Vasco.
Estas calizas se denominan Rojo Bilbao o Rojo Ereño y se formaron en el periodo Cretácico de la Era Mesozoica. Contienen una presencia abundante de bivalvos rudistas, un grupo de moluscos extinguidos que habitaron en mares tropicales en la era de los dinosaurios.
Si bien los rudistas fueron moluscos bivalvos parientes de las actuales almejas, su aspecto externo se encontraba muy modificado. Sus valvas eran muy asimétricas, generalmente una de ellas con forma de cono y la otra con forma de tapa. Estos bivalvos conformaron arrecifes en los mares de aguas cálidas de la Era Mesozoica sobre todo en la región Mediterránea.
Qué son los amonites, los fósiles que habitan las paredes y balaustradas del Colón
Los amonites eran moluscos marinos que vivieron durante los períodos Jurásico y Cretácico, que abarcaron hace aproximadamente 201 a 66 millones de años. Formaban parte del grupo más grande de cefalópodos, que también incluye calamares, pulpos y nautilos modernos.
Los amonites tenían conchas enrolladas que a menudo estaban intrincadamente ornamentadas. Estos caparazones pueden variar en tamaño, siendo algunas especies bastante pequeñas y otras creciendo hasta varios pies de diámetro. El nombre "amonita" se deriva de la forma espiral de sus conchas, que se parecían a los cuernos enrollados del antiguo dios egipcio Amón.
Estas criaturas abundaban en los mares antiguos y desempeñaban un papel importante en los ecosistemas marinos. Las razones exactas de su extinción al final del Cretácico, junto con los dinosaurios, siguen siendo objeto de estudio y especulación científica.
Las conchas de amonita fosilizadas son hallazgos comunes en muchas partes del mundo y, a menudo, son recolectadas por entusiastas e investigadores interesados en la paleontología.